Borrar
Jabalí ('Sus scrofa') muerto tras chocar con un vehículo, en un accidente con grave riesgo humano. SECEM
Nuestra Tierra

La red de asfalto que nos separa de nuestro entorno

Los atropellos de fauna, que ya son probablemente la primera causa de muerte directa de especies como mochuelos, erizos y reptiles, están en el punto de mira de un proyecto que busca poner luz a un problema que todavía no se ha estudiado bien

Martes, 8 de noviembre 2022, 00:00

Comenta

Ese magnífico desarrollo que suponen las carreteras para unir los destinos de los seres humanos, mucho más cerca unos de otros gracias a ellas, sin embargo nos separan con frecuencia de la propia naturaleza sobre la que se asientan. Si no se establecen bien ni van acompañadas de medidas paliativas, como los pasos de fauna, estas vías de comunicación suponen verdaderas heridas abiertas del medio ambiente, por las que supuran miles de animales muertos cada año. Los conservacionistas calculan que estas hemorragias antropocéntricas arrojan un saldo de pérdidas de casi 100.000 animales cada año, además de los accidentes de tráfico que en muchas ocasiones producen. Para algunas especies, como el mochuelo, el erizo europeo, y los reptiles en general, puede que incluso los atropellos ya sean su primera causa de muerte directa.

Son estimaciones, porque no resulta sencillo mantener un registro exhaustivo, como apunta el profesor de la Facultad de Veterinaria Carlos Martínez Carrasco, coordinador del Máster en Gestión de la Fauna Silvestre de la Universidad de Murcia (UMU), que ha utilizado en sus investigaciones muestras recogidas de estos atropellos. «Cuando se producía alguno, iba a recoger los cadáveres porque me avisaban amigos, alumnos, conocidos o bien el servicio de Carreteras», sin fuentes muy exhaustivas.

  • 201 tejones atropellados hubo en las carreteras de la Región de Murcia entre 2007 y 2020.

  • 34,2% de los animales atropellados en España son aves, según Secem.

El también investigador de la UMU José Manuel Zamora, en este caso del Grupo de Zoología Básica Aplicada a la Gestión y la Conservación, precisa que muchas de estas muertes no se contabilizan, ya que los carroñeros acaban antes con los cadáveres, e incluso son «retirados sin registro oficial por parte del Servicio de Conservación de Carreteras». De ahí que resulte difícil «una caracterización precisa de la problemática», advierte.

El propio Ministerio admite que sabe «poco de la mortalidad de fauna que genera el tráfico rodado»

La Administración autonómica sí lleva desde 2007 compilando datos para el conjunto de la Región, aunque específicamente sobre cuatro mamíferos carnívoros (nutrias, gatos monteses, tejones y turones), dentro de su Programa de Seguimiento Biológico de la Fauna Vertebrada Amenazada en la Región de Murcia. Desde que comenzó este registro y hasta el ejercicio 2020, último del que hay valores disponibles, la Dirección General de Medio Natural contabiliza 201 tejones ('Meles meles') atropellados, 25 gatos monteses ('Felis silvestris'), 17 nutrias ('Lutrinae') y un turón ('Mustela putorius'). Más allá de estas cifras, apenas hay algún estudio más exhaustivo sobre áreas muy específicas, como el informe que se ha elaborado para el Parque Regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peñas del Águila sobre los años 2021 y 2022, al que han aportado información tanto los trabajadores del parque como los vecinos de la zona, sobre todo los de Las Cobaticas-La Jordana, que llevan desde 2018 realizando un seguimiento a los atropellos de animales en la zona. Más allá del balance de esta iniciativa, que recoge 78 animales muertos en menos de 20 meses, lo más notable es que su objetivo es tomar medidas (reductores de velocidad, cartelería, pasos de fauna, etc.).

Serpiente atropellada. SECEM

Desafortunadamente, el de Calblanque es un proyecto bastante inusual. El mismísimo Ministerio para la Transición Ecológica admite que se sabe «poco de la mortalidad de fauna que genera el tráfico rodado». El departamento de medio ambiente de la Administración general reconoce cómo «para la mayoría de especies de vertebrados no contamos con aproximaciones a la mortalidad que cada año se produce en las carreteras españolas», lo que impide tomar las medidas precisas para reducirla. De ahí que haya puesto en marcha el denominado proyecto SAFE, siglas de Stop Atropellos de Fauna en España, con la «que pretende sacar a la luz estas cifras». Para ello ha propuesto una fórmula de ciencia ciudadana, a través de voluntarios movilizados por tres afamadas sociedades naturalistas: la Asociación Herpetológica Española (AHE), la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Bird Life) y la Sociedad Española para la Conservación y el Estudio de los Mamíferos (Secem).

En Calblanque los vecinos llevan recogiendo datos desde 2018 en una iniciativa muy inusual

En este contexto, Secem ha extraído que las aves son las más afectadas por los atropellos (34,2% de todas las muertes registradas en las carreteras en los últimos meses, hasta el 15 de septiembre), seguidas de los mamíferos (29,6%), los anfibios (22,4%) y, por último, los reptiles (13,9%). Por especies, las más castigadas son, por orden de más a menos atropellos, el conejo europeo ('Oryctolagus cuniculus'), el gorrión común ('Passer domesticus'), el erizo europeo ('Erinaceus europaeus'), el sapo común espinoso ('Bufo spinosus') y el mirlo común ('Turdus merula'). Hay que tener en cuenta las especiales condiciones que se producen durante los meses de más calor y menos humedad, que es cuando se ha realizado el estudio, y que llevan a la fauna a comportamientos diferentes a los del resto del año.

Mientras avanza el proyecto SAFE, Rubén Vives, histórico activista de Ecologistas en Acción, aclara que de momento «apenas hay trabajos sistemáticos que puedan ser extrapolables al conjunto de la Región», si bien su organización lleva tres décadas recogiendo datos de atropellos en nuestra red viaria. De ellos se puede extraer algo de luz para conocer la situación. Por ejemplo, sabemos que se producen en toda la red de carreteras, si bien «los entornos naturales suelen ser más propicios a los atropellos» y en los urbanos se ven más afectadas las especies más comunes, y cita como ejemplo a las palomas ('Columbidae'), ratas ('Rattus') y paseiformes (pájaros) en general.

En el campo, más alejados de las poblaciones, lo que abundan son atropellos de conejos, liebres ('Lepus'), reptiles y anfibios, «como el sapo corredor». En estas áreas, continúa Vives, además, «ya empiezan a aparecer algunas especies más valiosas, como el tejón y aves como el búho real». Esta última entra en el orden de las aves nocturnas, entre las que, en general, se ven principalmente afectadas por sus encontronazos con los vehículos humanos principalmente el mochuelo europeo ('Athene noctua'), la lechuza común ('Tyto alba') y el búho chico ('Asio otus'), explica José Manuel Zamora. Este experto, miembro además de la Asociación de seguimiento y conservación de aves nocturnas de la Región de Murcia Ulula, coincide con Rubén Vives en que también se producen «registros más ocasionales, pero igualmente frecuentes de búho real».

Miles de mamíferos mueren cada año en las carreteras murcianas. SECEM

De acuerdo con las observaciones que lleva recogiendo Ulula, tres de cada cuatro aves nocturnas atropelladas son individuos jóvenes, y que, por lo tanto, «aún no tienen un conocimiento profundo del paisaje ni la experiencia para evadir los riesgos de cazar cerca de las carreteras». De ahí que la mayor parte de estos atropellos tengan lugar entre agosto y noviembre, durante la denominada fase de dispersión juvenil, y principalmente en autovías en las que el firme se encuentra levantado entre dos y tres metros por encima del terreno circundante.

Zamora sitúa uno de los mayores puntos negros de la Región para las aves nocturnas en el tramo de la AP-7 que va de El Algar a San Javier, junto al Mar Menor, donde el año pasado se registraron seis lechuzas comunes y otros seis búhos chicos atropellados en apenas tres meses (de enero a marzo). El caso de la lechuza común es más que alarmante, ya que los expertos calculan que en la zona apenas hay una docena de parejas de la especie. Diecisiete años antes, en 2004, se contabilizaron 24 lechuzas comunes atropelladas en el Campo de Cartagena, lo «que nos lleva a pensar que la especie era entonces más abundante», colige Zamora.

Otro entorno geográfico fatal para nuestra fauna más valiosa, por afectar a una especie singular, se encuentra en los aledaños del río Segura, sobre todo en torno al embalse de Ojós, en el término de Blanca, al que Vives califica como un «punto negro de atropello de nutrias». En la comarca de Guadalentín se localizan varios más donde el peligro es para la tortuga mora, y en el Altiplano, ejemplifica, se han detectado atropellos de ginetas ('Genetta genetta'), garduñas ('Martes foina') y algún gato montés. Probablemente para algunas especies, «como el mochuelo, el erizo europeo y los reptiles en general, los atropellos son la primera causa de muerte directa». Para el resto, y también para estas y además para reducir los accidentes de tráfico, el futuro pasa por unas buenas medidas que minimicen sus muertes en carreteras. Primero es necesario conocer bien cuántas, dónde y cómo se producen.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad La red de asfalto que nos separa de nuestro entorno

La red de asfalto que nos separa de nuestro entorno