El rol de los directores financieros en la transformación digital
Los directores financieros o CFO ('chief financial officers'), venimos enfrentándonos desde hace más de dos lustros a tiempos de constante evolución. Con más o menos devoción hacia los cambios, la adaptación y el salto empresarial en transformación digital es inevitable, especialmente en el mundo postpandemia
Los equipos financieros tenemos que repensar nuestro papel y nuestra manera de trabajar, las empresas necesitan una función financiera más ágil, más interconectada y estratégica. Centrando los esfuerzos no solo en la cuenta de resultados y la financiación, hay que incorporar además una visión más global de la organización y del negocio.
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Leía hace unos meses un informe de KPMG basado en las encuestas realizadas a más de 80 CFO de empresas españolas de diversos tamaños, actividades y ubicaciones, en el que se informaba de que, en 2023, tan solo un 25% de las compañías han sido capaces de abordar la gestión del dato con herramientas de Data Analytics o de incorporar en sus procesos modelos de Self Service Reporting.
Un alto porcentaje de los encuestados manifestaban necesitar soluciones que fuesen más allá de la que proporcionan los ERP por la falta de flexibilidad, por todo lo que tiene que ver con el acceso a la información o con los cambios en los procesos de negocio, y la captura o el acceso de información que está dispersa en otros sitios. Casi el 70% establecen como muy difícil la conexión y coordinación de la información financiera con la información del negocio.
«Tenemos la obligación de incorporar a nuestras organizaciones todas las nuevas capacidades que las tecnologías digitales ofrecen a la función financiera: inteligencia artificial, 'big data' y 'robotics'»
La transformación digital de la función financiera es ya una realidad que nos está impulsado a pasar de un exclusivo enfoque a la contabilidad y las finanzas, a una orientación al negocio como garante de su evolución y del cumplimento de la estrategia.
Evidentemente las palancas digitales nos están permitiendo automatizar y flexibilizar numerosos procesos, incrementando rápidamente los niveles de eficiencia. Sin embargo, el verdadero desafío que tenemos por delante consiste en dotar la función financiera de una clara orientación a la generación de valor, incorporando una mayor inteligencia en la gestión y monitorización del negocio bajo el paraguas de la estrategia.
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Para ellos tenemos la obligación de incorporar a nuestras organizaciones todas las nuevas capacidades que las tecnologías digitales ofrecen a la función financiera: inteligencia artificial, 'big data' y 'robotics'. En concreto una gestión financiera digital supone:
1. La realización de forecasting avanzado y orientado a la generación de valor. Reduciendo la dedicación a tareas de menor valor como la extracción de información y la elaboración de informes, para dar paso a modelos de planificación predictiva y control del cumplimiento de objetivos.
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2. La automatización y calidad en procesos mediante el uso de herramientas que incorporen 'machine learning' y 'blockchain', por ejemplo.
3. La monitorización exhaustiva de las operaciones para reforzar su calidad y cumplimiento, reduciendo la necesidad de auditorías y control interno.
4. La implantación de soluciones en cloud y ecosistemas colaborativos que faciliten la interacción con terceros.
5. La evolución hacia modelos organizativos con mayor alineamiento e integración entre IT, finanzas y negocio.
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No todas las empresas necesitan el mismo nivel de digitalización. Según el sector, los objetivos de desarrollo y otras variables serán necesarias unas herramientas u otras. Pero, en cualquier caso, sin conocer qué podemos adaptar y sin acompañamiento y tutorización por parte de expertos de plan de digitalización, las organizaciones acaban por frustrarse después de grandes inversiones en herramientas que en su compañía nadie consigue dominar.
De ahí que como directora financiera de una institución como ENAE, formada en Transformación Digital, insista en la importancia de la formación continua de directivos y mandos intermedios para realizar el proceso de manera satisfactoria. Un proceso que requiere tiempo, esfuerzo y mucha dedicación.
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Los directores financieros debemos de ser agentes facilitadores del cambio y, a la vez, afectados por él. La transformación digital es material y mental. Los directores financieros debemos abrirnos y propiciar el cambio, empujar a los directivos y, desde nuestra posición, a los mandos intermedios y buscar las mejores herramientas para no quedarnos estancados. La transformación digital nos brinda la posibilidad de posicionarnos en nuestro sector por delante de los que todavía no se han decidido y andan rezagados, de los que no entienden que la Transformación digital no es una posibilidad sino una obligación.
Nadie dijo que sería fácil, pero el futuro ya está entre nosotros. Debemos definir modelos operativos eficientes y efectivos para transformar y contribuir a la generación de valor añadido y negocio.
Más información: www.enae.es/gdp
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