Uso sostenible de los excrementos de granjas
Un proyecto financiado por Europa y el Ministerio de Agricultura, y en el que la Región está implicada a través del Cebas, busca una salida aprovechable y sostenible para el problema medioambiental de las deyecciones de los animales
GINÉS S.FORTE
Martes, 8 de marzo 2022
Del pollo son aprovechables hasta sus excrementos. Eso es lo que se ha propuesto demostrar un grupo de investigadores de distintos puntos del país, incluidos expertos del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (Cebas) de Murcia. El valor que estos científicos quieren extraer de las deyecciones de los animales es energía, y también fertilizantes para el suelo. De este modo, persiguen acabar con «uno de los residuos más abundantes y problemáticos del sector», como explican sus artífices. La vía es el desarrollo de «una herramienta eficiente y medioambientalmente sostenible para la reducción de gases de efecto invernadero», a la vez que se llega a «mejorar la competitividad del propio sector».
Se trata, en primer término, de obtener energía térmica de las inmundicias de pollos, gallinas y pavos empleando un quemador especialmente adaptado a este tipo de residuos. El recurso se podrá usar para atender la demanda de calor de las propias explotaciones, al tiempo que se da salida a unos desperdicios que ahora plantean un problema medioambiental de primer orden. El grupo operativo supraautonómico Avienergy, como es conocida la iniciativa, analizará incluso la viabilidad de producir energía eléctrica implantando un sistema de microgeneración que «permitiría reducir la dependencia energética de las explotaciones».
El proyecto busca acabar con «uno de los residuos más abundantes y problemáticos del sector»
De momento está más avanzado el aprovechamiento también de las cenizas derivadas de la combustión de las deyecciones como nutrientes para suelos agrícolas. En este punto es en el que trabaja la vertiente murciana del proyecto, financiado en su mayor parte por la Unión Europea y, en menor medida, por el Ministerio de Agricultura. En concreto están implicados tres investigadores del Cebas: la profesora Pilar Bernal, el científico titular Rafael Clemente y la contratada predoctoral María José Álvarez. Estos especialistas del grupo de Sostenibilidad Suelo-Planta de la entidad dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) se encargarán de ensayar el potencial de esas cenizas en condiciones reales. Las verterán en parcelas de experimentación para tasar su «valoración agronómica en base a su composición, disponibilidad de nutrientes y toxicidad», explica Bernal. Con ello, añade, «se desarrollará un protocolo de utilización agrícola» de estas cenizas.
Los resultados podrán transferirse a las granjas porcinas, para el estiércol y la facción sólida de los purines
El producto obtenido de estos restos de la combustión de los excrementos para su uso como fuente de calor, y quizá electricidad, que se empleará en la propia granja, podrá a su vez «ser utilizado directamente en el suelo para el aprovechamiento de los nutrientes», concreta la investigadora. De este modo, abunda, se podrá reemplazar parcialmente los fertilizantes minerales, con lo que será posible reducir costes. De paso, también se ahorrará en los servicios asociados a la gestión de los residuos por un tercero.
De momento, ya existen estudios previos que indican «un alto contenido de fósforo y potasio en las cenizas de combustión, con una alta disponibilidad para las plantas», apunta la profesora. «La utilización agrícola de las cenizas puede llevar a sustituir totalmente la fertilización mineral de dichos nutrientes en los cultivos», asegura.
La iniciativa analizará incluso la viabilidad de producir energía eléctrica para aprovecharla en las propias explotaciones
El proyecto, que inició hace ahora un año sus primeros trabajos de búsqueda de bibliografía y estudio de normativas aplicables, se alargará otro año más, hasta marzo de 2023. El proceso de evaluación de las cenizas como materiales fertilizantes, o al menos como componentes para la preparación de fertilizantes, tendrá lugar a partir del próximo junio, «una vez que los encargados de poner a punto el sistema de combustión generen dichas cenizas», detalla Bernal. Los trabajos se alargarán hasta el final del programa.
No es la primera vez que este grupo de investigación murciano, que está integrado en el Departamento de Conservación de Suelos y Agua y Manejo de Residuos Orgánicos del Cebas-CSIC, estudia el aprovechamiento de las cenizas generadas en la combustión de desechos agropecuarios. De hecho, su entrada en la iniciativa Avienergy está ligada a un contrato de colaboración anterior sobre el uso de restos provenientes de la quema de biomasa vegetal suscrito con el centro tecnológico de aprovechamiento energético gallego Energylab, de titularidad pública y sin ánimo de lucro.

¿Qué objetivos tiene AVIENERGY?
AVIENERGY tiene como objetivo principal el de posibilitar un aprovechamiento más eficiente de los residuos generados en la actividad avícola para mejorar la competitividad y el impacto medioambiental del sector. En concreto:
Optimización de las condiciones de combustión para minimizar emisiones gaseosas
Reducción de los costes energéticos
Optimizar un método de pretratamiento de estiércol avícola
Evaluar el impacto ambiental
Desarrollo de un quemador adaptado
Caracterización de las cenizas y valorización agronómica
¿Qué resultados se esperan?
Los resultados a alcanzar por el proyecto
AVIENERGY son los siguientes:
20 % de reducción del contenido en humedad del biocombustible de partida
50% mínimo
de recuperación de la energía térmica
contenida en las deyecciones
Obtener un sistema de combustión
optimizado
desde el punto de vista técnico,
económico y ambiental, para su uso
en el sector avícola
50%
de reducción de los costes de calefacción
en las granjas y evaluación del % de
ahorro en los costes energéticos
globales usando las deyecciones para
la obtención de electricidad
Generar un protocolo
de utilización agrícola de las cenizas
producidas en la combustión
Cuantificación del impacto ambiental
de la solución propuesta en el proyecto
La energía térmica
producida con los nuevos
biocombustibles (residuos)
será valorizada en forma
de calor en las propias
explotaciones, valorando
el bienestar animal
Fuente: Avienergy

¿Qué objetivos tiene AVIENERGY?
AVIENERGY tiene como objetivo principal el de posibilitar un
aprovechamiento más eficiente de los residuos generados en la
actividad avícola para mejorar la competitividad y el impacto
medioambiental del sector. En concreto:
Optimización de las
condiciones de
combustión para
Reducción
de los
minimizar emisiones
costes energéticos
gaseosas
conforme a
la normativa vigente
Optimizar un
Evaluar el
método de
impacto
pretratamiento
ambiental
de estiércol
avícola
Desarrollo de un
Caracterización
quemador
de las cenizas
adaptado
y valorización
agronómica
Actividades
ACTIVIDAD 6
AVIENERGY
ACTIVIDAD 7
Evaluación del impacto
Divulgación y
ambiental. Análisis de Ciclo
transferencia
de Vida (ACV)
de resultados
ACTIVIDAD 5
Evaluación de las
cenizas como
materiales
fertilizantes y/o
como componente
ACTIVIDAD 1
en la preparación
Caracterización y
de fertilizantes
pretratamiento de
ACTIVIDAD 4
los
biocombustibles
Recuperación de la
de partida
energía contenida en
las deyecciones como
recurso energético
ACTIVIDAD 3
Caracterización de las corrientes
sólidas y gaseosas. Evaluación de
ACTIVIDAD 2
la implementación de medidas de
Diseño y puesta a punto
limpieza del gas de salida
del sistema de combustión
¿Qué resultados se esperan?
Los resultados a alcanzar por el proyecto AVIENERGY
son los siguientes:
20 %
de reducción del contenido en humedad del
biocombustible de partida
50% mínimo
de recuperación de la energía térmica contenida
en las deyecciones
Obtener un sistema de combustión optimizado
desde el punto de vista técnico, económico y
ambiental, para su uso en el sector avícola
50%
de reducción de los costes de calefacción en las
granjas y evaluación del % de ahorro en los costes
energéticos globales usando las deyecciones para
la obtención de electricidad
Generar un protocolo
de utilización agrícola de las cenizas producidas en
la combustión
Cuantificación del impacto ambiental
de la solución propuesta en el proyecto
Fuente: Avienergy
Energylab es una de las entidades implicadas en el desarrollo del Aviernergy, en el que también participan la Universidad de Vigo y las compañías Demaux Manufacture, Granja José Antonio García, Avícola El Charcón y la cooperativa murciana Alimentos del Mediterráneo (Alimer). La iniciativa, coordinada por la Fundación Empresa Universidad Gallega (Feuga), cuenta con un presupuesto de casi 584.000 euros, de los que cerca de 566.000 están subvencionados (un 80% por Europa, a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural –Feader–, y el 20% restante por el Ministerio de Agricultura, dentro del Programa Nacional de Desarrollo Rural).
Sobre la base de los «principios de bioeconomía circular», explica la doctora Bernal, «un problema como el que suscita la generación y gestión de altos volúmenes de residuos en el sector avícola puede convertirse en una oportunidad para reforzar la competitividad de las explotaciones y mitigar su impacto medioambiental».
Posible puerta
En el marco del actual debate en torno al problema de las granjas porcinas, surge una pregunta ¿se podrán aplicar estas soluciones a las explotaciones de cerdos? «Sí, los resultados serían transferibles al sector porcino en el caso del estiércol», contesta Bernal taxativamente. «Para el purín», continúa, «se podría aplicar a la fracción sólida, por lo que haría falta disponer de un sistema de separación sólido-líquido». Se abre, por tanto una posible puerta para tratar de revertir un notable problema hasta trocarlo en una solución, al pasar «de residuo a recurso», como reza el lema que los responsables de Avienergy han elegido.
En busca de la innovación agraria
El proyecto Avienergy de obtención de energía y fertilizantes a partir de las deyecciones de las granjas de pollos, gallinas y pavos busca siete grupos de beneficiarios concretos. Se trata de las propias granjas, cooperativas y explotaciones avícolas; las empresas relacionadas con el sector energético; los agricultores, cooperativas y explotaciones agrícolas; los centros tecnológicos, centros de investigación y universidades; las plataformas tecnológicas; las Administraciones públicas relacionadas con la agricultura, el medio ambiente y el desarrollo rural, y hasta los propios consumidores finales.
Para llegar a todos ellos, el proyecto, que casi en su totalidad depende de fondos públicos, prevé desarrollar «una intensa labor de divulgación a nivel regional, nacional y europeo», a través de distintos vehículos, incluidos seminarios web, jornadas divulgativas y charlas. Tras el desarrollo de la iniciativa se encuentra un grupo operativo que implica a tres comunidades autónomas: Galicia, Castilla y León y Murcia. Los grupos operativos son actores principales de la implementación de la denominada Asociación Europea de Innovación en Agricultura Productiva y Sostenible (AEI-Agri), que es una herramienta para impulsar la innovación agraria del Programa Nacional de Desarrollo Rural, en el que se enmarca el Avienergy.
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