Luis y Fanny, a través de la ventana. grupo casaverde

Un padre con demencia y su hija con síndrome de Down, conectados a través de la ventana por un corazón

Ambos viven en la residencia Casaverde de Catral, en Alicante

Viernes, 20 de enero 2023, 11:52

La que se cuenta aquí es una historia de amor en toda regla, la de un padre y una hija que, tras toda una vida cuidándose mutuamente, ahora tienen que vivir en habitaciones separadas. Se trata de Luis, un hombre de 78 años que sufre un proceso de demencia, y Fani, su hija, de 38 años y con síndrome de Down. Ambos viven desde hace un tiempo en el Centro Casaverde Villa de Catral, en Alicante, una residencia para personas en situación de dependencia, pero lo hacen de manera separada en unidades independientes.

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Sin embargo, el contacto entre ellos es muy necesario. Después de que Luis «cuidase a su hija durante toda su vida y la motivase para que se convierta en una persona lo más independiente y autónoma posible, ahora es él quien necesita que le cuiden y Fani la que se preocupa por él», cuentan desde la residencia. Cada despedida entre ellos era un desgarro emocional para él, ya que cuando ella se iba de su lado él pensaba que se la estaban quitando y no lo comprendía.

Pero todo cambió cuando los cuidadores de Luis se dieron cuenta de que, a pesar de su demencia, conservaba intacta la capacidad lectora, por lo que le escribieron un mensaje en la habitación para que estuviera más tranquilo: «Hola Luis, que sepa que su hija vive aquí, lo que pasa es que les distancia un jardín». Cuando lo leyó, el padre se dispuso a buscar a su hija a través de la ventana, en dirección al edificio de enfrente. Sin embargo, debido a la cantidad, no lograba encontrar la de Fani.

Fue entonces cuando los trabajadores del centro tuvieron la idea de colocar un distintivo en la ventana: un corazón pintado de color rojo, para que fuese tan peculiar como distinguible. A Luis le pusieron un mensaje en la pared para que entendiera que la ventana en la que estaba el corazón era tras la que vivía Fani. Así, el padre siempre sabe que ahí está su hija y pueden verse a través de la ventana para seguir cuidándose mutuamente.

Diariamente se ven y se lanzan mensajes de cariño, que consiguen calmar la ansiedad de Luis. «Le quiero mucho, tengo un padre precioso», afirma orgullosa Fani. A partir de ahí se ha creado un proceso beneficioso para ambos, porque la ansiedad por la separación se convierte en felicidad cada vez que se encuentran por la ventana. Además ambos hacen salidas y excursiones que esperan con impaciencia. «Cada vez que se ven, se sienten muy felices porque se ayudan uno al otro».

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