Laura Zamora, ingeniera de Telecomunicaciones por la UPCT. LV

«Descarté la idea de ser astronauta, pero con mi ingeniería podía trabajar en el sector espacial, aunque desde tierra»

Laura Zamora. Ingeniera de Proyectos en la sección de Simuladores End2End de GMV Aerospace and Defense

Lunes, 1 de marzo 2021, 21:28

Estudió Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universidad Politécnica de Cartagena y realizó un proyecto de Máster especializado en 'software' a bordo de satélites. Desde 2018 trabaja como Ingeniera de Proyectos, responsable de desarrollo de algoritmos, en GMV, una de las empresas españolas más importantes del sector espacial. Desde GMV trabaja en proyectos ofertados por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en Inglés), en colaboración con múltiples empresas y universidades de toda Europa. Su proyecto más importante hasta la fecha ha sido el desarrollo de los simuladores de los instrumentos de MTG (Meteosat de Tercera Generación).

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–¿Qué quería ser de pequeña?

–Siempre he querido dedicarme a la ciencia y la tecnología. Mi padre, que es arquitecto, me transmitió desde muy pequeña su amor por la Física y las Matemáticas, algo que asimilé como mío también. En general los estudios siempre fueron algo trivial para mí porque no me suponían mucho esfuerzo, por lo que dediqué la mayor parte de mi infancia a leer libros de fantasía y cultivar mi imaginación. Cuando eres pequeño es complicado tener una visión muy clara de lo que quieres hacer, pero sabía que sería algo relacionado con una Ingeniería o ciencias puras.

«Mis referentes actuales podrían ser Elon Musk y Margaret Hamilton»

–¿Quiénes fueron sus referentes?

–Mi principal referente ha sido mi padre, una persona de éxito en su profesión que realmente disfruta con lo que lleva haciendo toda la vida. Sentir la pasión que siente por su trabajo ha sido una de mis mayores metas a alcanzar en la vida.

A temprana edad empezaron a aparecer otras personas a las que admiraba muy dispares como Jacques Cousteau, Neil Armstrong o Félix Rodríguez de la Fuente, aunque todos tenían en común su ansia por conocer nuevos horizontes e innovar en sus respectivos campos. Ya de más mayor, encontré referentes filosóficos como Albert Camus y físicos como Einstein o James Clerk Maxwell.

Mis referentes actuales, supongo que podrían ser Elon Musk (como probablemente el de cualquier ingeniero de este planeta) y Margaret Hamilton, una de esas muchas mujeres que estuvo detrás de los grandes éxitos de la humanidad y que no ha sido reconocida como merece.

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–¿Siempre le interesó el espacio?

–Sí, desde muy pequeña sentí la curiosidad por los enigmas principales del universo (quienes somos, de dónde venimos, qué hay más allá...). Me gustaba tumbarme en el césped y mirar las estrellas, unirlas, crear formas, etc. Luego vino el cine y las películas de Ciencia Ficción, donde vi por primera vez un traje de astronauta y me imaginé miles de veces flotando en el vacío (confieso que aún me asalta este pensamiento). Ser astronauta siempre me ha parecido lo más alucinante que se puede hacer en esta vida, pero también lo he visto siempre como inalcanzable.

«Un sueño sería trabajar directamente en la ESA, en 'software' de a bordo de satélites, y poder estar presente en los lanzamientos desde la Guayana Francesa»

Ver a gente como Pedro Duque es muy inspirador, porque de primeras piensas que para ser astronauta hay que ser estadounidense, y las siglas como la ESA no son conocidas por el gran público, pero quizás cuando descubres estas cosas sientes que ya es 'demasiado tarde'.

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Descarté la idea de ser astronauta, pero ya estando en la carrera entendí que el sector aeroespacial abarca muchos trabajos diferentes, y que con mi Ingeniería podía trabajar en él, aunque desde tierra, haciendo cosas que algún día estarían en el cielo. Este fue un punto de inflexión en mi vida, porque a mitad de carrera me sentí un poco desorientada y no estaba segura de estar haciendo lo que realmente me gustaba; pensar en poder implicarme en el sector espacial me dio fuerzas para seguir adelante.

–¿Qué la lleva a trabajar en GMV?

–Tras terminar el Master de Ingeniería de Telecomunicaciones en la UPCT, en el que trabajé en una herramienta de validación para el software de a bordo de uno de los instrumentos del satélite Euclid, una misión científica de la ESA concebida para el estudio de la materia y la energía oscura, la misma universidad me contrató durante seis meses para seguir trabajando en el proyecto. El contrato no pudo extenderse así que me tocó buscar suerte en el sector privado.

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Para continuar en el sector espacial en España, acepté que el grueso de empresas estaba en Madrid. Así que eché currículum en varias empresas que tenían puestos vacantes interesantes, entre ellas GMV. Sorprendentemente me llamaron al día siguiente muy interesados en mi perfil, y me pidieron una entrevista personal en Madrid. Todo fue muy rápido y en cuestión de tres semanas estaba buscando piso frenéticamente para empezar a trabajar en Tres Cantos.

La verdad es que estoy muy contenta en la empresa, me siento valorada y reconocida y los proyectos son exigentes.

–En GMV trabaja en la división de Space Segment and Robotics, ¿en qué consiste su trabajo?

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–Dentro de esa división, concretamente trabajo en la sección de simuladores End2End, los cuales consisten en la réplica por medio de software del funcionamiento y resultados de los instrumentos que se suben a bordo de los satélites.

El desarrollo de simuladores es uno de los pasos necesarios en el lanzamiento de un nuevo satélite. En estos simuladores se emplean todos los efectos físicos genéricos a los que están expuestos, como perturbaciones, posicionamiento, velocidad, y además incluyen los aspectos específicos para los que está diseñado el instrumento seleccionado, que puede ser un espectrómetro, una cámara multiespectral, un interferómetro... Todos estos datos sintéticos que generamos se encapsulan en 'paquetes' con formato normalizado que son transferidos a tierra, que comúnmente se llaman Telemetrías.

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Los simuladores sirven básicamente para que los científicos que han desarrollado el instrumento en cuestión prueben todos los escenarios posibles y evitar errores que serían irreparables una vez estuviese el satélite en órbita.

¿Y cómo llega la oportunidad de colaborar con la ESA?

–Una vez dentro de una empresa que realiza proyectos en el sector espacial, colaborar con la ESA se convierte en algo rutinario, al menos si vives en Europa, claro. Todos los proyectos europeos espaciales con fines de investigación científica u observación de la tierra son contractados por la ESA, y los que tienen otros fines más comerciales de alguna manera también tienen que pasar por ella.

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–¿Qué hace exactamente con ella?

–De alguna manera llevo trabajando en proyectos involucrados con la ESA desde el Máster. Quizá el proyecto más destacado, en el que trabajo actualmente es la simulación de los instrumentos para los dos satélites de Meteosat de Tercera Generación (MTG) (2018-actualidad), los cuales serán lanzados en 2022 y 2023. He sido la principal responsable del desarrollo de la algoritmia y procesado de datos (telemetrías) de todos estos instrumentos.

Meteosat son los satélites pertenecientes a la empresa Eumetsat que se encargan de monitorizar el clima y la atmósfera de la tierra con diferentes instrumentos focalizados en diversos aspectos. Los MTG, se dividen en dos tipos, los S (con instrumentos basados en la espectromería) y los I (con instrumentos basados en la radiometría). Los MTG-I contienen dos instrumentos, el FCI que genera imágenes de barrido de la Tierra completa en diferentes bandas frecuenciales (desde el espectro visible hasta el intrarrojo), y el LI (Lighting Imager), que tiene cuatro cabezales ópticos dedicados a monitorizar los posibles rayos ocurridos en la atmósfera. Los MTG-S también tienen dos instrumentos, el IRS que genera imágenes espectrales (con triple dimensión, cubos) del disco terráqueo completo, y el UVN que genera imágenes del hemisferio norte en el espectro ultravioleta.

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–¿Qué ha supuesto para usted esa colaboración, ha sido un sueño cumplido?

–De cada proyecto aprendes cosas nuevas y útiles, aunque no me atrevería a decir que es un «sueño cumplido» haber trabajado en todas estas misiones puesto que dentro de esta área es 'normal work'. Será un momento muy emocionante en mi vida cuando lancen los MTG, ya que sé que parte de las correcciones y estrategias tomadas en sus instrumentos han sido gracias a los simuladores a los que he dedicado tanto tiempo y esfuerzo.

Un sueño sería trabajar directamente en la ESA, en software de a bordo de satélites, y poder estar presente en el lanzamiento de estos desde la Guayana Francesa.

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