Vacuna y trombosis: ¿causa o coincidencia?
Los teóricos inconvenientes no deben interrumpir la disponibilidad y el acceso a la vacunación masiva de la población, que es la única salida a la pandemia
Uno de los pocos aspectos positivos que hemos comprobado con la pandemia de Covid-19 ha sido la admirable capacidad de reacción tecnológica para disponer ... de diferentes vacunas, conseguidas en un tiempo récord, que han demostrado eficacia y seguridad en la prevención de la infección, pues todas ellas se han visto exentas de complicaciones clínicamente relevantes en los diferentes ensayos clínicos publicados en revistas de la más alta exigencia científica.
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El procedimiento de obtención de las vacunas ha sido distinto. Mientras Pfizer y Moderna han usado biotecnología para conseguir ácido ribonucleico mensajero (ARNm) como base de la vacuna, la estrategia de Oxford-AstraZeneca ha sido la modificación de un adenovirus que mantiene una parte del coronavirus capaz de inducir aparición de anticuerpos y que no causa enfermedad. Cada vacuna tiene sus características, de ahí las diferentes pautas, dosis y tiempos de vacunación, pero estas tres han demostrado en miles de voluntarios de sus ensayos clínicos la eficacia y seguridad que se les pedía.
Desde hace unos días las noticias reflejan la posible aparición de efectos no deseados con la vacuna de Oxford-AstraZeneca, con la consiguiente inquietud social y la decisión de parar su utilización por varios países europeos, entre ellos España. Mientras tanto se nos plantean diferentes cuestiones: ¿cuál es el motivo para adoptar una medida tan drástica?, ¿hay evidencia suficiente?, ¿cómo va a afectar a las personas que ya han recibido la primera dosis de la vacuna?, ¿retrasará este contratiempo la lucha contra la pandemia?
En las últimas semanas se han notificado oclusiones vasculares (trombosis) por la aparición de coágulos en diferentes localizaciones, en pacientes que habían recibido la vacuna. Ese hecho no se había observado en el ensayo clínico. La aparición de episodios trombóticos es frecuente en población general, cien mil casos de trombosis suceden cada mes en Europa. Está bien establecido que hay numerosos factores de riesgo que facilitan la trombosis, como padecer ciertas enfermedades, incluida la Covid-19, la inmovilización, cirugía previa, toma de anticonceptivos orales, embarazo, edad avanzada y factores genéticos (trombofilia hereditaria), entre otros.
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Sin duda la pregunta más reincidente estos días es si las trombosis que han sufrido algunas personas después de recibir su dosis están relacionadas con la vacuna. Teniendo en cuenta que ya hay 17 millones de personas en el mundo vacunadas con ese compuesto, la aparición de trombosis no es mayor que la cifra previsible en la población general no vacunada. El asunto se complica un poco cuando se describen algunos casos de una trombosis muy rara, como es la de senos venosos cerebrales, que se estima que se presenta en 1-1,3 casos por 100.000 habitantes cada año. En las últimas semanas los servicios de farmacovigilancia de todo el mundo han recogido unos 12-15 casos, entre los 17 millones de personas vacunadas. En España se ha comunicado hasta ahora un caso entre casi el millón de personas que han recibido la primera dosis de la vacuna, pero finalmente no se ha demostrado la asociación sospechada. Por ello se ha interrumpido unos días la administración de la vacuna.
También podemos preguntarnos por qué se toma la medida tan drástica de interrumpir la vacunación si el grado de evidencia y el riesgo potencial son tan bajos. Hasta ahora no han recomendado esa medida instituciones científicas muy solventes, como la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia, ni la Organización Mundial de la Salud, la propia Agencia Europea del Medicamento (EMA) o Australia, entre otros países, por considerar que no hay evidencia suficiente de la relación causal de estas alteraciones trombóticas con la inmunización, y que es mucho mayor el beneficio de la vacunación que no hacerla. Los países que han optado por interrumpir la administración de la vacuna de Oxford-AstraZeneca es por un principio de precaución, una medida habitual de prudencia ante situaciones que tienen impacto social.
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¿A qué hay que esperar? La EMA ha iniciado una investigación rigurosa del historial de los casos de trombosis buscando establecer si su aparición es una mera coincidencia de vacunación y trombosis, o si la propia vacuna ha podido tener algún papel como factor causal, que a priori parece improbable.
En España solamente 8 personas de las 975.661 dosis administradas de esa vacuna han recibido ya las dos dosis. La Región de Murcia dispone de 54.100 dosis para ser administradas en el grupo entre 18 y 55 años de edad.
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¿Cómo va a afectar a las personas que ya han recibido la primera dosis de la vacuna? Sugerimos mantener una tranquilidad absoluta, pues el teórico riesgo de aparición de trombosis es casi inapreciable. Y en segundo lugar, depositar la confianza en el estudio clínico-epidemiológico que está en marcha.
Por último me gustaría expresar un deseo, y es que estos inconvenientes no interrumpan la disponibilidad y el acceso a la vacunación masiva de la población, que es la única salida que tenemos para superar la pandemia Covid-19.
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