El mayor sistema de biorreactores con astillas de madera del mundo

Hace un par de años, cuando aún no había cumplido los 30, la ingeniera de Caminos, Canales y Puertos Carolina Díaz se sorprendió de las palabras de un experto israelí durante un congreso internacional sobre agricultura. «Era uno de los principales ponentes», recuerda. «Dijo que en el pasado los españoles iban a países como Israel para conocer los avances en agricultura, pero que, desde hace unos años, los investigadores vienen a la Región de Murcia con ese objetivo». Aquel investigador «añadió que no solo habíamos igualado la tecnología de optimización de agua para regar, sino que la habíamos mejorado». Poco después de escucharlo, la propia Díaz demostró formar parte de esa vanguardia científica mundial al ser premiada, junto a Bryan Maxwell (investigador de la Universidad de Carolina del Norte, EE UU, con una estancia postdoctoral en la Región), en un congreso de jóvenes investigadores en Almería por su presentación del proyecto sobre biorreactores desnitrificadores con astillas de madera. Se trata de una iniciativa de la Cátedra de Agricultura Sostenible Fecoam-Coag-UPCT desarrollada para «limpiar» de nitratos el agua derivada del riego.

Tras tres años de investigaciones, en las que han participado, además de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), la Universidad de Murcia y la Consejería de Agua y Agricultura, entre otros, el proyecto va a dar el salto para convertirse en «la construcción del sistema de biorreactores con astillas de madera más grande del mundo», asegura el director de la Cátedra, Juan José Martínez. La instalación de este sistema, «desarrollado con el apoyo de los agricultores» y que además es «novedoso en España», se va a ubicar junto al principal colector del Campo de Cartagena: la rambla de El Albujón. Los caudales de este lecho van a parar al Mar Menor, donde los vertidos de nitratos han causado estragos debido al exceso de uso de agua desalobrada proveniente de pozos para regar en el Campo de Cartagena.

Con la solución que se prepara ahora se «podrían llegar a eliminar en torno al 70%-80% de los nitratos de esas aguas», según reza un documento elaborado por la Consejería para la presentación del proyecto.

El mal que produce el vertido de nitratos no es exclusivo de estas tierras. La presencia de Maxwell en el proyecto lo evidencia. Su universidad, de hecho, comenzó a aplicar en Estados Unidos la técnica de birreactores con maderas que ahora se va a implantar aquí. En la iniciativa de Carolina del Norte las astillas son de pino, mientras que la versión cartagenera ha optado por restos de las podas de cítricos, uno de los cultivos más abundantes de la zona. De esa forma se maximiza la estrategia de economía circular.

La situación en el Campo de Cartagena es ahora «tan preocupante como la que nosotros estudiamos en Estados Unidos con los nitratos que llegan al Golfo de México», llegó a apuntar Maxwell al conocer el problema en la Región.

El director de la Cátedra de Agricultura Sostenible, Juan José Martínez, relata cómo «a raíz de la crisis de eutrofización del Mar Menor en 2016, provocada en gran medida por los aportes de nitratos de origen agrícola y de otros nutrientes de origen urbano como el fósforo, gran parte de los esfuerzos de las administraciones, agricultores y centros de investigación de la Región se han centrado en la búsqueda de soluciones para eliminar la carga de nitratos que entra al Mar Menor». Pero, paradójicamente, el problema «se mantiene debido a la subida del nivel freático de las aguas subterráneas ante la prohibición de su desalación por parte de los agricultores», afirma. El experto estima, de memoria, que en los últimos dos años han podido entrar por la rambla más de 200 litros por segundo con unos 150 miligramos por litro de nitratos.

La actuación en El Albujón está valorada en dos millones de euros, pagados en un 80% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, y el 20% restante provienen de «fondos propios asociados de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia», especifica el consejero de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, Antonio Luengo. En síntesis, consiste en un complejo de cinco hectáreas en Los Alcázares en el que van a habilitarse 15 balsas de astillas de madera, de 100 por 14 metros y casi dos millones de metros cúbicos de capacidad total, lo que va a permitir desnitrificar un flujo de hasta 200 litros de agua por segundo. De este modo, según sus artífices, «se consigue tratar el cien por cien del caudal circulante» tanto por la rambla de El Albujón como por el canal D-7, por el que se drena gran parte de los cultivos de regadío del Campo de Cartagena y el agua procedente de decenas de desalobradoras.

«Con las actuaciones previstas se consigue un volumen máximo global de tratamiento de agua de 6,3 hectómetros cúbicos al año», explica la Consejería en el citado documento. Su titular, Antonio Luengo, detalla a LA VERDAD el cronograma previsto para poner en marcha las quince balsas, cuya construcción arrancará previsiblemente en este ejercicio: «Esperamos que estén funcionando para finales del verano del año 2022», apunta. Previamente habrán sido necesarios seis meses de obras y varias semanas más para «lavar las astillar de madera» y «para que se regule el proceso», lo que dependerá «de las condiciones del agua y la temperatura que haya en el momento de explotación», afirma.

Según Martínez, los ensayos ya muestran en la Región «un rendimiento extraordinario, debido a las buenas condiciones de temperatura, muy favorables para los microorganismos que participan en el proceso de eliminación de nitratos».

Díaz, que tras defender en marzo su tesis doctoral sobre la viabilidad del sistema en otras zonas similares al Campo de Cartagena se encuentra en Estados Unidos «trabajando con métodos similares a los birreactores», explica por WhatsApp, describe el sistema: «El agua que contiene nitratos se hace pasar por las astillas, donde los microorganismos realizan la desnitrificación», que implica su transformación en nitrógeno gaseoso. De ese modo se aminora el peligro de la llamada eutrofización, que acaba con la vida que albergan ríos, lagos o mares, al dejarlos sin oxígeno. Además, añade Martínez, «el CO2 emitido a la atmósfera por los microorganismos desnitrificadores volverá a ser captado por el arbolado, que cuando sea podado de nuevo retroalimentará el sistema de forma circular y sostenible».

El método del complejo que se va a construir junto a El Albujón fue avalado por la profesora del Departamento de Ciencias Agrarias de la Universidad de Illinois Laura Christianson, considerada «la mayor especialista a nivel mundial sobre este tema», como la presentó Martínez en la jornada técnica que la Cátedra de Agricultura Sostenible dedicó a este sistema en diciembre de 2019. Martínez anunció ese día que la iniciativa ya había sido presentada a la Administración «como solución para eliminar los nitratos de las ramblas, pero la investigación continúa y ahora tenemos que estudiar qué hacer con la salmuera», adelantó.

Año y medio después, ya se prepara la construcción del complejo, dotado de quince balsas de un sistema que el director de la Cátedra define como «muy eficaz eliminando nitratos, muy barato y fácil de manejar por parte de los agricultores».

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