Calblanque, en el corazón del turismo sostenible
Es el único territorio del país incluido en la red europea de enclaves costeros Inherit, concebida como fórmula especialmente respetuosa con la naturaleza y el patrimonio
GINÉS S.FORTE
Miércoles, 13 de octubre 2021, 00:12
La creciente conciencia medioambiental de la población, unida a las evidencias de que el calentamiento global ya nos está azotando (en forma de DANA o megaincendios, por ejemplo), también está penetrando en los mercados. Al igual que la agricultura busca una reorientación más ecológica como alternativa a unas prácticas intensivas cada día más respondidas por los consumidores, el turismo también tiene un nicho verde por el que crecer. En pleno centro del arco mediterráneo español, principal foco de atracción turística del segundo país que más visitantes recibe al año del planeta (solo Francia nos supera), la Región de Murcia cuenta con el único espacio de todo el territorio nacional que ha entrado en la elitista red (apenas suma poco más de una decena de territorios en el continente) de turismo sostenible Inherit.
La iniciativa, que en síntesis supone un gran ensayo de cuatro años (comenzó en febrero de 2018 y concluirá en enero de 2022) para «mejorar el desarrollo sostenible y responsable del turismo en las áreas costeras y marítimas del Mediterráneo», como apuntan sus artífices, se extiende por una decena de países europeos. Su vocación es la de proyectarse a más lugares y, sobre todo, marcar un enfoque alternativo al turismo de masas.
«El turismo debe ser sostenible o no será», afirma el consejero de Medio Ambiente, Antonio Luengo
«Creemos que el turismo debe ser sostenible o está abocado a dejar de ser turismo», advierte el consejero de Agricultura y Medio Ambiente, Antonio Luengo. La Dirección General de Medio Natural, dependiente de su consejería, es la que presentó a este proyecto la candidatura, finalmente elegida, del Parque Regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila, incluida la zona marina de su frente costero, donde se encuentra el LIC de la Franja Litoral Sumergida de la Región de Murcia. Junto a Medio Natural, en este proyecto también tiene un papel destacado la Fundación Séneca-Agencia Regional de Ciencia y Tecnología.
La iniciativa Inherit no se limita a una buena gestión turística de los valores naturales, sino que incluye también los recursos culturales. De ahí que el proyecto vuelque buena parte de su esfuerzo en no alterar «la idiosincrasia o realidad local, social y cultural» de cada espacio implicado. Si no es así, explica Luengo, «seguramente desembocará en que ese destino deje de ser interesante para los futuros visitantes». Y pone como ejemplos de ese peligro «las recientes marchas en contra del turismo en Venecia o Barcelona». De ahí, concreta, «siempre hay que tener en cuenta el tejido social y económico-social».
El destino de los 5,61 millones de euros que se van a desembolsar a la red Inheritura (unos 430.000 a la Región) durante sus cuatro años de trabajos (el 85% a través de fondos europeos y el resto financiado por los socios participantes) se rige por tres principios. El primero se centra en la «protección del patrimonio natural frente a los efectos negativos del turismo de masas». El segundo trata de «destacar el patrimonio natural como un activo que tiene el potencial de ayudar a abordar la estacionalidad» y «extender la temporada turística», de modo que se logre «mejorar la marca de los destinos turísticos». Y el último principio se centra en la «implementación de iniciativas participativas de colaboración y de abajo hacia arriba, por parte de operadores turísticos y empresas, para proteger y mejorar el patrimonio natural». Es decir, no se trata de imponer unas pautas de actuación desde la Administración para que los agentes implicados la apliquen en su territorio, sino que se basa ante todo en impulsar soluciones desarrolladas e implementadas por los propios «operadores económicos turísticos y otros actores interesados del territorio, como la población civil y asociaciones», por ejemplo. El rol de estos agentes (empresas y asociaciones de la zona, entre otros) es primario «en la toma de decisiones y el diseño de estas medidas y actividades, en colaboración y apoyo de las autoridades públicas», apunta el consejero.
De momento ya se han implicado, tanto en el estudio como en las pruebas piloto para establecimiento de un espacio Inherit en la Región, empresas y grupos de interés como Posidonia Turismo, La Manga Bikes, Camping Villas Caravaning, la Asociación Calblanque, la Asociación de Vecinos Las Cobaticas, Casa las Jordanas, Planeta Azul, Ecoespuña, Bajo el Cejo, el Centro Tecnológico Naval, C&C Medio Ambiente, Galpemur, la Fundación Sierra Minera, la Asociación de Propietarios de Calblanque, la Asociación Marchamalo, Ecopatrimonio y la Asociación Espuña Turistica.
Al igual que la agricultura busca una orientación más ecológica, el turismo también tiene su propio nicho verde
Sierra Espuña
La participación de entidades relacionadas con Sierra Espuña responde a que, originalmente, «cuando la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia entró en el proyecto», el plan pasaba por «solicitar la etiqueta Inheritura de manera conjunta para los dos espacios [los entornos de Espuña y Calblanque], conformando una única área».
Sierra Espuña, que era susceptible de participar por encontrarse a menos de 50 kilómetros de la costa, ya goza de un tejido turístico «muy maduro y participativo», lo que se antojaba que podía ser «muy bueno para la candidatura y para que sirviese de ejemplo del que beber en el caso de Calblanque», apunta el consejero. Pero la llegada de la pandemia trastocó estos planes. «La incertidumbre de su duración, alcance y la dificultad inicial que presentaba para la organización de estos procesos participativos, nos empujó a tomar la decisión de centrar todos los esfuerzos en el área del Parque Regional de Calblanque, que presenta un tejido turístico menos maduro».
Se trata de «proteger el patrimonio natural frente a los efectos negativos del turismo de masas», apunta el consejero
En todo caso, la etiqueta Inheratura «es un complemento al trabajo que ya se desarrolla en el parque regional», destaca el consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente. En su condición de espacio natural protegido, este espacio ya cuenta con un órgano participativo (una junta rectora) y un plan de ordenación de recursos naturales (PORN) que regula qué actividades se pueden realizar en él. Y que, por tanto, vela por que resulten sostenibles. Además, cuenta con un plan de uso público, que Luengo define como «un gran trabajo que aborda de manera integral la gestión del turismo dentro del parque». En este contexto, por tanto, lo que aporta el proyecto Inherit es sobre todo una marca de destino sostenible reconocible, ligada con otras áreas igualmente reconocidas de otros nueve países de la ribera mediterránea, con lo que se «establece un punto de contacto y oportunidad de colaboración y aprendizaje a nivel internacional dentro de la futura red de áreas Inheritura». De paso se amplía la participación de actores locales en la protección y valorización del «rico patrimonio natural presente en Calblanque», explica la fuente.
De momento, se trata de una primera fase del proyecto, en la que también se trata de incorporar otra área natural española, que aún está pendiente de cerrar. Si los planes siguen su curso, en una segunda fase la iniciativa se abrirá a toda el área mediterránea, «y es cuando podrán incorporarse nuevas áreas de la Región», para ahondar en una verdadera alternativa, más limpia y sostenible, al turismo de masas.
Una etiqueta verde para once espacios europeos
El Parque Regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila recibió el pasado mayo la etiqueta Inherit tras demostrar que cumple con «una serie de criterios ambientales y de sostenibilidad», explica el consejero de Agricultura y Medio Ambiente, Antonio Luengo. Esas premisas «abarcan desde la adopción de medidas de gestión y protección ambiental, hasta actividades de puesta en valor y promoción del patrimonio natural», además de una «gestión y planificación estratégica y educación y concienciación del visitante». «La implicación de los actores locales es fundamental dentro de este esquema», añade: «No olvidemos que se trata de un enfoque participativo». Esta misma criba ya la han pasado otros diez espacios naturales de nueve países más. Se trata del Bosque Nacional de las Dunas Costeras de Vila Real de Santo Antonio, en Portugal; del espacio del Pôle de la Pleine Nature Montagnes du Caroux, en Francia; del área de la Vivi Romagna Toscana y el Parque Natural Regional Dune costiere da Torre Canne a Torre San Leonardo, en Italia; del Parque Natural e Histórico Majjistral, en Malta; del Parque Natural de Strunjan, en Eslovenia; del Parque Nacional de Kornati, en Croacia; el Parque Natural Orjen, en Montenegro; del espacio Pavlopetri –Elafonisos, en Grecia—; y el Lago Salado de Larnaca, en Chipre.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión