¿Recuerdas, prima, el cuadro 'El Grito' de Edvard Munch? Pues esa expresión, ese rictus es el que se ha quedado en la cara de ... aquellos que han destapado el frasco de las esencias puras y dogmáticas (de los cuales son dueños y guardianes) y en nombre de la moral, han empuñado su rudimentaria cerbatana, dando un golpe certero, propio del calcolítico, a la libertad de expresión y a todo aquello que supone el lenguaje irreverente propio de lo artístico.
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Sí, la cantante Zahara ha pecado. Lo ha hecho en la semana de la Virgen de agosto (demasiada sobredosis virginal).
La portada de la imagen promocional de su concierto en Toledo ha sido tachada de «ofender a la imagen de la Virgen» y sin que ninguna de estas divinidades se hayan pronunciado ni manifestado al respecto, el cartel ha sido retirado, en pos del cuidado de la moral y de la vaselina a las sensibilidades heridas por la libertad de expresión.
Bien sabes, prima, que las tardes de agosto en Marcona son narcotizantes, tediosamente blancas, donde el polvo calizo es el protagonista de la siesta, la chicharra se instala en las sienes a modo de okupa y taladra cualquier hálito de vida... desde aquí, desde el erial ansioso de humedad, cuesta asistir a los azotes a la libertad creativa.
PD: ¿Recuerdas? Hace tan solo unos años, bailábamos el 'Like a virgin' de Madonna (maquilladas al estilo estucado y con ese estomagante perfume de Farala) sin que los guardianes de la moral nos lo impidieran, debe ser que la fragilidad y la sensibilidad social en lo que se refiere a las relaciones entre el arte, la iconografía religiosa y la libertad artística, crían callos a los pies de la cultura, endureciendo a base de piel muerta la creatividad y la libertad.
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