El golf saca la cabeza del hoyo inmobiliario
Jugadores alemanes y escandinavos hacen rentables los campos de la Región, lastrados por la debacle de la vivienda
ALEXIA SALAS
Jueves, 21 de junio 2012, 11:02
El turismo de golf afina su puntería. Con el interés de los jugadores alemanes, nórdicos y holandeses en aumento, es frecuente ver grupos de aficionados por los campos de la Región tirando de su bolsa de palos, ajenos a la mala jugada que han registrado en los últimos años los 'resorts'. De hecho, los gestores de los campos confirman el alza de clientes del norte y centro de Europa -después del bajón del turista inglés desde 2008-, pero también el lastre de la crisis de la vivienda asociada a los campos de golf.
«Las cuentas de los campos están más saneadas que las de las inmobiliarias y que las hoteleras, pero no solo aquí», señala Luis Vierna, gerente de Global Golf Company, la compañía que gestiona los seis campos de golf que construyó Polaris y que después traspasó a una empresa para su explotación a esta firma especializada.
En la temporada alta para el golf, los campos gestionados por GGC (Mar Menor Golf, La Torre, Saurines, El Valle, Hacienda Riquelme y Alhama) han estado a un 70% de su capacidad, con unos 700 jugadores al día en la totalidad de los 'greens'. En Lorca Golf y Hacienda El Álamo también confirman «una mejoría notable, aunque con menos facturación porque se han tenido que bajar los precios», según dice su director, Ignacio Simancas. Una idea del creciente interés por el golf, en detrimento del inmobiliario, se encuentra en las sociedades creadas por colonias de residentes ingleses para conseguir precios más baratos. En Lorca Golf, por tanto, avanzan con cautela. «Tenemos abierta una fase del 'resort', el campo y la casa club, con proyecto de tener 27 hoyos, aunque de momento tenemos 18», indica el director.
El alquiler y el realquiler se han convertido en salidas para aligerar el peso de las extensas urbanizaciones semivacías que dejó el 'boom' del este deporte.
El 'tee' de salida estuvo en la eclosión de 21 campos de golf en un radio de 50 kilómetros nada más comenzar la primera década del siglo XXI. Villas de lujo, apartamentos con vistas al campo y hoteles de cinco estrellas brotaron con el apoyo de los bancos y de la administración regional. Una década después, la mayoría de los 'resorts' parecen pueblos fantasma, aunque los campos -algunos ya en manos de los bancos- siguen recibiendo jugadores. ¿Fue un error vincular el turismo de golf al negocio inmobiliario?
Especulación
Para Vierna, «es lo habitual, porque el campo no podría vivir si no está asociado al tema inmobiliario, al tiempo que ofrece un paisaje de varias hectáreas de verde que no tendría». «El error -apunta el experto- estuvo en el proceso de especulación, ya que muchos no compraron una casa sino tres para venderlas y ahora están vacías. No cambiará hasta que la situación en Europa no mejore».
Con todo, para el experto «fue una apuesta acertada, aunque más que por el golf se hizo por el comprador de vivienda». De la parte positiva de la balanza destaca «la garantía de calidad, ya que esta concentración de seis campos de Nicklaus -los de Polaris, diseñados por el famoso jugador- es única en Europa, algo extraordinario, teniendo en cuenta que en toda Francia hay solo uno». Según Vierna, «es una marca de calidad, pero también de mantenimiento» y opina que «en general todos los campos de la Región son buenos y los turoperadores los están descubriendo».
En la parte negativa, los expertos sitúan la falta de vuelos de la Región con las principales ciudades europeas. «Al golf le hace daño perder vuelos y eso que nos salvamos porque tenemos cerca Alicante», explica Vierna, quien señala además como otro factor en contra el cobro extra que imponen algunas aerolíneas de bajo coste por transportar los palos, que antes era gratis.
Para el director de Lorca Golf, «es necesario consolidar el destino, porque estas instalaciones son caras de mantener y hay que ajustar personal y gastos». Sin olvidar la abundancia de destinos atractivos para el aficionado al golf, como Turquía y Portugal. El gerente de Global Golf cree que es necesario «aumentar el número de hoteles, por lo menos tres más de cuatro y cinco estrellas, unas 600 habitaciones, ya que la capacidad hotelera en Murcia es baja y nos perjudica, mientras que con más hoteles, la labor comercial es más intensa».