De muelles o de látex: cómo elegir un colchón para tu cama, según la OCU

Puede que estés pensando en cambiarte de colchón y no sabes entre qué tipos elegir. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado varios tipos de colchón para ayudar a los usuarios a elegir. Es aconsejable que cuando vayas a comprarte un colchón nuevo revises su firmeza y el tipo de material que se ajuste más a tus gustos.

Los colchones de muelles pueden ser de diferentes clases, muelles independientes, continuos o embolsados. Los colchones de muelles independientes (bonell o bicónicos) tienen un núcleo formado por múltiples muelles colocados en vertical, que se estrechan en su tramo central y están enlazados unos a otros por hilos metálicos.

En los colchones de muelle continuo, el entramado está hecho a partir de un único hilo de acero. En ambos casos el núcleo va cubierto por varias capas de espuma o algodón. Este tipo de colchones ofrecen un soporte suficiente y una buena ventilación, por lo que pueden resultar algo frescos. Hay colchones con cara de verano y cara de invierno, más cálida. Los colchones de muelles independientes suelen ser bastante económicos.

Los colchones de muelles embolsados están compuestos por cientos de muelles independientes, metidos en saquitos de tela individuales y unidos por una sujeción muy fina. Se adaptan bien a la forma del cuerpo y ofrecen una buena ventilación, aunque sus características varían dependiendo de las capas que recubren el núcleo y de la forma de sus muelas. Según la OCU, mantienen una buena independencia de movimientos para los dos miembros de la pareja en una cama de matrimonio.

Además, este tipo de colchones suelen llevar un recubrimiento muy generoso de diferentes materiales que los hace estar a medio camino entre los colchones de muelles y los de espuma viscoelástica. El precio de los colchones de muelles embolsados es superior al de otros colchones de muelles.

Estos colchones están hechos de espuma de látex natural (proveniente del árbol del caucho), látex sintético (proviene del petróleo) y materiales auxiliares usados en distintas proporciones. Hay colchones que combinan látex natural y sintético. El núcleo lleva perforaciones para facilitar la aireación, reducir el peso y crear zonas con distinta resistencia.

Los colchones de látex ofrecen un sostén bastante firme, pero al mismo tiempo son flexibles y se adaptan bien a los contornos del cuerpo, distribuyendo la presión de manera uniforme. Además, son buenos aislantes del calor, y gracias a las ventilaciones mantienen igualmente un ambiente agradable en la zona de contacto.

Estos colchones son una buena opción para quienes se mueven mucho por la noche, ya que el látex absorbe eficazmente los movimientos del cuerpo. Para las personas con alergias respiratorias o asma, los colchones de látex o espuma son una buena opción para evitar el riesgo de colonias de ácaros en el interior de los muelles. Sin embargo, están prohibidos para aquellas personas que son alérgicas al látex.

Este tipo de colchones son bastante pesados, lo que unido a su gran flexibilidad, los hace difíciles de manejar. Estos colchones pueden llevar distintos tapizados, algodón, lana, seda, sintético, etc. Según la OCU, los colchones de látex suelen ser bastante caros, pero el precio varía según se trate de látex sintético (unos 450 euros) o natural (unos 600 euros).

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