El calentamiento ya no tiene remedio
Los expertos advierten de que solo nos queda adaptarnos a un cambio climático que ya es imparable y que en nuestra geografía del sur europeo tendrá ocho veces más impacto económico y social que en el norte del continente
GINÉS S.FORTE
Martes, 1 de junio 2021, 21:27
No se inicia la marcha sin ver primero por el retrovisor qué nos puede venir. Y lo que nos viene en el clima son cincuenta años de aumento continuado de las temperaturas (entre 3 y 5 grados hasta final de siglo en España) a un ritmo el doble de rápido en nuestra área mediterránea. La consecuencia, además de un incremento de episodios como las famosas DANA, será una redistribución de las especies a una escala nunca vista con anterioridad en la Tierra, junto con una expansión de enfermedades, favorecidas por el incremento de la temperatura. La Región de Murcia será, ya comienza a ser, un área de especial incidencia de unos fenómenos que lo van a cambiar todo.
Aquí, en el sur de Europa, los expertos auguran un coste económico y social de los impactos del cambio climático ocho veces superior que en las regiones del norte, apunta el responsable del Servicio de Fomento del Medio Ambiente y Cambio Climático de la Comunidad Autónoma de Murcia, Francisco Victoria. Además, «las regiones del sur, entre ellas la Región de Murcia, son en general menos potentes tecnológicamente y menos capacitadas económicamente, por ello la vulnerabilidad será mayor», argumenta este biólogo que en 2016 recogió buena parte de lo que nos espera en el amplio informe 'Competitividad y Cambio Climático', editado por el Consejo Económico y Social de la Región de Murcia. Cinco años después, explica, «siguen manteniéndose las previsiones». E incluso «pueden empeorar», advierte.
A partir del acopio de datos durante las últimas décadas (ese es el retrovisor que anticipa el futuro), los científicos coligen que ya no hay marcha atrás. Incluso parando el motor del calentamiento global, y reduciendo a cero las emisiones netas en 2050 (compromiso acordado este mismo año por el Consejo de Ministros, a través de la declaración de emergencia climática), en nuestra zona mediterránea «la temperatura media y la alteración del clima será muy superior a la del resto del planeta».
«El cambio climático ya lleva presente 40 años en la Región», explica el biólogo Francisco Victoria
El planeta ya ha experimentado cambios en su clima con anterioridad, «pero nunca a la velocidad actual y como consecuencia de la actividad humana», indica el biólogo Jorge Sánchez, de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE). «El cambio climático no está por venir, sino que desde hace cuarenta años está presente en la Región», precisa Victoria. Y lo ejemplifica con un dato: «Desde los años setenta los veranos han crecido en la Región entre 35 y 40 días más». De manera aún más concreta, Victoria Jumilla explica que entre 1942 y 2018 el observatorio de Alcantarilla ha recogido cómo «las noches tropicales han pasado de veinte a sesenta, y a más de ochenta en ese mismo periodo en San Javier». El aumento de la temperatura media en 0,34 grados cada década, durante las últimas, ya ha traído, entre otras consecuencias evidentes, un desplome de los recursos hídricos de la cuenca del Segura del 18% durante el mismo periodo y un incremento del 100% en el número de alérgicos en los últimos diez años.
Los veranos murcianos son ahora entre 35 y 40 días más largos que en la década de 1970
Más: en los cuarenta años que van de 1950 y 1990 solo se registró un episodio de precipitaciones en toda la cuenca de más de cincuenta litros por metro cuadrado y tres de más de 40 litros en 24 horas. En cambio, desde entonces, en apenas treinta años, la primera anomalía se ha repetido cinco veces y la segunda, siete. En paralelo, continúa Victoria, «en la estación de Cañada de la Cruz (Moratalla) el número de días con precipitaciones de nieve ha ido disminuyendo desde los setenta un día cada cinco años». Además, «existen otros efectos, no tan directamente perceptibles, que se desarrollan de manera más prolongada a lo largo del tiempo». Herminio Picazo, exdecano del Colegio de Biólogos de la Región y coautor de 'Patrimonio Natural y Biodiversidad: Situación Actual y Perspectivas', editado recientemente también por el CES, se refiere a «las alteraciones en los ritmos biológicos de las especies, lo que se llama fenología». Este estudio recoge la evolución prevista en la Región entre 2020 y 2050 para seis especies, a partir de investigaciones del Área de Ecología de la Universidad de Murcia. Se trata del cornical ('Periploca angustifolia'), el palmito ('Chamaerops humilis'), el enebro ('Juniperus oxycedrus'), la sabina común ('Juniperus phoenicia'), el arto ('Maytenus senegalensis') y la sabina mora ('Tetraclinis articulata'), como se recoge en las fichas que acompañan este reportaje.
Evolución prevista entre 2020 y 2050 ante el cambio climático en seis especies murcianas
Cornical ('Periploca angustifolia')
En 30 años la altitud media a la que crece esta especie en la Región se elevará casi 460 metros, y aparecerá unos 24 kilómetros más al norte, lo que le permitirá colonizar un hábitat potencial 4,5 veces mayor que el actual. Umu
Palmito ('Chamaerops humilis')
En 2050 brotará más de 200 metros por encima de lo que lo hace ahora, y unos 5 kilómetros más al norte. En ese momento será capaz de ocupar un hábitat potencial un 5,5% mayor que el que alcanzaba en 2020. Umu
Enebro ('Juniperus oxycedrus')
En 30 años aparecerá 400 metros más arriba y se desplazará al norte 30 kilómetros. La consecuencia: un 81% menos de hábitat potencial por una reducción drástica en la costa, el prelitoral y las laderas bajas del interior. Umu
Sabina común ('Juniperus phoenicia')
Mientras su latitud no cambiará previsiblemente en las próximas tres décadas, la altura a la que aparecerá se elevará un centenar de metros, mientras que su área de ocupación potencial aumentará un 12%. Jean Tosti / Wikipedia
Arto ('Maytenus senegalensis')
Es la peor parada de estas especies. El arto difícilmente superará el calentamiento global. Las previsiones muestran que con probabilidad acabará directamente extinguida de la Región de Murcia de aquí al año 2050. umu
Sabina mora ('Tetraclinis articulata')
Su presencia en altura subirá en 450 metros, desplazará casi 60 kilómetros al norte su límite inferior y, con estos cambios, multiplicará su hábitat potencial casi por cinco en una Región de mediados de siglo más cálida que la actual. N. Sánchez
Con este panorama, arguye Sánchez, «resulta esperable la extinción de especies que se encuentran en su límite sur de distribución», como el caso de las plantas de alta montaña. Los cambios en las áreas de distribución, que ya se observan en libélulas y aves, por ejemplo, «van a afectar a todo tipo de especies, no solo a las silvestres», aclara el biólogo. Toda la cadena alimentaria, «que es la estructura básica del ecosistema», se verá afectada, añade Victoria Jumilla. La expansión de determinadas especies exóticas invasoras, hasta ahora limitadas por las temperaturas, alterará los hábitats al tiempo que determinadas enfermedades mediadas por vectores biológicos varían sus áreas de distribución y colonizan el sur de Europa, apunta Sánchez. Un buen ejemplo es el mosquito tigre ('Aedes albopictus'), al que ya tenemos en nuestra geografía, y «que transmite enfermedades de declaración obligatoria, como el dengue o el chikunguña».
Inevitable y empeorable
Es algo inevitable. Y también empeorable. Los expertos han situado 2050 como «fecha límite en la que las emisiones podrían descontrolar y hacer menos predecible y más extremo el clima mundial» si no se ponen a cero las emisiones netas, explica Victoria Jumilla.
Los alérgicos al polen se han duplicado en diez años por el calentamiento global
«Aunque paráramos a nivel mundial hoy las emisiones, la inercia del clima es de tal naturaleza que no evitará la progresión del cambio climático, solo la gravedad de esta progresión. En consecuencia, lo que podemos hacer es adaptarnos, porque va a ser inevitable», advierte el responsable de Cambio Climático de la Comunidad Autónoma antes de asegurar que «desde el Gobierno regional hemos impulsado la Estrategia de Adaptación y Mitigación del Cambio Climático». Por el momento, afirma, «ya hemos declarado la emergencia climática y se trabaja en diferentes vías de colaboración público-privada para la consecución de la neutralidad climática, y avanzamos en la descarbonización».
El tiempo dirá si somos realmente capaces de hacer algo para aminorar el panorama de un futuro que ya hemos ensombrecido sin remedio.
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