Marisol Manzano, investigadora de la Universidad Politécnica de Cartagena. ANTONIO GIL / AGM

¿Desde dónde llegan los solutos al Mar Menor?

Un proyecto de la UPCT analiza las distintas causas que afectan a la situación de la laguna para diseñar programas efectivos de prevención de entrada de contaminantes

Lunes, 14 de febrero 2022, 21:47

Hace casi tres décadas que los científicos estudian el Mar Menor, sus aguas, su ecosistema único, y todo lo que lo rodea e influye sobre el mismo, de uno u otro modo. En los últimos años su situación preocupa especialmente, sobre todo tras las crisis que lo acecha desde la primavera de 2016, aquella en la que se le llegó a denominar 'sopa verde'.

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Especialmente desde esa fecha, la búsqueda de culpables y los ataques al turismo o la agricultura, como principales causantes de su situación, no han cesado. Si bien han servido de poco a la hora de plantear soluciones. Ahora, el proyecto de investigación OPAL, liderado por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB) y la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) plantea que los estudios que se centran únicamente en el aporte de solutos de origen antrópico al Mar Menor a través de las ramblas, ignoran o subestiman otros mecanismos de entrada o de movilización de solutos relevantes, como la descarga difusa de agua subterránea, la recirculación de agua a través de los sedimentos de fondo o la resuspensión de estos.

El proyecto toma su acrónimo de las siglas en Inglés de 'Origin and Pathways of Anthropogenic solutes into coastal Lagoons: groundwater, sediments and episodic events', que en español sería 'Origen e incorporación de solutos antropogénicos a lagunas costeras: agua subterránea, sedimentos y eventos puntuales'. «La comprensión de estos procesos, como complemento del aporte por las ramblas, debería proporcionar las herramientas de decisión necesarias para diseñar programas efectivos de prevención de entrada de contaminantes, disminución del riesgo de episodios de eutrofización y recuperación del entorno», explica Marisol Manzano, investigadora del grupo de Gestión, Aprovechamiento y Recuperación de Suelos y Aguas de la UPCT e investigadora del proyecto.

Se han detectado zonas preferenciales de descarga de agua subterránea con niveles altos de algunos de los solutos que contribuyen al deterioro ecológico de la laguna

«Estos programas deberían incluir la monitorización del sistema lagunar a través de un detallado conocimiento del papel relativo de cada mecanismo de aporte de solutos, y el uso de modelos calibrados que puedan predecir, de forma fiable, los impactos esperables ante distintas actuaciones de gestión y escenarios de cambio climático o de cambio socio-económico».

Sr. García

Así pues, a través de este trabajo, los científicos están estudiando, principalmente desde un punto de vista empírico, las principales vías de transporte de nutrientes, metales traza y contaminantes originados por la actividad humana a las lagunas costeras del Mediterráneo, utilizando como modelo el análisis del Mar Menor y su cuenca vertiente. «El proyecto pretende estudiar dichas vías de transporte en condiciones ambientales estables y en condiciones excepcionales puntuales, como son las DANA o gotas frías», dice Manzano.

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El estudio se encuentra prácticamente en su ecuador pero ya cuenta con algunos resultados destacables, como el hecho de que se confirma que el Mar Menor está muy conectado no solo con su cuenca vertiente superficial, sino con su cuenca hidrogeológica. De hecho, se han detectado zonas preferenciales de descarga de agua subterránea con niveles altos de algunos de los solutos que contribuyen al deterioro ecológico de la laguna.

Además, se ha comprobado que la presencia de metales pesados en los sedimentos del Mar Menor es generalizada, habiéndose medido elevadas concentraciones de metales como el plomo o zinc en sedimentos provenientes de la minería desarrollada a finales del siglo XIX y a lo largo del XX; también que los sedimentos resuspendidos en el Mar Menor durante los fuertes vientos tienen una alta concentración de metales susceptibles de solubilizarse.

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Análisis completo y multidisciplinar

El principal interés del proyecto OPAL es su enfoque global e integrador, ya que analiza todos los mecanismos que potencialmente pueden incorporar solutos a las lagunas costeras mediterráneas, desde los procesos atmosféricos como el viento y la lluvia, a los procesos hídricos superficiales (escorrentía superficial) y subterráneos (flujo de agua subterránea) y a los procesos de removilización por sedimentos.

Marisol Manzano también destaca, como elemento de interés, «el hecho de que la mayoría de las entradas de solutos a la laguna se analizan por duplicado, desde tierra y desde mar, usando para ello métodos y técnicas de estudio diferentes, con el fin de disminuir las incertidumbres inherentes a cada técnica». Por ejemplo, señala, el aporte de nutrientes a la laguna a través de la descarga difusa de agua subterránea se analiza desde tierra cuantificando el flujo de agua que descarga a la laguna y la masa de nutrientes que esta agua transporta mediante métodos hidrogeológicos como el análisis piezométrico, la caracterización química e isotópica del agua subterránea y la modelación numérica del flujo de agua y el transporte de solutos. «Desde dentro de la laguna, el aporte de nutrientes por el flujo de agua subterránea que descarga a la misma se estudia realizando un balance de trazadores isotópicos ambientales de origen continental que están presentes en el agua que descarga a través del lecho del Mar Menor, así como con la modelación del balance de agua dentro de la laguna», apunta la investigadora de la UPCT.

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Un estudio necesario

Numerosos proyectos de investigación anteriores a OPAL se han centrado en los aspectos más biológicos del deterioro que tiene lugar en las lagunas costeras, pero no han abordado de forma integral el estudio de las fuentes y los procesos que aportan solutos no deseados a estas zonas de alto interés natural y socio-económico. La necesidad de realizar un estudio de este alcance se justifica por dos motivos, en palabras de Manzano: «El primero es la relevancia de los muchos beneficios que el ser humano y el medio ambiente obtienen de estos ecosistemas costeros (por ejemplo, la generación de hábitats para la cría y supervivencia de muchas especies de animales y plantas, de oportunidades económicas a través de la pesca, el turismo o las actividades recreativas, o de ocasiones para la investigación y educación ambiental), y el segundo es el intenso deterioro que afecta a muchos de estos ecosistemas como consecuencia, principalmente, de la explotación intensiva del suelo y de los recursos biológicos e hidrológicos tanto en las propias lagunas como en sus cuencas vertientes».

Aunque el proyecto OPAL está liderado por investigadores principales de las universidades Autónoma de Barcelona y Politécnica de Cartagena, en conjunto integra a 30 investigadores de diversas instituciones de España (varios institutos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, como el Instituto Geológico y Minero de España y el Instituto de Ciencias del Mar, la Universidad de Barcelona) y Suiza (el Instituto Federal de Tecnología de Zurich y la empresa HydroGeoModels). Además, las especialidades del grupo son muy variadas, entre otras hidrogeología, oceanografía, microbiología y biogeoquímica. Y merece la pena destacar que este proyecto está formando a un buen número de jóvenes investigadores, pues hay cuatro tesis doctorales en marcha.

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Asimismo, cabe señalar que el proyecto está financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación a través del Plan Nacional de Ciencia 'Proyectos de I + D' en la modalidad 'Retos de investigación' en la convocatoria del año 2019. Comenzó a mediados de 2020 y finalizará a mediados de 2023.

El papel fundamental de los humedales

Cada año, en el mes de febrero se celebra el Día Internacional de los Humedales, una fecha en la que se pone de manifiesto la importancia de conservar y recuperar la superficie de humedales y lagunas, y de hacer compatible su existencia, en buenas condiciones de funcionamiento, con el uso de sus recursos naturales y los de sus cuencas por el ser humano. En ese sentido, la investigadora de la Universidad Politécnica de Cartagena, Marisol Manzano, incide en el gran papel que los humedales en general, y los humedales y lagunas costeras en particular, han contribuido extraordinariamente y de forma gratuita al éxito de nuestra especie a lo largo de toda la historia de la humanidad. Así, señala que muchas de las grandes culturas de antigüedad nacieron junto a grandes humedales y lagunas costeras, las cuales proveían alimento, agua, materiales de construcción, recursos energéticos como turba y madera, vías de comunicación, o un clima atemperado (por la presencia de vegetación y humedad) para vivir y crear una familia. Otras especies animales y vegetales también se benefician de la existencia de humedales en su entorno, lo que genera un planeta con más biodiversidad y más rico en recursos. Pero a pesar de la relevancia de los humedales y de los servicios ecosistémicos que ofrecen para el bienestar humano y de otras especies, la superficie de humedales en nuestro planeta sigue disminuyendo, y muchos de los que quedan están muy deteriorados.

Por todo ello, advierte Manzano, «es importante que se dediquen recursos a aumentar el conocimiento sobre el funcionamiento de estos ecosistemas costeros, como es el caso del proyecto OPAL, y que los conocimientos generados se incorporen a los programas de gestión de los mismos».

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