San Esteban: 10 años de una batalla ciudadana por la conservación del patrimonio histórico
Una década después de la paralización de las obras de extracción de los restos del yacimiento de Murcia, el enclave está próximo a cerrar su segunda campaña de excavaciones y a la espera de desarrollar su proyecto de rehabilitación
Bajo la grava que cubre el yacimiento de San Esteban, en Murcia, descansan guarecidos de la intemperie tapiales, ladrillos e hileras de muros. Describen un entramado urbano que, aunque, revestido con capas de geotextil, piedras y arena, se distingue con facilidad desde la valla que bordea su perímetro. Hace diez años, su dibujo era más nítido. No había grava ni geotextil, y a un lado y a otro de las calles del arrabal murciano emergían muros desnudos. Sin embargo, entonces, la lluvia, el viento o la humedad del frío no eran las principales amenazas de este enclave, por cuya protección clamaron en 2009 cientos de murcianos hasta lograr que sus restos fuesen conservados. En ese empeño, la primera victoria fue la paralización judicial, el 9 de diciembre de 2009, como medida cautelar, de las obras de extracción, almacenamiento y reubicación de San Esteban que, en ese momento, se estaban llevando a cabo en el yacimiento, descubierto pocos meses antes durante las tareas de construcción de un aparcamiento subterráneo. De aquella primera batalla ganada, a la que dio impulso la Plataforma Ciudadana para la Conservación del Patrimonio Arqueológico de San Esteban, se cumple este lunes una década.
Ya no hay muros desnudos, salvo los que hoy se estudian en la que es la primera gran actuación de excavación e investigación arqueológicas, que, iniciada hace poco más de un año fruto de un convenio entre la Universidad (UMU) y el Ayuntamiento de Murcia, se realiza en el entramado desde aquellas obras de extracción, pero sí un proyecto todavía con mucho por aportar y explorar. Una mina viva gracias a la ciudadanía.
En esta década y hasta la puesta en marcha de la actual 'Fase 0' –proyecto de revisión, diagnóstico y excavación del yacimiento, que se inició en noviembre de 2018 bajo la dirección del profesor de Prehistoria, Arqueología, Historia Antigua, Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas de la Universidad de Murcia Jorge Eiroa–, las actuaciones en San Esteban se han limitado a la conservación y protección del arrabal, datado entre los siglos XI y XIII. Ahora, el conjunto medieval, Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2010 –otra de las batallas ganadas–, se encuentra desarrollando una nueva etapa: la del estudio e investigación sobre el terreno.
El yacimiento murciano cerrará este mes su segunda campaña de excavaciones englobada en la primera gran actuación arqueológica que se desarrolla en el enclave tras la paralizaciónen 2009 de las obras que pretendían desmantelarlo, y de cuya efeméride se cumple una década
Esta se inició hace un año junto con una primera campaña de excavación que se extendió durante algo más de cuatro meses, y actualmente se lleva a cabo una segunda que prevé finalizar el próximo día 20. Entonces el trabajo de campo cederá todo su protagonismo al de laboratorio, en el que ya se emplea el equipo dirigido por Eiroa, formado por seis arqueólogos, dos antropólogos, dos expertos en arqueobotánica y dos restauradoras. Las tareas en San Esteban, tanto las desarrolladas en la primera campaña como en la actual, han tenido y tienen como objetivo un análisis interdisciplinar de los restos del yacimiento, a los que el público ha podido acceder desde, prácticamente, la apertura de esta llamada 'Fase 0'. «Que la gente vea que el yacimiento está activo y que pueda visitarlo es importante para que lo conozca y lo valore», cree Eiroa.
Edificios identificados
Desde el pasado 30 de septiembre –y hasta el próximo viernes–, el conjunto arqueológico acoge todos los días una visita guiada –a las 12.00 horas– que acerca al público el trabajo que sobre el terreno realizan los arqueólogos, y muestra las zonas excavadas, que actualmente se centra en tres: dos edificaciones colindantes identificadas como Recinto I y II y el Maqbara o cementerio y Oratorio.
Estas visitas, que también se realizaron durante la primera campaña, son para Eiroa, un «acierto». Durante el verano, con los primeros trabajos de campo finalizados, se programaron en horario de tarde dos días a la semana, y este invierno, confirma Eiroa, también se realizarán pese a que las labores de excavación no se estén desarrollando.
En esta segunda campaña que está próxima a finalizar los trabajos se han centrado en las tres zonas citadas, fundamentalmente en los dos edificios contiguos, Recinto I y II, interpretado el primero como un posible funduq u hospedería que pudo dar cobijo a quienes llegaron a la ciudad buscando alojamiento. La segunda edificación, de grandes dimensiones, se correspondería, creen los arqueólogos, con una residencia privada de una familia pudiente, cuya distribución de estancias da pistas del modo de vida de sus moradores.
Presente y futuro
En este segundo periodo de actuaciones, los expertos han seguido recuperando «piezas interesantes», califica Eiroa, de diversos materiales, como vidrio o cerámicas, así como restos de semillas y otros vegetales que ya aparecieron en las primeras excavaciones, y nuevos enterramientos con restos óseos que podrán reconstruir, con los datos que aporten, la vida y costumbres de quienes habitaron esta zona de la ciudad hace más de ocho siglos. El principal objetivo de estas intervenciones, recuerda Eiroa, es conocer mejor el yacimiento porque sobre él, reconoce, «no había mucha información». Desde las obras de desmantelamiento que se desarrollaron en 2009, no se habían realizado, afirma el experto, nuevas excavaciones que permitieran el estudio de los restos, y sin esto último, no es posible, añade, armar un buen relato que explique el yacimiento y su contexto a los visitantes.
A corto plazo
El convenio firmado por la Universidad de Murcia y el Ayuntamiento finalizará en primavera, fecha que el equipo de Eiroa se ha marcado para presentar la memoria con todos los trabajos realizados, tanto en las zonas de exvacación como en el laboratorio. Si habrá o no una tercera campaña dependerá de si el acuerdo entre ambas instituciones se renueva o prolonga, algo que, reconoce Eiroa, todavía es pronto para determinar. No obstante, si se produjera esa tercera intervención, con gran probabilidad, se incorporaría al recorrido de visitas actual una nueva zona. Los trabajos continuarían en el cementerio, «donde siguen apareciendo individuos», matiza Eiroa, pero, a la vez, se extenderían por unas edificaciones cercanas al funduq, al otro lado del corredor principal habilitado para las visitas, que los expertos interpretan como una zona de «tiendas». También sería «interesante», reconoce Eiroa, actuar sobre una de las casas del siglo XI localizadas durante las excavaciones de 2009, al otro lado del lugar donde hoy se llevan a cabo las labores de extracción de tierra, combinadas estas con la conservación, protección y consolidación de todos los muros excavados.
Sobre el conjunto arqueológico de San Esteban está previsto construir un jardín en superficie que permita la conservación de sus restos medievales y la recuperación de este espacio para el uso público. El proyecto ideado por las firmas de arquitectos Burgos y Garrido y Ayllón Paradela de Andrés, ganadoras del concurso de ideas llevado a cabo por el Ministerio de Fomento para la cubrición del yacimiento y resuelto recientemente, se encuentra en fase de contratación. Tras ella, las firmas –ambas radicadas en Madrid– deberán redactar el proyecto para la ejecución material del mismo, que deberá salir a licitación pública. Todavía no hay fecha para el inicio de los trabajos, que interrumpirán la labor arqueológica que en esos momentos se esté desarrollando, y sufragarán tanto Ministerio como Ayuntamiento y Comunidad (el presupuesto total es de 17.357.361 euros). No obstante, una vez que se inicien estas obras serán necesarios 24 meses para su finalización.
Por lo pronto, y a la espera de que arranquen estas actuaciones, el yacimiento seguirá reclamando la atención de arqueólogos y visitantes. Este mismo mes de diciembre está previsto que se inaugure un nuevo sistema de iluminación led en el conjunto medieval que permitirá recorrer visualmente sus calles y organizar visitas nocturnas. También este mes, en concreto, el día 17, tendrá lugar una nueva conferencia del curso de arqueología que se está realizando sobre el arrabal, y que en esta ocasión contará con la intervención de la profesora de la UMU Mireia Celma, y el docente de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Jacob Morales, quienes disertarán sobre antracología (recolección e identificación de carbones) y carpología (estudio de las semillas y los frutos). La cita, de entrada libre, tendrá lugar en el edificio Moneo de Murcia a las 17.00 horas.
Opinión
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