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Los agentes patrullaban por una zona rural, a las afueras de Fuente Álamo. La madrugada transcurría tranquila, hasta que un olor les sacudió los sentidos. El viento había estampado en sus fosas nasales una cantidad ingente de terpenos, los compuestos aromáticos que le dan a las plantas de marihuana su olor característico.
Los tipos que estaban en el Seat León no habían tomado precauciones, como hacen habitualmente otros traficantes, como envasar al vacío las plantas o impregnar el vehículo con ambientadores especiales, para evitar que el tufo a maría apestara el paraje a varios cientos de metros cuadrados. En cambio, las envolvieron las con burdas mantas y las metieron en el maletero y en la parte trasera del coche, convertido ahora en un invernadero de cannabis móvil.
Los policías locales de Fuente Álamo se apostaron a una distancia prudencial del grupo y observaron, sobre las 4.40 horas del pasado 10 de enero, el vehículo de color oscuro con el maletero abierto y tres tipos alrededor, yendo y viniendo, cargando el turismo con matas preñadas de TCH. Uno de ellos se dio cuenta de que los estaban vigilando, alertó a sus dos compañeros y se subieron a toda prisa en el Seat León. Arrancaron el coche y salieron de allí como alma que lleva el diablo. La persecución era inminente.
La huida se inicia en una nave agrícola de la pedanía de El Estrecho, Fuente Álamo, donde una patrulla de la Policía Local sorprende a los traficantes cargando la marihuana.
Continúa por la RM- E14 dirección al Parque Tecnológico, avanzando por el casco urbano de Lobosillo (Murcia).
Sigue por la RM-E9, dirección Balsapintada, atraviesa diferentes calles del núcleo urbano. Otro coche de policía se une a la persecución.
Se incorpora a la RM-E12, sentido a la autovía A-30, continuando dirección Murcia.
Un kilómetro antes de la salida 144B, apagan las luces del turismo a modo evasivo.
Acceden a Ronda Sur, prosiguiendo por avenida de Los Dolores a gran velocidad. Se une un coche de la Policía Local de Murcia.
El coche ha sufrido un impacto en el cárter y desprende aceite, hasta que finalmente por dicha avería detienen el turismo con las llaves puestas en medio de la calzada, a la altura de Avda. de los Dolores, confluencia con Avda. Región Murciana.
Los ocupantes inician la huida a pie en dirección a la zona de la Ciudad del Transporte.
Dos de ellos son detenidos en un solar frente al restaurante Morata; el tercero logra huir.
Descubren que transportaban casi 30 kilos de marihuana.
AUX STEP FOR JS
El coche a la fuga atravesó las apretadas calles de El Estrecho, en dirección a Lobosillo. El conductor rebasó semáforos en rojo y cruces de carretera a una velocidad frenética. Al pasar por varios pasos elevados, el firme impactó contra el cárter del coche, lo que provocó que se partiera y que el vehículo empezase a dejar un reguero de aceite. Luego se darían cuenta de que esa avería sería su perdición.
En ese punto se unió otra patrulla de Fuente Álamo para perseguir al vehículo, que siguió por la RM-E9 en dirección a Balsapintada, recorriendo el centro del pueblo, hasta incorporarse a la RM-E12 y a la autovía A-30. Mientras, sus perseguidores solicitaban refuerzos a la Policía Local de Murcia, municipio al que se dirigían los fugados.
Cuando alcanzaban la zona sur de la ciudad por la autovía, el conductor intentó evadir a los agentes apagando las luces del vehículo en plena autovía antes de tomar la salida 144B de Ronda Sur y Patiño. Se incorporó a la vía donde unidades de policías locales de Murcia se unieron al seguimiento. Finalmente, el coche se detuvo en la avenida de Los Dolores, en Murcia, por la avería del cárter, que estaba reventado. Los ocupantes, sin embargo, no cejaron en su empeño de fuga y dejando el coche abandonado con las llaves puestas. Huyeron a pie. En su fuga desesperada, los presuntos traficantes recorrieron en coche unos 50 kilómetros por caminos, carreteras y la autovía.
La búsqueda de los sospechosos movilizó a varios agentes más y dieron caza a dos de ellos en un solar situado frente al restaurante Morata de Los Dolores. El tercer implicado logró escapar.
En el interior del vehículo se encontraron 26,9 kilos de marihuana envueltos en mantas, un mazo de grandes dimensiones, un rotativo luminoso azul similar al que usa la Policía, varios teléfonos móviles, y un cuchillo de nueve centímetros de hoja. Además, el coche había sido sustraído y carecía de seguro obligatorio, inspección técnica y registro vigente.
Horas después, otra patrulla localizó un revólver abandonado en la calzada que los detenidos habrían arrojado durante su fuga. Estaba inservible debido a que tenía un proyectil atascado.
Tirando del historial de los arrestados, los agentes descubrieron que uno de ellos, Adelino M. J., acumula 15 detenciones previas, muchas de ellas relacionadas con el tráfico de drogas y defraudación de fluido eléctrico. El otro detenido, Adelino A. M., cuenta con antecedentes por elaboración de droga y okupación de inmuebles. En las diligencias de la Policía Nacional, a las que LA VERDAD ha tenido acceso, los agentes creen que algunos elementos encontrados en el coche, como el mazo y el rotativo azul, apuntan a que los detenidos se hacían pasar por policías para hacer vuelcos de droga a otros traficantes.
«Se significa que dichos útiles son utilizados comúnmente para la apertura de puertas de domicilios, todo ello con la finalidad de acceder a los domicilios mediante la fuerza, haciéndose pasar por agentes de la autoridad (policía) a fin de sustraer sustancias estupefacientes», señalan las diligencias.
El caso está ahora sobre la mesa de la Policía Judicial de la Policía Nacional, que indaga sobre la procedencia de la droga y la implicación del propietario de la nave agrícola donde fueron descubiertos los arrestados. Por su parte, Los Adelinos se enfrentan a la enésima acusación por delitos contra la salud pública, además de conducción temeraria y contra la seguridad del tráfico, tras protagonizar una huida hacia adelante que, vistos los resultados, no les llevó a ningún lugar.
El abogado defensor de Los Adelinos, el letrado penalista Eduardo Romera, declaró que sus dos clientes han quedado en libertad provisional sin fianza con la obligación de presentarse a firmar ante el juzgado dos días de cada mes. El abogado argumentó que se les imputa un delito contra la salud pública por la incautación de casi 27 kilos de marihuana, pero en la modalidad de tráfico de drogas que no causan grave daño a la salud. «Las penas podrían oscilar entre tres y cuatro años y medio de prisión. No obstante existen argumentos para que mis clientes no ingresen en prisión», explicó.
En este sentido, Romera añadió que el procedimiento judicial puede extenderse «entre tres y cuatro años debido a las dilaciones propias del sistema judicial». En ese caso, y en el transcurso de ese tiempo se podrían recurrir las «dilaciones indebidas y las atenuantes de drogadicción», apunta el letrado. Respecto al revólver hallado, el abogado señaló que «no está acreditado que el arma pertenezca a ninguno de mis representados».
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Ivia Ugalde, Josemi Benítez e Isabel Toledo
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