Borrar
Alumnos del aula abierta del colegio Alejandro Valverde de Murcia, en clase de música esta semana. Vicente Vicéns / AGM

La ola de alumnos con necesidades especiales desafía al sistema educativo: crecen los diagnósticos un 55% en seis años

La Región de Murcia lidera la tasa nacional de escolares que precisan de apoyo, un porcentaje en aumento sostenido que tropieza con limitaciones para su atención

Domingo, 28 de septiembre 2025

Comenta

El aumento tenaz de alumnado que precisa de apoyo en el aula para progresar, que las cifras marcan en rojo en la Región de Murcia, está suponiendo todo un desafío para el sistema educativo. El incremento exponencial de escolares con necesidades especiales ha puesto en jaque el derecho a la educación inclusiva que ampara a los casi 20.000 alumnos escolarizados en los centros sostenidos con fondos públicos en la Comunidad.

La cifra no ha dejado de crecer, hasta el punto de que los expertos hablan de «oleada» y de «tsunami» para referirse a la expansión: en solo seis años, el aumento de diagnósticos en la Región ha sido del 55%, con una incidencia muy marcada de los trastornos del espectro autista (TEA) que demanda respuestas. Familias, educadores y entidades admiten que los recursos y la inversión pública han ido también en aumento, pero, alertan, no de forma proporcional.

El desafío ha sido expuesto por Comisiones Obreras (CC OO) con el inicio de curso: el número de alumnado con necesidades de apoyo educativo, una categoría que engloba a los estudiantes con discapacidad, con dificultades de aprendizaje (como la dislexia y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, trastorno del espectro autista...), y también a los escolares que desconocen el idioma o que se encuentran en situación de vulnerabilidad, ha aumentado un 75% en España desde el curso 2017-2018. En la Región de Murcia, que partía de una tasa muy por encima de la media nacional, el incremento en esos seis años ha sido menor, cercano al 30%.

Sin embargo, los escolares con necesidades educativas especiales (NEE), las que implican un trastorno que requiere apoyos muy específicos, han aumentado un 55%, muy por encima de la media nacional, del 33%. El presupuesto para atender a los menores, en cambio, crece de media en España mucho menos: apenas un 31%. El gasto público en atención a la diversidad ha sido en ese mismo período de tiempo superior en la Región, según los datos del mismo informe, con un incremento del 49,51%.

Con todo, la consecuencia inmediata, alerta el informe de CC OO y apuntalan profesores, terapeutas, orientadores y familias, es que la atención que reciben los escolares más vulnerables es, en algunos casos, incompleta. El desgaste y la frustración de los educadores que se encuentran más limitados para dar respuesta a los desafíos que encuentran en clase también termina pasando factura.

Las aulas de los colegios e institutos de la Región de Murcia son en cualquier caso las que presentan el porcentaje más elevado de España de alumnos con necesidades educativas especiales. Seis de cada cien escolares murcianos padecen discapacidades auditivas, motoras, intelectuales, visuales, trastornos del espectro autista, entre otras, que requieren de apoyo en el aula, según la estadística publicada el pasado mayo por el Ministerio de Educación, que establece una tasa nacional del 3,6%.

Las diferentes tipologías de requerimientos de apoyo educativo y de compensación de desigualdades incluyen las necesidades educativas especiales, las dificultades específicas de aprendizaje, las asociadas a situaciones de vulnerabilidad social y las altas capacidades.

Los trastornos más frecuentes entre el alumnado murciano de educación especial son los del espectro autista (31,4%), intelectual (24,7%) y las alteraciones graves de la comunicación y el lenguaje (13,9%). Este alumnado, que representa el 3,6% del total de los estudiantes matriculados (casi el doble en la Región de Murcia) en enseñanzas no universitarias, están en su inmensa mayoría escolarizados en centros ordinarios, con apoyos, y el resto asiste a centros de educación especial. En la Comunidad, son casi el 90% los que estudian en colegios ordinarios con apoyos.

Del aumento exponencial de escolares diagnosticados con TEA dan cuenta las cifras, y también el conocimiento directo de asociaciones, entidades, administración, familias y educadores, que coinciden en referirse a un auténtico «tsunami» de casos en la última década. En 2013, poco más de 1.470 niños con autismo estaban escolarizados en la Región; este curso, superan los 8.400 matriculados. ¿A qué obedece ese incremento de diagnósticos? Ante la falta de causas avaladas por la evidencia científica que puedan explicarlo, las entidades se refieren a elementos coyunturales. «El conocimiento sobre el desarrollo neurológico es mucho mayor, y también el entendimiento acerca de las personas neurodivergentes; se conoce mejor y se diagnostica mucho antes», defiende Soledad Guerrero, presidenta de la Federación de Autismo de la Región de Murcia (FAUM). La elevada tasa de diagnósticos en la Región es atribuida por la Consejería de Educación a una mayor vigilancia por parte de los técnicos de Educación. «Las cifras responden al incremento significativo de diagnósticos de cualquier tipo de necesidad educativa de nuestro alumnado para responder de la mejor forma posible», aseguró el consejero de Educación, Víctor Marín.

Los dos hijos de Soledad fueron diagnosticados con TEA en los años 90, y su mera vivencia personal la capacita para valorar que el refuerzo de apoyos y recursos por parte de las administraciones ha acompañado el camino. «El esfuerzo ha sido grande, y la mayoría del alumnado recibe la mejor educación posible; ahora, la teoría y la ley dicen una cosa, y la realidad no siempre se ajusta», expone. A su juicio, «la ola de diagnósticos» es de tal calibre, que no ha dejado otra opción a la Comunidad que volcar esfuerzos.

Las grietas de la escuela inclusiva, con todo, son evidentes para Elena Fernández, portavoz de la plataforma 'Ningún niño sin ATE' (auxiliar técnico educativo), quien lleva años peleando para que su hijo Álex, con síndrome de Down y TEA, tenga acceso a las mismas oportunidades para desarrollar todo su potencial que sus dos hermanos. «Hoy se identifican mejor los trastornos del espectro autista y cualquier dificultad. El problema es que si no se acompaña de más recursos, sirve de muy poco», reclama Fernández, quien concentra sus demandas en una petición mollar: «Escuchen a las familias».

Elena Fernández, portavoz de la plataforma 'Ningún niño sin ATE', juega con su hijo Álex en casa. Antonio Gil / AGM

Para Comisiones Obreras, los ritmos del aumento de diagnósticos y de recursos no están sincronizados. «Los casos aumentan su complejidad y diversidad, y no se responde a esa intensidad», reclama desde la Federación de Enseñanza del sindicato Nacho Tornel.

Con sus limitaciones y carencias, la Región de Murcia es pionera en la atención a las necesidades educativas escolares en colegios e institutos ordinarios. Casi el 90% de los 19.750 alumnos identificados este curso estudian en centros de educación regular con apoyos, en aulas abiertas y con la atención de especialistas en audición y lenguaje y pedagogía terapéutica. La Región cuenta este curso con 180 aulas abiertas (en el curso 2022 funcionaban 139), el recurso más utilizado para escolarizar a los alumnos en centros ordinarios. Los escolares estudian en esas aulas con especialistas y una ratio menor, pero mantienen el vínculo con su clase de referencia para favorecer la inclusión. Además, miles de escolares con NEE siguen sus clases en el aula ordinaria con apoyos. Los más de 2.000 niños y jóvenes de entre 3 y 21 años con discapacidades severas o trastornos generalizados del desarrollo, que requieren una adaptación curricular muy significativa y una atención intensiva que no es posible en aulas convencionales, están escolarizados en centros de educación especial. Miles de estudiantes reciben además apoyo educativo ligado a necesidades no consideradas dentro de las especiales, como problemas derivados de la vulnerabilidad socio educativa, trastornos de aprendizaje, trastornos leves y moderados del desarrollo del lenguaje y la comunicación, trastornos de la atención y altas capacidades (este curso hay matriculados 4.121 estudiantes), entre otros.

La escuela pública asume de manera palmaria la gran mayoría del alumnado con dificultades de aprendizaje y con situaciones sociales que precisan compensación: siete de cada diez alumnos están escolarizados en colegios e institutos públicos, una tasa superior a la media española, que queda en el 66%. La excepción es la categoría de altas capacidades, donde la red privada concertada sí que atiende a un porcentaje similar a su proporción en la red de centros.

La formación actualizada y especializada es, para entidades como Astrade, con más de tres décadas de trayectoria peleando por la inclusión de los alumnos con TEA, otra fractura en la educación de los alumnos con necesidades de apoyo. «Es complejo; cada alumno de educación especial necesita casi un traje a su medida, y a parte del profesorado le falta formación, estrategias y recursos para trabajar con la diversidad de retos. El camino lo conocemos; distinto es que se pueda alcanzar», reivindica Soledad Guerrero. Los profesionales de la educación, por su parte, «sienten cada vez mayor sobrecarga, quieren y hacen su trabajo con dedicación, motivación y esfuerzo, pero se necesita bajar las ratios e incrementar el número de profesionales, con más recursos y más inversión para atender con calidad y equidad al alumnado», reclama CC OO.

Desde la Consejería de Educación, reivindican en el esfuerzo realizado en los últimos años para atender el incremento de alumnado «y ofrecer una enseñanza personalizada, adaptada a las necesidades de cada alumno, que es fundamental para fomentar el éxito escolar y reducir el abandono educativo temprano». Entre otras cuestiones, ponen el valor el incremento de profesionales (este curso ascienden a 3.797, 583 más que hace dos años, según sus cálculos), y la puesta en marcha de programas centrados en la atención a la diversidad, como los de atención temprana, el de asesoramiento y acompañamiento en comunicación y el de accesibilidad cognitiva, entre otros.

  1. «No poder hablar no significa no tener nada que decir»

Los estereotipos asociados al autismo van derrumbándose a cada paso que se recorre por los pasillos y las aulas del colegio Alejandro Valverde de Murcia, uno de los tres centros de la Región que participan en el programa 'Compromiso autismo'. Cada uno de los 28 niños diagnosticados, con sus capacidades, limitaciones y talentos innatos, aprende a su ritmo, y obligan a quien les observa a olvidar tópicos desfasados: los escolares con autismo sienten, ríen, lloran, se enfadan, acarician, dan besos, bailan, progresan, aprenden y encuentran su manera de comunicarse con la ayuda de sus maestros y educadores. «Hay que creer en ellos», repite el tutor del aula abierta del centro, en la que atiende a los ocho alumnos con trastorno más severo, Daniel Palazón, con dos décadas de experiencia comprometida con escolares de necesidades especiales. El resto de estudiantes TEA del centro se integran en las diferentes clases ordinarias, y reciben sesiones individuales de apoyo y refuerzo de los especialistas.

La comunicación, la base de la regulación emocional de cualquier persona, es, para Palazón, clave para sus alumnos. «Es fundamental validar todas las formas; a partir de ahí podemos trabajar otras cosas. Rubén (el nombre es ficticio) necesita correr un par de vueltas al patio antes de entrar a la asamblea en el aula. Antes se autolesionaba y, desde que se lo permitimos, ha dejado de hacerlo», ejemplifica. Ya en la entrada al aula, a primera hora de la mañana, los ocho niños escogen pictogramas que expresan cómo quieren saludar a sus maestros (abrazo, choque de manos, beso...) o si prefieren no hacerlo. Junto a Izan, José trabaja con la tableta de pictogramas que le permite comunicarse y aprender a un ritmo trepidante. A los 4 años leía de corrido, y su capacidad intelectual está muy por encima de la media. Su hermano, también con diagnóstico de TEA, asombró a todo el colegio pintando en minutos un complicado cuadro al tiempo que lo hacía el pintor Álvaro Peña, de visita en el colegio. «De eso se trata, de encontrar la capacidad de cada alumno, de estimularles. No poder hablar no significa no tener nada que decir», repite el director del colegio, José Ramón Ramírez.

En clase de música, Álvaro, de 6 años, voltea al ritmo de la melodía suave y los pañuelos de colores que estimulan sus sentidos. Su madre, Cristina Nicolás, relata satisfecha los progresos del niño desde que comenzó en ese colegio, y después de unos años complicados en otro centro donde Álvaro no era feliz ni progresaba. Como muchas de las madres -y de los padres- de alumnos con necesidades educativas especiales, termina pronunciando una frase que, tarde o temprano, introducen en la conversación las familias: «Los derechos de estos escolares tenemos que conquistarlos cada día; la sociedad no está preparada, tenemos que pelear cada derecho que a otros estudiantes les vienen dados», dice Cristina, hoy satisfecha con la atención que recibe su niño. Con su hermana Macarena, de 3 años y también con diagnóstico de TEA, Álvaro asiste ahora contento al colegio.

Con otros dos colegios de la Región -el Cristo Crucificado de Murcia y el Florentino Bayona de Mula-, el Alejandro Valverde se ha volcado en el programa para mejorar la relación de los alumnos con TEA con el entorno educativo, un afán en el que están comprometidos todos los alumnos y el personal del centro educativo, que se ha convertido en referente en pocos años.

Desde la asamblea de primera hora al trabajo grupal, el autónomo por rincones y las salidas, encender la chispa de la motivación de los alumnos es el empeño de Daniel Palazón, quien defiende la capacidad cognitiva y social de sus escolares. «Solo hay que buscarla». Este curso, el colegio se ha propuesto pulverizar otro estereotipo: los alumnos TEA participarán en un programa 'erasmus' adaptado. «Aquí no decimos nunca 'discapacidad'. Decimos 'di capacidad'», resume el director.

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad La ola de alumnos con necesidades especiales desafía al sistema educativo: crecen los diagnósticos un 55% en seis años

La ola de alumnos con necesidades especiales desafía al sistema educativo: crecen los diagnósticos un 55% en seis años