El estado de New Hampshire se vuelca para conocer el fenómeno Obama
Clinton pide calma para que los electores puedan conocer todas las propuestas, dado que «llevo 35 años cambiando las cosas»
MERCEDES GALLEGO
Lunes, 7 de enero 2008, 01:24
La cola daba la vuelta a la manzana y seguía calle abajo, serpenteando los montículos de nieve que llevaban hasta el colegio de Nashua, donde la nueva estrella de la política estadounidense, Barack Obama , esperaba convencerlos para que le aupen este lunes en las urnas. No eran sus seguidores, sino aquéllos que acaban de despertar al fenómeno Obama y quieren conocer en persona a quien ha sido capaz de vencer a la todopoderosa Hillary Clinton en Iowa y embriagar de euforia a las masas.
«Se nos ha quedado pequeño el barco y hemos tenido que habilitar un gimnasio para los que no cabían», anunció el candidato al subir al escenario, «pero prometo pasar a veros cuando termine». Su promesa, y la enorme curiosidad que desata su reciente éxito, sirvió para que cientos de personas se conformaran con oírle por los altavoces desde la habitación contigua, preparando las libretas de autógrafos para guardarse un pedazo de la historia.
«Sed honestos, ¿cuántos de vosotros seguís indecisos?», preguntó a la audiencia. La muchedumbre alzó la mano. «Uf», se le escapó a Obama. «Nos queda mucho trabajo por hacer». La inusual cercanía de fechas que este año distancia los caucus de Iowa de las primarias de New Hampshire le dan poco margen para capitalizar la victoria lograda y conquistar a los escépticos, pero varias encuestas le situaban ya este domingo empatado o a la cabeza de unas elecciones que hasta la semana pasada lideraba rotundamente la ex primera dama.
CNN/WMUR otorgaba 33 puntos a Obama y a Clinton, mientras que The American Research Group ponía la esperanza negra doce puntos por encima (38-26). A medio camino entre las dos, MNSB reducía la ventaja a 33-31, lo que indicaba que como mínimo la batalla está más cerrada que nunca, y para la senadora es a vida o muerte. Según David Brooks, columnistas del New York Times, asegura que lo que los Clinton se juegan mañana en New Hampshire no es ni más ni menos que la supervivencia de su dinastía.
Por eso el sábado, en el último debate de New Hampshire, la senadora perdió la calma fría que la caracteriza. «Bueno, ¿cambio, cambio, hacer el cambio ! Espérate un minuto, quiero responder a esto», ordenó exasperada. «Hacer el cambio no consiste en lo que crees. No se trata de dar un discurso, sino de trabajar duro. Hay 7.000 niños en New Hampshire que tienen seguro médico, porque yo ayudé a crearlo. Hay 2.700 reservistas que tienen atención médica porque yo trabajé con el otro partido para impulsar esa legislación por encima de la amenaza de veto del presidente Bush. Yo quiero cambiar las cosas».