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Miwako Yamaguchi, en su exposición. FOTOS: NACHO GARCÍA / AGM

Retratos de amigas y flores del jardín de Miwako Yamaguchi

La artista japonesa muestra en el Palacio Almudí una serie sobre la mujer adulta y los bodegones de plantas, basada en los elementos de su propia vida

Viernes, 15 de julio 2022, 02:43

En japonés, 'Hana' significa 'flor', pero para la artista Miwako Yamaguchi adquiere un simbolismo más amplio. Bien puede referirse a la belleza de la propia planta, que es efímera, bien puede apuntar a la figura de la mujer en edad adulta, que también lo es. Esta concepción dual plasmada entre una serie de retratos femeninos y otra de bodegones es el planteamiento de su exposición 'Hana', que se inauguró el pasado 6 de julio en la Sala Alta del Palacio Almudí de Murcia y que estará abierta al público hasta el próximo 4 de septiembre.

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'Hana'

  • Artista: Miwako Yamaguchi.

  • Dónde y cuándo: Palacio Almudí, Murcia. Desde el 6 de julio hasta el 4 de septiembre.

Nacida en Japón, Yamaguchi llegó a España en 1971, ya con formación en Bellas Artes. Desde entonces su carrera artística se ha desarrollado en Europa, entre exposiciones en París, Francia y muy especialmente en la Región de Murcia, donde reside. Sus pinceladas apuntan a una clara inspiración occidental, pero no dejan de beber de la pintura tradicional japonesa, dando como resultado una fusión sutil pero significativa y particular de sus lienzos. Se observa, por un lado, en el uso de «volúmenes 'cezanianos' o el feroz cromatismo 'matisiano', y, por otro, en su determinante pincelada», explica Pedro Manzano, uno de los mayores conocedores de su obra y el comisario de esta exposición.

En 'Hana' domina una grafía gestual a través de marcas, huellas y rastros del carboncillo o del pincel, cuya función es descomponer y analizar la imagen para hacerla comprensible, primero para el artista y luego al espectador, como si de piezas de un puzle se tratase. Con este método crea sus obras, que no muestran seres desconocidos, sino que hablan de presencias amigas: Concha, Lola, Francisca e incluso su propia hija forman parte de su vida y también de su creación. Los retratos femeninos, en su mayoría, muestran mujeres en edad adulta o incluso avanzada, posando desinhibidas, como un elogio a la madurez.

También los bodegones de flores están sacados de su cotidianidad, adquiriendo la forma de los geranios de su terraza, sus jarrones de flores o el jardín de un amigo cercano.

La belleza de lo efímero

La mujer y las flores son las dos temáticas recurrentes en su obra, a las que dota de cierto carácter casi simbólico, sobre todo a través de un acercamiento al sentido de la flor y sus colores en la cultura japonesa. Se basa en «un lenguaje muy especial, el de las flores, que recibe el nombre de Hanakotoba», explica el comisario . En su gusto por representar situaciones y temas cotidianos hay «una sensación de instantánea, de interés por atrapar el tiempo, el instante, lo fugaz», según describe Manzano. Para Miwako, el nombre de la exposición, 'Hana', define como una sola palabra «la belleza de la flor y de la mujer en edad adulta, ambas efímeras».

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