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Sima de Almendricos (Lorca), Sima de la Plata (Cartagena), Sima Destapada (Cartagena) y Cavidad hipogénica de Luchena (Lorca). ALBERTO ROCA

El fascinante 'gruyer' de piedra que tenemos bajo los pies

Más de 400 cavidades convierten en «único y espectacular» el patrimonio espeleológico de la Región, del que menos del 1% está protegido en la actualidad

GINÉS S.FORTE

Martes, 9 de noviembre 2021, 17:28

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El patrimonio natural que tenemos debajo de nuestros pies es un enorme queso de gruyer del que brotan al menos 438 cavidades a lo ancho de toda la Región. Se trata de un conjunto de cuevas que el especialista del Espeleoclub Resaltes Alberto Roca, autor de las imágenes que ilustran este reportaje, califica de «muy diferentes unas a otras». Aunque «en su mayoría son de origen hipogénico, es decir, que se han formado del interior hacia el exterior», detalla Manuel Marín Ruiz, presidente de la misma organización. De ahí esa percepción de oquedades que han ido 'brotando' del subsuelo.

«Son bastante singulares y diferentes a las de otros lugares, debido a las características geológicas de la Región, a causa de sus fallas activas y a su génesis», continúa Marín. Salvador Mateo López, que es el actual presidente de la Federación de Espeleología de la Región de Murcia (FERM), abunda en «que, al contrario de la imagen que tenemos en nuestra mente, se han formado de abajo hacia arriba, a partir de un flujo o bolsa de agua subterránea que ha ido buscando camino a la superficie». Muchas de ellas se caracterizan igualmente por el termalismo. De hecho, precisa Marín, «las cavidades murcianas presentan temperaturas muy elevadas con respecto a muchas de las que se encuentran en comunidades vecinas». El experto se refiere a «temperaturas que superan los 20 grados centígrados e incluso, en algunas cavidades, los 30 grados centígrados».

Un espeleólogo en el interior de la Sima de Almendricos, en Lorca. | Basura vertida en una cueva de Lorca. Alberto Roca

El agua y el calor han dado origen a «formaciones geológicas únicas», y también «espectaculares», precisa Mateo López. El presidente de los espeleólogos murcianos pone como ejemplo «las formaciones de dobles conos y nubes existentes en la llamada Sala del Paraíso», dentro de la Sima de la Higuera, en Pliego, de las que algunas, afirma, son «únicas a nivel mundial».

El número de federados crece en la Región a un ritmo de entre el 15% y el 25% anual

Más allá de la riqueza puntual de cuevas como las de Luchena, el Solín, el Pulpo, Destapada, la Matea, Almendricos o la de la Plata, que ya repasamos el pasado septiembre en estas páginas, el patrimonio espeleológico regional compone un extenso mapa del que los especialistas lamentan que solo se han regulado cuatro cuevas para su protección. Son las únicas para las se han suscrito acuerdos entre el Gobierno de la Comunidad Autónoma, cada ayuntamiento correspondiente y la Federación de Espeleología, y que permite a esta última un «control de accesos siguiendo unos protocolos previos». De ese modo se asegura su conservación, al «permitir un flujo de visitas dentro de unos ratios que no afecten a la cavidad ni al ecosistema asociado a ella». Se trata de las simas ciezanas del Pulpo, Río-Niño y Grande, y la Sima de la Higuera, en Pliego. Únicamente es posible acceder a ellas si se está federado y dentro de un único grupo al día de un máximo de diez personas.

Interior de la Sima de la Plata, en Cartagena. Alberto Roca

En el caso de la Sima de la Higuera, las restricciones son más estrictas. No en vano, hace un año fue declarado Monumento Natural de la Región (solo existen tres más: el Monte Arabí de Yecla, las Gredas de Bolnuevo, en Mazarrón, y la Capa Negra de Caravaca de la Cruz). El de Pliego es el sistema de cavidades más largo de los que se conocen en la Región. Cuenta con unos espeleotemas (depósitos de minerales que crean las formaciones típicas de las cuevas) y un conjunto de elementos que lo convierten además en uno de los ejemplos de cavidades hipogénicas de origen hidrotermal más singulares de Europa. El interior de este particular espacio solo se puede visitar siguiendo unos itinerarios fijados y balizados. En todo caso, son menos de 800 las personas que pueden disfrutar de estas cuatro cavidades en la Comunidad. Ese es el número de licencias federativas con que cuenta la FERM. No son pocas, según se desprende de las palabras de su presidente cuando afirma que con ellas, junto con las más de 400 cavidades registradas, se atestigua que en la Región de Murcia «somos un referente en la espeleología a nivel nacional». Sobre todo llama la atención el notable crecimiento de federados en los últimos ejercicios, en los que se registra un aumento de «entre el 15% y el 25% de un año a otro», afirma Mateo.

Sima de Almendricos, en Lorca. |Cavidad hipogénica de Luchena, Lorca. Alberto Roca

La Federación cuenta con una escuela de formación oficial y reglada que enseña a los nuevos aficionados a moverse por cuevas, barrancos y montañas, y también mejora los conocimientos de los ya federados, para quienes además pone al servicio un grupo de espeleosocorro propio. «Un accidente en una cavidad puede necesitar una cantidad de medios materiales y humanos que un organismo público no siempre tiene disponible de manera inmediata y con la formación necesaria», detalla Mateo. Más allá de la vertiente puramente aficionada y deportiva, la espeleología murciana federada cuenta con «muchas líneas de trabajo relacionadas, entre otras, con la exploración, la topografía y los estudios científicos del mundo subterráneo de la Región», explica su presidente.

Formaciones en la sima cartagenera Destapada. A. R.

Un ejemplo de repercusión inmediata que puede tener el estudio de las cavidades lo apunta Manuel Marín al citar estudios como los que, con la colaboración de Resaltes, está realizando el Instituto Geológico Minero de Madrid en la Sima de Benis, en Cieza, desde 2009, y en cavidades como la Cueva del Vapor, en Alhama. En ellos se busca «establecer una correlación con las liberaciones de determinados gases y su depósito en la roca con la finalidad de tratar de predecir los sismos en la Región».

Ubicación de las cavidades de la Región.

Mateo López también apunta el potencial «económico importante para la Región relacionado con el turismo de aventura» que tiene esta disciplina. Siempre que se explote «de una forma sostenible, ya que es un entorno sumamente frágil», insiste. Aquí se encuentra un patrimonio espeleológico que Alberto Roca no duda en situar entre «los más ricos del subsuelo español». Afortunadamente, las propias dificultades que habitualmente entraña la visita de muchas de estas cavidades, a las que solo los espeleólogos más experimentados son capaces de acceder, son su mejor garantía de protección. Por el contrario, sus cada vez más difundidos atractivos, «que hace que las visitas se incrementen», juegan paradójicamente en su contra, advierte Marín.

Cuevas en busca de protección

Este patrimonio «amplio, espectacular y único», como lo define Salvador Mateo López, incluye «todo tipo de cavidades: cuevas en yesos, cuevas kársticas, hipogénicas, cuevas que han estado sumergidas durante años...», que precisan de una protección mayor que la actual, que solo limita las visitas a menos del 1% de todas ellas. «Estamos hablando de un entorno muy frágil y que ha tardado mucho en llegar hasta nosotros tal y como lo vemos ahora». Solo el simple hecho de pasar por algunos de estos lugares, por mucho cuidado que se lleve, acaba «produciendo variaciones que pueden ser muy significativas», al modificarse su atmósfera a través de los cambios en la temperatura que se producen, del CO2 de la respiración y por alteración de microorganismos, por ejemplo.

Atendiendo a estas premisas, el presidente de los espeleólogos murcianos precisa que «existen muchas cavidades en la Región que deben ser objeto de protección urgente, ya que se ha constatado su deterioro». Mateo López aclara que se trata de «regular el acceso, pero no prohibirlo». El problema «es que entran en juego varias administraciones, y en algunos casos incluso particulares, lo que hace difícil llevar a término estos proyectos» de regulación de accesos, para los que la FERM se pone «a disposición de la administración correspondiente».

El presidente de los espeleólogos murcianos sí cree, en todo caso, que la Administración ya «se ha dado cuenta de la importancia de proteger estos bienes naturales del subsuelo, «solo falta plasmarlo en la realidad». En primera instancia, concluye, «debemos trabajar en priorizar las cavidades por riesgo o estado de deterioro», y a continuación, «hacer extensivo este modelo a todas las que se encuentren en riesgo o hayan sufrido daños». En algunas de nuestras cuevas, se lamenta Manuel Marín, presidente del Espeleoclub Resaltes, «el desconocimiento las ha convertido en vertederos», lo que califica, sin paliativos, de «desastre medioambiental».

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