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Ojos de placer en el corazón de Alejandría

Ciudades. Estaba destinada a ser excepcional desde sus orígenes, pues, según la leyenda, cuando Alejandro llegó a Egipto en el 332 a. C., el propio Homero se le apareció en sueños y le indicó que la tierra frente a la isla de Faros era un lugar ideal para construir una ciudad