Vuelve querida cerceta pardilla, vuelve
La Comunidad Autónoma va a cumplir un año trabajando junto al Ministerio y los colectivos conservacionistas para favorecer el regreso del pato más amenazado de Europa, que lleva desde 2009 sin criar en nuestro territorio
GINÉS S.FORTE
Martes, 7 de diciembre 2021, 21:19
Entre las preferencias de los patos no suelen estar los humedales estacionales de muy escasa profundidad, como los saladares inundados, típicos del sur de Europa. Sin embargo, ahí es donde mejor se encuentra la cerceta pardilla ('Marmaronetta angustirostris'), una especie de la que en 2020, en toda Europa, apenas se contabilizaban 74 parejas reproductoras en España, más unas pocas en Sicilia. En la Región de Murcia no se conoce que haya vuelto a reproducirse desde 2009. Ahora ni tan siquiera tiene un hábitat adecuado, salvo casi únicamente la charca de las Moreras en Mazarrón.
Pese a ello, la comunidad conservacionista y la administración regional se han empeñado en que esta anátida, de unos 40 centímetros de largo y 65 de envergadura, vuelva a unos espacios que, con la pérdida de agua, ya no le son propicios. De ahí que su recuperación pase por recobrar los humedales costeros mediterráneos, donde nuestro protagonista abundaba a mediados del siglo XX. Así, de paso, «protegemos indirectamente a otras muchas especies», explica Ángel Sallent, biólogo coordinador del grupo de anillamiento de aves de la Asociación de Naturalistas del Sureste (Anse), e implicado en el programa financiado por Europa para salvar a estos patos Life Cerceta Pardilla.
El director general de Medio Natural de la Región de Murcia, Fulgencio Perona, reconoce que en la actualidad «la falta de hábitat adecuado» impide el regreso de la especie, una de las siete consideradas en situación crítica en España. En la Región, concreta el alto cargo de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, «ha habido un descenso de humedales naturales frente a un aumento de humedales artificiales». A estas amenazas se une la «presencia de especies depredadoras oportunistas o exóticas invasoras», como la carpa ('Cyprinus carpio'), junto a «enfermedades asociadas a la mala calidad del agua», y, en un lugar destacado, la caza.
Los expertos opinan que la caza sigue siendo uno de los principales factores de amenaza de la cerceta pardilla
«Con el Life Cerceta Pardilla, España no solo conservará uno de los patos más emblemáticos de nuestro país, sino también uno de los ecosistemas más importantes para la salud de nuestro planeta: los humedales», resume Sallent. El paso clave en esta misión, en la que se han implicado desde este año y hasta 2025 las consejerías de Medio Ambiente de las regiones de Murcia, Valencia y Andalucía, la Sociedad Española de Ornitoogía (SEO/Birdlife), Anse y el Ministerio para la Transición Ecológica (que coordina todo el proyecto a través de la Fundación Biodiversidad), es la recuperación de 3.000 hectáreas de humedales.
De momento, Anse y SEO/Birdlife han comprado casi 55 hectáreas en el parque natural alicantino de El Hondo, a menos de 20 kilómetros de la Región de Murcia. Sallent lo considera un espacio «de importancia vital para la especie». De hecho, avanza, «se espera adquirir otras 90 hectáreas más» anexas por parte de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), que también colabora en el proyecto, como la empresa pública Tragsatec.
En todo caso, la mejora de espacios para la especie no solo pasa por la compra directa. La iniciativa ha puesto igualmente en su foco a los propietarios de cotos cinegéticos, ayuntamientos y comunidades de regantes, entre otros, para acordar un programa de custodia del territorio específico que facilite «mejorar hábitat para la especie». Una tercera pata clave en el proyecto «es la de la educación y sensibilización de la sociedad». En este apartado están previstas acciones formativas con los colectivos más implicados y los centros escolares de las zonas próximas a la presencia de la especie. Sallent adelanta en este punto que ya trabajan en unas jornadas para presentar el proyecto en Murcia, aunque aún no le han puesto fechas.
El regreso a nuestra geografía del que la Sociedad Española de Ornitología considera el pato más amenazado de Europa, en la que de momento solo se están produciendo avistamientos, de acuerdo con Perona, dependerá, lógicamente, «de las condiciones ecológicas que se den en nuestros humedales y hasta dónde hayamos conseguido alcanzar un hábitat atractivo para ellas». La Administración reconoce que hasta el arranque del Life este mismo año, en la Región «no se han realizado antes acciones concretas y dirigidas al regreso de esta especie».
Antes del proyecto Life, la Región no había emprendido ninguna actuación específica para recuperar la especie
En este proyecto, concreta Perona, «la Dirección General de Medio Natural tiene como principal acción el acondicionamiento de siete hectáreas para la especie en el humedal de las Moreras, en coordinación con otros socios». Las citas de su presencia en este espacio, y también en las lagunas de Campotéjar, en Molina de Segura, junto a la proximidad de poblaciones ya establecidas como las del citado Hondo y el Clot de Galvany, ambos en Elche, «debe servir como cabeza de puente para consolidar la presencia en la Región de Murcia».
En todo caso, los esfuerzos comprometidos en el proyecto Life, que incluyen la cría en cautividad, no aseguran el éxito. «Cuando se trabaja con la naturaleza y la biodiversidad, es difícil garantizar los resultados, porque se trabaja con seres vivos y con infinidad de factores de difícil control», advierte el jefe de servicio de la CHS. Contra la cerceta pardilla juega su nidificación tardía (cuando muchas de las láminas de agua con la profundidad propicia se han secado) y sus exigencias en salinidad y vegetación. Incluso la caza sigue suponiendo una amenaza importante, pese a estar prohibida. Sin embargo, la falta de conocimiento de muchos cazadores y la luz verde que da la Administración a la práctica cinegética en sus humedales, lleva a numerosas cercetas pardillas a recibir disparos confundidas con otras especies que sí está permitido abatir. En este contexto, «empezamos a encontrar cazadores cada vez más sensibilizamos y que pensamos que pueden jugar un papel muy relevante en la conservación de la especie», apunta Sallent. Pero, «desafortunadamente, no todo el colectivo es igual de respetuoso». Fraile destaca que la caza «sigue siendo, en opinión de los expertos, uno de los principales factores de amenaza de la especie». A ella también se suma la depredación por parte de animales salvajes de cierta abundancia, como el jabalí y el zorro, y domésticos, particularmente los gatos, que en general suponen un serio peligro para las aves de su entorno.
Ahora, gracias al proyecto financiado por Europa, «esperemos que con los esfuerzos continuados y coordinados de todos los implicados en el proyecto, consigamos el objetivo de que la cerceta pardilla se convierta en una murciana más», concluye Fraile antes de aclarar «que cuando nos empeñamos en proteger a una especie, no es ni por animalismo ni por una obsesión coleccionista, sino que cada pieza del ecosistema realiza unas funciones que hacen que el conjunto siga operativo. Si vamos perdiendo piezas del motor, la probabilidad de un fallo clave va aumentando y los afectados seríamos nosotros».
Un pato especial pintado en mármol
Las distintas denominaciones de la cerceta pardilla ('Marmaronetta angustirostris') guardan pistas sobre su aspecto, apunta Jaime Fraile, de la Confederación Hidrográfica del Segura. Su plumaje coloreado con pequeñas vetas y motas marrones, beige y pardas le han valido tanto su nombre genérico ('Marmaronetta') como el vulgar en inglés: 'marbled teal' (cerceta marmolada).
En cuanto a su nombre especifico ('angustirostris'), hace referencia a la cualidad 'de rostro estrecho' en latín, por su cabeza alargada, potenciada por una ligera cresta en su nuca. Lo de pardilla, en castellano, tiene más que ver con el color que con otra particularidad que no la dejaría en buen lugar. Entre las características de este pequeño pato resulta singular que presente habilidades intermedias entre las especies nadadoras, que se alimentan sin sumergirse por completo, y las buceadoras, que sí lo hacen.
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