Juan Tallón y la impostura del arte
Narrativa. Esta novela aborda la insólita desaparición de una escultura de 38 toneladas del Reina Sofía
IÑAKI EZKERRA
Lunes, 7 de febrero 2022, 21:20
La impostura en el arte moderno no es un tema prolífico en el sentido narrativo, pero ha dado algunas valiosas novelas en lengua castellana. En ' ... La cabeza de plástico' (1999), el barcelonés Ignacio Vidal-Folch nos ofrecía una divertida sátira en torno a las supersticiones y las mitomanías que hay detrás del mundillo de las galerías y los museos. En 'El hombre inacabado' (2016), el cordobés Manuel Calderón trazaba lo que podría denominarse «el retrato de un artista delincuente». Y en 'La luz negra' (2018) la argentina María Gainza abordaba las farsas en el universo del coleccionismo o de los peritos autenticadores de cuadros. Es en esa temática en la que se inscribe la nueva entrega narrativa del escritor gallego Juan Tallón. Su título, no exento de ironía, es 'Obra maestra' y trata un caso tan inverosímil como verídico en la historia reciente de nuestro país: la desaparición detectada en 2006 de una gigantesca escultura de 38 toneladas, titulada 'Equal-Parallel/Guernica-Bengasi', que el Museo Reina Sofía había encargado al cotizado artista norteamericano Richard Serra para su inauguración en 1986.
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Los pasos que condujeron a esa desintegración prodigiosa de unas monumentales planchas de acero dibujan un argumento rocambolesco. Finalizada la muestra inaugural, la obra deja de exponerse y es retirada a las dependencias del museo. En 1990 es confiada a una prestigiosa empresa de almacenaje (Macarrón) y trasladada a una nave ubicada en la localidad madrileña de Arganda del Rey. Cuando, dieciséis años después, el Reina Sofía la reclama, la escultura se ha esfumado como la propia empresa que la custodiaba y que quebró por culpa de los impagos de un sinfín de millonarios encargos oficiales. Para remediar o paliar el escándalo, le es encargada a Richard Serra una réplica de la obra desaparecida que queda expuesta de forma permanente. Hasta aquí, los hechos objetivos. A partir de aquí comienza, en teoría, la tarea del escritor de darles una convincente encarnadura novelesca.
La gran dificultad que presentaba semejante proyecto narrativo residía en que el argumento literario venía ya dado por la vida real, que parecía haberse vuelto creativa de pronto. ¿Qué puede hacer un escritor cuando la realidad compite con la ficción? La solución con la que Tallón resuelve este problema es la de dejar hablar a una serie de personajes con una fórmula que, más que a lo que suele llamarse 'novela coral', se aproxima al reportaje documental aunque puedan ser ficticios algunos de los personajes que en él intervienen y sus testimonios se alternen con los de personajes reales.
'Obra maestra' presenta, de esta manera, un carácter absolutamente fragmentario. Las declaraciones de cada uno de los 'participantes' en el texto van encabezadas por una leyenda en negrita que explicita su identidad. El libro se abre con la voz de la periodista Natividad Pulido, que adopta un sugerente registro novelesco en primera persona cuando recibe en el móvil el mensaje de la 'noticia bomba' mientras asiste a una representación teatral. Con ese empático registro de voz se queja de su dificultad para acomodarse en una butaca. Sin embargo, ese cálido microclima inicial pronto nos abandona para dejar paso a una compartimentada galería de declarantes. Por las 320 páginas de las que consta el texto van desfilando desde críticos de arte como Francisco Calvo Serraller, Randy Kennedy o José Luis Merino hasta escritores como César Aira, Iñaki Uriarte o el propio autor, pasando por Ana Martínez de Aguilar, la que fue directora del Reina Sofía entre los años 2004 y 2007; por modestos vigilantes del museo, altos funcionarios, marchantes, exministros, un taxista, una etarra, un agente de la Interpol, el mismo Jesús Macarrón, titular de la empresa extinta, o artistas conocidos como Eduardo Arroyo, Rafael Canogar, un Juan Genovés que nos deja una frase lapidaria –«Si esa obra no aparece, este país se va a la mierda»– o el propio Richard Serra, que asoma de manera recurrente por el texto contando anécdotas de su vida y observaciones sobre el nacimiento de su vocación y su concepto del arte que no esclarecen nada.
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'Obra maestra' es un puzle que no resuelve el enigma que plantea y que no compone una figura sino algo parecido a un borrón participante de ese minimalismo conceptual del que es fruto la pieza escultórica en torno a la que gira todo el libro. Es un paseo giratorio alrededor del vacío dejado por la obra desaparecida; una suerte de carrusel humano que tiene mucho de hoguera o de traca pirotécnica de las vanidades.
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