Adaptados a vivir (casi) sin agua
Un estudio de la Fundación Séneca analiza el funcionamiento de las especies y comunidades vegetales que crecen bajo diferentes condiciones de aridez
Los ecosistemas mediterráneos, y especialmente los semiáridos, entre los que se incluye la mayoría del territorio de la Región de Murcia, se encuentran entre los más vulnerables al cambio climático, según los últimos informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), donde las predicciones apuntan a un aumento de aridez, provocado por un aumento de la temperatura junto con una reducción de las precipitaciones en las próximas décadas, lo que comportaría serios riesgos para los recursos vegetales y del suelo. Este aumento de aridez conlleva, entre otros efectos, una disminución en la disponibilidad de agua para las plantas, un recurso básico para su subsistencia ecosistemas secos y uno de los principales factores que limitan su productividad, crecimiento y supervivencia. Por eso, IvÁn Prieto, investigador del área de Ecología de la Universidad de León, pretende entender el funcionamiento de las especies y comunidades vegetales que crecen bajo diferentes condiciones de aridez y ser capaz de predecir posibles cambios que se producirán frente a la aparición de estos problemas, por efecto del cambio climático.
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Lo hace a través del proyecto 'Vulnerabilidad de las comunidades vegetales en ecosistemas Mediterráneos y su respuesta frente al cambio climático: estrategias de uso del agua y de los nutrientes, su regulación en función del clima y efectos en el ecosistema', financiado por la Fundación Séneca a través del programa Jóvenes Líderes de Investigación. Además, pretende continuar con esa línea de investigación, gracias a un proyecto del programa Retos de Investigación (del Ministerio de Ciencia e Innovación), que le permitirá abarcar gradientes más amplios y con más especies y comunidades vegetales.
«En concreto, este trabajo pretende entender la relación entre la diversidad de estrategias de uso del agua de cada una de las diferentes especies que componen una comunidad y los factores ambientales que más se verán afectados por el cambio climático (precipitación y temperatura) en ecosistemas mediterráneos. Quizá así podremos entender la capacidad de adaptación de las especies y comunidades vegetales a ese aumento de aridezque podría limitar la supervivencia y productividad de las especies», explica. Para ello, han estudiado 34 especies de plantas leñosas de ecosistemas mediterráneos y semiáridos, fundamentalmente árboles y arbustos como el pino carrasco (Pinushalepensis) o el romero (Rosmarinusofficinalis). «Estas especies las encontramos en cinco comunidades vegetales a lo largo de un gradiente de aridez, desde zonas donde apenas llueven 190 mm al año a sitios menos áridos con alrededor de 700 mm de lluvia anual», indica.
Pretende entender la relación entre la diversidad de estrategias de uso del agua de las diferentes especies que componen una comunidad
El investigador parte de la idea de que las estrategias de uso del agua están muy relacionadas con las características funcionales de las hojas, tallos y raíces (forma, densidad o contenido en materia seca y nutrientes, entre otros) los cuales se relacionan con la adquisición de recursos en plantas de ecosistemas mediterráneos.
Además, estas estrategias de uso del agua estarán también relacionadas con variables climáticas (precipitación, temperatura, evapotranspiración) y de suelo así como con el tamaño de las plantas y estructura de la vegetación. Es decir, que en base al lugar en el que se encuentran y las posibilidades que este ofrece, la vegetación se ha adaptado para ser capaz de aprovechar al máximo los recursos.
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Uno de los objetivos que persigue Iván Prieto es comprender cómo utiliza cada especie la poca agua disponible en el suelo
Uno de los principales objetivos que persigue Ivan Prieto es entender cómo cada especie utiliza la poca agua disponible en el suelo, en distintas comunidades vegetales de ecosistemas mediterráneos. «Se trata de descubrir qué estrategias de uso del agua tiene cada una de las diferentes especies que componen una comunidad vegetal, para así estudiar la capacidad de adaptarse y modificar estas estrategias en respuesta a los factores ambientales que más se verán afectados por el cambio climático (disminuciones de precipitación y aumentos de temperatura, es decir a una mayor aridez)», afirma. De esta forma podrá entender la respuesta de las comunidades vegetales a un aumento de aridez y podrá evaluar cómo la aridez influye en las especies en función de sus estrategias de uso del agua, de forma que sea posible evaluar su impacto sobre estos ecosistemas.
Múltiples soluciones
A día de hoy la investigación ya está dando sus frutos. Prieto ha podido comprobar que existe una gran diversidad en cuanto a las estrategias de uso del agua en las diferentes comunidades vegetales evaluadas y a lo largo de un gradiente amplio de aridez. Según dice, «esto nos indica que, incluso bajo condiciones fuertes de aridez, existe una gran diversidad de estrategias en las comunidades vegetales. Desde especies que extraen agua profunda como un mecanismo de evitación de sequía a otras que la toman más superficial, y por lo tanto menos abundante durante los periodos de sequía, pero que son capaces de resistir esa falta de agua».
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Ha comprobado que esta alta diversidad en la profundidad de extracción de agua está asociada al tamaño de la planta (las especies más altas son capaces de extraer agua a mayor profundidad), pero también a la morfología y química de las hojas favoreciendo procesos como la obtención de otros recursos para la planta, además del agua.
Gestión eficaz
El investigador espera que «con el conocimiento generado en este proyecto se podrán desarrollar estrategias de gestión eficaces que se adapten a estos futuros cambios en el clima y permitan desarrollar directrices para una gestión ambiental adaptativa de los ecosistemas semiáridos mediterráneos». Esto implica que la diferente capacidad de las especies de acceder a agua profunda o de sobrevivir en condiciones más áridas utilizando agua superficialse pueda tener en cuenta para el desarrollo de metodologías de restauración de la cubierta vegetal autóctona en terrenos degradados, basadas en esta mejor comprensión del funcionamiento ecológico de cada especie en unas condiciones de aridez determinadas.
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