Un nuevo curso en pañales en la Región de Murcia

La entrada de los menores por primera vez en los centros de Infantil y Primaria, que hasta ahora solo escolarizaban a partir de los 3 años, es una de las principales novedades del curso académico que arranca el 8 de septiembre con asignaturas pendientes, nuevos retos y algunos avances, como la rebaja de la ratio en primero de Infantil, la gratuidad de los libros de texto desde tercero de Primaria y los nuevos planes para atajar las tasas de fracaso escolar.

Los casi 147.000 escolares de Infantil y Primaria de todos los municipios de la Región empezarán el mismo día las clases del nuevo curso, el 8 de septiembre. Por primera vez en una década, la vuelta al cole será simultánea con el objetivo de que el arranque de curso sea más ordenado y homogéneo. En Secundaria, Bachillerato y la Universidad, el año académico se inicia el 11 de septiembre.

Murcia ha sido hasta este curso la tercera región con la menor tasa de escolarización de niños de hasta 2 años, un 20%, cuando la media nacional es del 36,4%. La estancada oferta pública registrará este curso un salto sin precedentes con la creación de 4.500 plazas para niños de 2 años. La entrada de los menores en los colegios (que aportan 2.500 puestos, 1.300 en 66 públicos y otros 1.160 en 58 concertados) forma parte del plan a cuatro años para incrementar las plazas del primer tramo de Infantil (de 0 a 3 años) que desarrolla la Consejería con financiación del Ministerio, y que se apoya en otras dos vías: la creación de nuevas escuelas infantiles y la reconversión de plazas municipales, que aportan 600 y 1.448 plazas. Los niños de 2 años llegan a los colegios para quedarse: la Consejería prevé ampliar el cupo el próximo curso con otras mil plazas en los centros.

El reparto de los recursos no convence a toda la comunidad educativa: en la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA) y los sindicatos reclaman que los recursos se concentren en los centros públicos, y no se compartan con los concertados. Además, cuestionan que el personal asignado a las aulas de 2 años (dos técnicos en Educación Infantil por cada grupo de 20 alumnos supervisados dos horas semanales por una maestra) sea suficiente. El impulso a la Educación Infantil ha asestado en cambio un duro golpe a las guarderías privadas, también afectadas por el descenso de la natalidad.

La rebaja de las ratios de alumnos por aula, hasta los topes en los cursos de la ESO de los institutos urbanos y en los últimos de Primaria de los colegios con más demanda, se mantiene curso tras curso en la lista de quejas de padres, docentes y sindicatos. «Para garantizar una buena atención al alumno, no deberían pasar nunca de 20 alumnos en Primaria y 25 en Secundaria, como ocurre en otras comunidades», reclama Clemente Hernández, del sindicato Anpe. Esas cifras se superan en la mayoría de los centros de la Región (el tope permitido es de 25 en Primaria, 30 en ESO y 35 en bachillerato), aunque las medias quedan por debajo porque incluyen a los centros educativos de zonas rurales y despobladas.

«El mayor cuello de botella está en cuarto de la ESO, que es donde están ahora los nacidos en pleno 'boom' de la natalidad», apunta la presidenta de la Asociación de Directivos de Enseñanza Secundaria, Isabel Saturno.

La Consejería comenzará este curso a aliviar el problema de saturación con la rebaja de las ratios en el primer curso de Infantil, donde quedan en 22 alumnos como máximo. Esa rebaja «estructural y progresiva» se irá consolidando a medida que avancen los cursos. Es decir, dentro de cinco años, todos los grupos de Primaria tendrán 22 niños.

El ajuste a la baja es el primero que se realiza en décadas, y aunque ha sido bien acogido por familias y docentes, lo ven insuficiente y reclaman que se extienda: «Se debe consolidar la reducción de ratios del alumnado pero sin disminuir el número de líneas educativas», reclama el presidente de la Confederación Católica de Padres de Alumnos (Concapa), Alberto González Costea.

Las tendencias demográficas se aprecian claramente en las cifras de alumnos que estudiarán en los centros educativos de la Región el próximo curso: en los niveles que cursan los más pequeños, Infantil y Primaria, descienden las cohortes en 1.615 y 1.247 escolares con respecto al pasado año. En ESO y Bachillerato, etapas que escolarizan a los 'hijos del boom' económico, aumentan en cambio con 1.157 y 1.288. El balance total del alumnado murciano arroja un saldo de 417 escolares menos. «La caída de la natalidad es uno de los retos educativos más urgentes», reclama el presidente de la Unión de Cooperativas de Enseñanza Región de Murcia (Ucoerm), Juan Antonio Pedreño, quien reclama un estudio profundo de la situación.

El curso arranca con un millar de profesores y maestros más en las aulas, contratados para hacer efectiva la reducción de la jornada de los funcionarios a 35 horas. Más de 27.000 docentes deben estar en sus puestos desde el inicio de curso, y según el compromiso de la Consejería, sin los retrasos habituales por las demoras en la adjudicación de las vacantes. Durante el año académico, la Administración se ha comprometido a convocar dos actos de asignación de bajas, para evitar así que tarden en sustituirse y los alumnos pierdan horas de clase.

Los planes de Educación pasan por convocar este curso oposiciones para 798 plazas de maestro, y reducir así la tasa de interinidad al 8%. Esas dotaciones siguen siendo, a juicio de los sindicatos de enseñanza Anpe, Sidi, CC OO y UGT, insuficientes para hacer frente a la reducción de la jornada docente progresiva que el Gobierno regional debe extender por el acuerdo de las 35 horas.

Las familias murcianas encaran la factura de la vuelta al cole con más desahogo que otros años. El plan de gratuidad de libros de texto, basado en el sistema de préstamo, alcanza por fin, con un par de años de retraso, a todos los cursos previstos. Así, 200.000 estudiantes desde tercero de Primaria hasta cuarto de la ESO (en primero y segundo de Primaria los manuales no se pueden reutilizar porque los niños los recortan, pintan...) pueden recibir sus libros de texto gratuitos en sus centros educativos. La extensión del plan ha tenido un coste para la Administración regional de 14,1 millones euros, que se completan con otros 900.000 euros de becas para las familias de primero y segundo de Primaria.

Si las ayudas para libros son este curso holgadas, las becas de comedor vuelven a quedar con el presupuesto, cuatro millones de euros, congelado desde hace años. «Las cuantías son muy escasas, solo llegan a las familias con poquísimos recursos. Deberían ampliarse», reclama la presidenta de la asociación de directores de colegios de Primaria, Olga Catasús. Una inquietud que comparten los padres de alumnos: «Seguimos siendo una región con un porcentaje altísimo de niños en situación de vulnerabilidad y pobreza extrema, y a la vez que somos la comunidad con menos becas de comedor. En Secundaria no hay servicio, y para muchos, es la única comida del día», reclama Clara García, portavoz de la FAPA.

El crecimiento de la Formación Profesional sigue imparable. La oferta de 39.200 plazas para el próximo curso marca un récord, como la de plazas duales, que se duplican hasta alcanzar las 2.622. Superados los prejuicios antiguos, la demanda de plazas de FP se mantiene también desbocada, y son miles los alumnos que se han quedado fuera de los ciclos solicitados. «Los grados superiores tienen una demanda de 200 solicitudes por cada 30 plazas ofertadas. Es imposible atender todas las peticiones», apunta el director del IES Ramón y Cajal de Murcia, Juan Antonio Gómez, quien reclama además mayor inversión en tecnología y materiales.

La nueva reglamentación que obliga desde enero a las empresas a dar de alta y cotizar por los alumnos que realizan prácticas curriculares preocupa al presidente de Ucoerm, Juan Antonio Pedreño, quien teme que las condiciones frenen la expansión de la dual, «la gran apuesta de futuro».

El tirón de la FP y las limitaciones de la red pública, que ciñe su oferta a las demandas del mercado de trabajo, han propiciado una eclosión de centros privados y, en menor medida, concertados, en la Región. El crecimiento ha sido especialmente acusado en la oferta de ciclos privados 'online', que se ha disparado desde la pandemia hasta el punto de que casi la mitad de los alumnos murcianos de grados superiores a distancia cursan sus estudios en un centro privado. «La Consejería debe asegurar la oferta pública y extremar el control sobre los centros privados», demanda Nacho Tornel, secretario de la Federación de Enseñanza de CC OO.

La Región sigue a la cabeza de España en abandono educativo temprano con un 18,7% de jóvenes de entre 18 y 24 años que no han completado la segunda etapa de Educación Secundaria (FP de Grado Medio, Básica o Bachillerato) y no siguen ningún tipo de formación. Aunque el porcentaje ha descendido, se mantiene a cinco puntos de la media española.

Lograr que todos los estudiantes murcianos logren el título de la ESO, sin el que es imposible desenvolverse en el mundo laboral, 'repescar' a los que han abandonado y encarrilar a quienes no progresan académicamente es uno de los objetivos prioritarios de este curso para la Consejería de Educación, que estrena varios programas de refuerzo y apoyo contra el fracaso. Los alumnos de la Región que no hayan obtenido el título de Secundaria tras superar la edad máxima establecida para permanecer en esta etapa educativa podrán hacerlo a partir de este año a través de las nuevas pruebas extraordinarias. Esa 'repesca' se completa con un plan con 21 medidas para amortiguar el tránsito entre Primaria y los primeros cursos de la ESO, que son clave. Los estudiantes que lleguen a la Secundaria con problemas de aprendizaje podrán optar también por la agrupación de las asignaturas por ámbitos. Las materias quedarán fusionadas en dos áreas: Geografía e Historia y Lengua Castellana y Literatura en el ámbito sociolingüístico; y Biología y Geología, Matemáticas y Tecnología en el ámbito científico tecnológico. La simplificación permite que cada uno de los ámbitos sea impartido por un solo profesor, y centra los objetivos de aprendizaje en el contenido fundamental de todas las asignaturas. Además, se mantienen los programas de diversificación curricular a partir de tercero.

La pandemia de salud mental a la que asisten colegios e institutos no da tregua. Los adolescentes y jóvenes concentran ya la mitad de las consultas de salud mental en la Región, y el 10% de los menores murcianos han recibido algún tipo de atención relacionada con la salud mental. La Consejería de Educación entiende que se trata de un problema social, no estrictamente educativo, pero ha incrementado los recursos para mejorar la atención a los menores.

Las plantillas de orientadores se reforzarán este curso con 77 profesionales más, y los coordinadores de bienestar y protección, que deben atender entre otras cuestiones a los casos de riesgo de suicidio, dispondrán de dos horas semanales libre de carga lectiva para atender a los chicos. Los centros disponen además de una guía para que los profesores detecten las señales de alerta entre sus alumnos en los institutos, recursos que docentes y directores consideran insuficientes.

Las altas temperaturas del inicio de curso inquietan a los sindicatos, preocupados por el «estrés térmico» que sufren estudiantes y profesores en los días pico de calor. Para el presidente de Sidi, Luis Alberto Marín, «el cambio climático al que nos enfrentamos obliga a realizar obras necesarias». Desde UGT, Toñi del Vas, secretaria de Enseñanza, denuncia que «no se ha dado solución al problema de estrés térmico en las aulas «que van a seguir sufriendo el personal y el alumnado porque un año más no se han tomado medidas». La Consejería insiste en cambio en que las obras de climatización y de adecuación de espacios se desarrollan según el calendario previsto, y durante el verano se han realizado reformas para evitar el calor en 11 centros. «Se han llevado a cabo obras de mejora, mantenimiento, accesibilidad y climatización en 136 centros, con trabajos de adecuación de espacios, retirada de cubiertas y eficiencia energética».