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Saturadas. Después del anuncio de la OMSS de elevar el nivel de alerta a 4, las farmacias de la ciudad se vieron saturadas por clientes que pedían cubrebocas y antivirales. Foto: Manuel Ureste / Diario El Mundo de Córdoba
'Quiero mi cubrebocas'
UN MURCIANO EN MÉXICO

'Quiero mi cubrebocas'

La avalancha era de esperar: después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretara en México el nivel 4 de alerta ante el riesgo de pandemia y de que fueran suspendidas las clases en todo el país, la inquietud y las llamadas ‘compras de pánico’ salieron a flote en Córdoba, ciudad del estado de Veracruz decretada en alerta preventiva, por cuya autopista circulan a diario miles de automóviles con destino México, Distrito Federal (DF)

MANUEL URESTE | CÓRDOBA (VERACRUZ) |

Miércoles, 29 de abril 2009, 12:42

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La avalancha era de esperar: después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretara en México el nivel 4 de alerta ante el riesgo de pandemia y de que fueran suspendidas las clases en todo el país, la inquietud y las llamadas compras de pánico salieron a flote en Córdoba, ciudad del estado de Veracruz decretada en alerta preventiva, por cuya autopista circulan a diario miles de automóviles con destino México, Distrito Federal (DF).

De hecho, desde muy temprana hora de la mañana, el cubrebocas fue sin duda el artículo más buscado en todos los rincones de la ciudad.

En los restaurantes del casco histórico conocido como Los Portales, no hay ningún camarero que no porte uno. Incluso los clientes tienen que quitárselos momentáneamente para poder desayunar. Enfrente, los agentes de tránsito controlan el flujo vehicular cubiertos de boca y nariz; los funcionarios del Palacio Municipal decoran los jardines de los alrededores de la Catedral 'La Inmaculada' protegidos del virus de la gripe porcina; en Misa ya nadie se da la mano para desearse la paz; y hasta en las redacciones de los periódicos se ha decretado el uso de la máscara protectora por obligación.

En definitiva, todos querían un cubrebocas. De ahí que en apenas 40 minutos fueran vendidos hasta 7 mil 175 por minuto en una de las pocas farmacias del centro urbano que a las 12 del mediodía aún disponía de alguna unidad.

Hemos vendido lo que nunca, señala Fernando Tress, gerente de uno de los establecimientos de la conocida cadena Farmacia de Dios, situada estratégicamente en el corazón de la ciudad, quien asegura al respecto que ya desde muy temprana hora de la mañana, la avalancha de gente empezó a pedir los cubrebocas sin parar.

En este sentido, y cuestionado sobre si el aumento del nivel de alerta por peligro de pandemia ha podido generar cierta histeria entre los cordobeses, el gerente de la farmacia reconoció que sí, hay psicosis, y que ésta se ha ido generando poco a poco, debido en parte también a la suspensión de las clases a nivel nacional.

La gente está haciendo compras de pánico, y por eso este caos en la farmacia, reiteró Tress, quien asegura no estar haciendo negocio con la venta de este demandado artículo, aprovechando la histeria del tapabocas. Nosotros explica lo estamos vendiendo a un peso la unidad, pero ya nos han dicho que otras farmacias los venden por más. Incluso, en Ciudad de México, el foco rojo de la infección junto al Estado de México (Edomex) y San Luis Potosí, la reventa ya hace descaradamente su agosto vendiendo hasta en 25 pesos la unidad (unos 1,37 euros).

Está todo saturado

Otra de las pocas farmacias que aún disponía de cubrebocas al mediodía era la de La Providencia, en la zona del Mercado Revolución. Los clientes hacen cola hasta la calle para poder acceder al establecimiento atendido hasta por 11 dependientas que no daban abasto. Los distribuidores están saturados. A nosotros se nos agotaron desde el sábado, y ahora estoy vendiendo gracias a que me trajeron cinco paquetes desde Puebla; porque en Córdoba no hay nada, apunta al respecto José Manuel Espinosa, gerente del establecimiento, quien asegura haber vendido en unos minutos más de 600 unidades, a 2,5 pesos cada una.

En el resto de farmacias de la ciudad, ni un cubrebocas a la redonda. La gente va de una farmacia a otra en busca del suyo. Pero sin éxito.Llevo toda la mañana buscando; pero están agotados en todas las farmacias, y me preocupa por cómo se están poniendo las cosas, apunta uno de los muchos cordobeses que, tras hacer una larga cola, se da por vencido y sale a la calle con las manos vacías. Bueno, ¿y ahora qué?, le preguntan. Pues ahora a seguir buscando. Porque, agrega, yo quiero mi cubrebocas.

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