Un Cid que decía: '¡Paaapa!'

Antonio Arco lo ha entronizado con la crítica de su reciente actuación en el Romea. Escribe y no acaba de las capacidades de Jaime Lorente, que así se llama el muchacho. Cómo será que ha titulado la reseña: 'Bendito sea(s)'. Añadiendo que, como 'va sobrado de talento y de corazón, los espectadores no respiraban, pendientes de un actor murciano de altísimos vuelos'. Estos días lo estoy viendo interpretando nada menos que al Cid.

–¿Al mismísimo Cid Campeador?

¡Vaya! En compañía de nuestro Ginés García Millán, que hace de rey.

En otra anterior, 'La casa de papel' ya dicha, Jaime era un zagal que llamaba a su padre, igualmente atracador: '¡Paaapa!'. Por eso quizás resulte chocante que ese mismo muchachico pueda transformarse en el Cid. El videotipo que tiene la gente del mítico personaje es aquel hombretón llamado Charlton Heston, en la película que Samuel Bronston produjo en España, en 1961. Te encaras con Jaime mientras recuerdas a Charlton y piensas: '¡Joder! ¿Cómo el mismo chiquillo que decía: '¡Paaapa!' podrá sacar tanto pecho como aquel musculoso titán del celuloide (tan 'astrofrísico', diría Chiquito) que fue el galán norteamericano?'.

Pero resulta que, si te das cuenta, aun siendo Heston una mandíbula con piernas, el Jaime Lorente la tiene (digo la mandíbula) igual de grande y contundente. Y no siendo ni siquiera tan alto como la Sofía Loren, que hacía de doña Jimena en la peli aquella, ocurre que el zagal se crece hasta el punto de dejarnos convencidos de estar viendo al idealizado Cid. ¿Cuál será el secreto? Muy sencillo. En seguida comprendes que el murciano asume el personaje principalmente desde su interior. Es un Cid sin excederse en presencia, pero con esencia y potencia tan ricas que lo hacen grande también por fuera. Quedando así claro que Jaime Lorente, del Barrio del Carmen, es mejor actor que Charlton Heston, de Illinois.