Pérez Piñero y el futuro

La importancia y transcendencia del legado arquitectónico del arquitecto Emilio Pérez Piñero puede analizarse desde distintos puntos de vista, tal y como corroboran las numerosas y diferentes investigaciones realizadas sobre su obra. Una vez observada con minucioso detalle su contribución a la disciplina y demostrada su total vigencia, cabe preguntarse si su trabajo sirve como herramienta de construcción de futuro.

La apuesta decidida de Pérez Piñero por una práctica proyectual con carácter transversal entre lo experimental y lo tecnológico permite volver a mirarla desde la óptica de los retos contemporáneos de la arquitectura. La condición global que debe tener nuestro campo de trabajo como arquitectos en el futuro, dentro de un mundo hiperconectado, requiere de reflexiones como las que Piñero realizó durante los años sesenta y principio de los setenta.

El desarrollo de sus proyectos, en relación permanente con lo infraestructural, dota a su obra precisamente de esa necesidad de una arquitectura transnacional, que no entiende de fronteras, y que puede ayudar a resolver los grandes problemas de alojamiento en el mundo. La total actualidad de esta circunstancia queda puesta de manifiesto con el último lema de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) para el reciente Día Mundial de la Arquitectura de 2019: 'Arquitectura, vivienda para todos'. Nuestro colectivo apuesta decididamente por contribuir a realizar un plan que pueda garantizar a cualquier ciudadano del mundo tener acceso a una vivienda digna, asequible y sustentable con el medio ambiente. En este punto aparece la obra de Pérez Piñero, de forma clara, como una línea de trabajo que marque directrices con las que acometer dicha problemática. La ONU-Hábitat estima que para el año 2030, cerca de 3.000 millones de personas necesitarán tener acceso a una vivienda, lo que significa alrededor de un 40% de la población mundial.

El 'nuevo' Pérez Piñero, a partir de sus investigaciones de finales del siglo XX, propondría una actualización de su arquitectura nómada y plegable, para abordar los retos de la movilidad y las nuevas formas de conectar, tanto a nivel global como en la escala urbana de nuestras ciudades. Sus proyectos, en este sentido, dotan de vigencia a la respuesta que la arquitectura debe dar a las nuevas condiciones de vida y trabajo, que pasan por unas posibilidades de modificación y cambio permanente.

El carácter constructivo de su obra, donde se trabaja la relación entre el sistema material y la geometría para acondicionar los espacios habitables de una manera muy novedosa para su tiempo, entra en directa vinculación con la nueva tecnología, ya puesta en marcha de forma imparable, de la impresión digital tridimensional y la robótica, aplicada en la arquitectura. Sus estructuras metálicas, dotadas de extrema ligereza y contemporaneidad, avanzarían por el camino de los nuevos biomateriales aplicados a la construcción.

En este sentido, otro de los grandes valores de los proyectos de Pérez Piñero, es la forma de entender el hecho constructivo en relación con la energía y, por tanto, en vínculo con el medio ambiente. Su obra aborda el concepto de huella ecológica y el mínimo impacto. La incuestionable contribución de la arquitectura a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la ONU, protegiendo al planeta y la salud de las personas, pasa por propuestas como las de Piñero, donde prime la eficiencia energética y la optimización tanto tecnológica como constructiva que dote a los espacios de las mejores condiciones de confort para sus habitantes.

Esta breve construcción utópica de futuro, a partir de los valores de la obra arquitectónica del calasparreño, sirve para poner en valor la magnitud de su contribución en nuestra disciplina, como manifiesto para la arquitectura que está por venir. Imaginemos las nuevas arquitecturas que nos darán cobijo de la mano de la obra de Pérez Piñero.