Ximo Puig abarrota el Casino de Orihuela y saca pecho de su «apuesta» por la Vega Baja

No venía en misión de acto institucional. No llegaba oficialmente como president de los valencianos y, aun así, en el salón de baile no cabía un alfiler para oir a Ximo Puig en el acto convocado por la plataforma ciudadana por su reelección. Liderada en Orihuela por el historiador y director del Archivo Histórico de la ciudad, Javier Sánchez Portas, ofreció al ahora candidato socialista una tribuna donde, una vez más, expresó, que la Vega Baja ha ocupado un lugar importante en su Gobierno. «Me siento en casa», repitió en varias ocasiones.

La mesa de debate, moderada por la profesora de la UA, Maribel Peñalver, estuvo compuesta por el propio president en compañía del director de la oficina del Plan Vega Renhace, Antonio Alonso; el ingeniero agrónomo, José Manuel Carrillo, y Pablo Serna, consejero delegado de Grupo TM.

En ese coloquio, Ximo Puig, para empezar, recordó que la legislatura empezó con «la huella imborrable» de la Dana. En ese sentido, elogió la capacidad de la comarca para sobreponerse a las inundaciones y destacó el Plan Vega Renhace como una «respuesta rápida» y una «apuesta» por relanzar económicamente el territorio más meridional de la Comunidad Valenciana que continúa con inversiones, recordó, como la del dragado de la desembocadura del Segura. «La Vega Baja ha aumentado en empleo y en capacidad de afrontar el futuro con esperanza».

Puig también incidió en el problema educativo y destacó el Plan Edificant para la eliminación de las aulas prefabricadas como un ejemplo de «cogobernanza normalizada». «Cuando llegamos al gobierno la Vega Baja tenía cinco centros con barracones estructurales y que llevaban años de espera para quitarlos».

Asimismo, Puig destacó a la comarca como «una tierra de acogida» y, en ese sentido, recordó que «el 30% de la población censada en la Vega Baja es extranjera». Un asunto que destacó como un «hecho diferencial» de la comarca respecto al resto de la comunidad autónoma.

Asimismo, se refirió al problema del alumnado sobrevenido, alentado por «la invasión amoral» de Rusia a Ucrania. «Ahora mismo la Vega Baja acoge a la mayor parte de niños ucranianos escolarizados en la Comunidad Valenciana», destacó.

El president también aprovechó para lanzar un dardo contra la política de rebajas fiscales de los presidentes autonómicos del PP. Ante esto, defendió un modelo de «justicia fiscal» donde «paguen más, los que más tienen». «Sin eso no podríamos ampliar, por ejemplo, el hospital Vega Baja o aumentar el número de profesores en las escuelas. Lo contrario, ya sabemos lo que fue: ser el paradigma español de la corrupción».

El president también sacó pecho de su gestión de la pandemia. Aseguró que «fuimos de los primeros en empezar a vacunar» y que, al contrario que en otras comunidades, «hubo un comportamiento ejemplar». «No hubo revueltas ni negacionistas y tuvimos claro que la salud era siempre lo primero». Y respecto a la resolución de sus efectos económicos puso por delante «el diálogo social». «Aquí hemos sido capaces de poner de acuerdo a patronal y sindicatos».

Atentos, siguieron la intervención de Puig muchos curiosos y una nutrida representación del PSPV a nivel comarcal. Así se dejaron ver la alcaldesa de Orihuela, Carolina Gracia, acompañada por miembros de su lista como Luis Quesada, María García o Aynara Navarro. De Torrevieja llegó su candidata Bárbara Soler y el presidente local de la gestora, Rubén Ferrándiz. También estuvieron el alcalde de Dolores y líder de los socialistas en la Vega Baja, Joaquín Hernández, junto a los alcaldes de Benferri, Luis Vicente Mateo; Los Montesinos, José Manuel Butrón; Algorfa, Manuel Iván Ros; y San Fulgencio, José Sampere.

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