El murciano que se convirtió en el primer fallero mayor de Valencia
Raúl Puerta hace historia en la ciudad del Turia al ser elegido como representante de una falla tras un cambio de estatutos que eliminó la necesidad de ser mujer
El murciano Raúl Puerta ha hecho historia en Valencia al convertirse en el primer hombre en ser fallero mayor en la ciudad. Raúl fue proclamado oficialmente como tal el pasado sábado por la comisión de Borrull-Socors, en el acto de exaltación donde le impusieron la banda que le acredita como representante de la comisión. «Es la primera vez que ocurre aquí –cuenta sin poder disimular su felicidad–. En algunos pueblos sí que ha habido algún caso, pero en Valencia no había pasado nunca». De hecho, solo hay tres antecedentes, todos posteriores a 2021, ubicados en Catarroja, Burriana y Sagunto.
Las Fallas se encuentran en pleno proceso de transformación con la eliminación del género femenino en los estatutos de algunas de las fallas, entre ellas la suya, que acometió este cambio en 2018, lo que abrió la puerta a que tanto hombres como mujeres puedan optar al cargo. «Este es un puesto representativo –explica Raúl–, porque en las Fallas también está la Presidencia, que históricamente la han ocupado hombres, aunque cada vez más fallas van teniendo presidentas, afortunadamente. Y junto a la Presidencia, que es el cargo ejecutivo de la dirección de la falla, se encuentra la figura de la fallera mayor, que es más simbólica, y que siempre ha estado ligada a las mujeres». En su caso, la falla de Borrul-Socors realizó un pequeño cambio en los requisitos al modificar el término 'fallera mayor' por el de 'representación mayor'. «Se hizo para utilizar un lenguaje no sexista y, claro, eso abre la puerta a que un hombre pueda ocupar también el cargo, que es lo que ha pasado. Yo esto lo hago también para aportar mi granito de arena al fin del sexismo en la fiesta. Es un camino imparable», explica.
Un impacto de infancia
Pero ¿cómo ha llegado un murciano a ser fallero mayor en unas fiestas que se celebran a más de 200 kilómetros de su ciudad? Fue en un viaje de infancia cuando Raúl, que tiene 34 años, conoció la esencia fallera. «Tenía solo cuatro años. Fui con mis padres a Valencia para ver a un tío mío. Y eran Fallas. Me volví loco. Me obsesioné. La fiesta me encantó y, desde entonces, convencía todos los años a mis padres para volver a las Fallas», recuerda.
Desde entonces, su afición «fue yendo a más». «Ya, cuando cumplí 18 años, me apunté a una falla y empecé a formar parte de la fiesta». Aunque, debido a la distancia, ha tenido que vivirlas perdiéndose siempre alguna parte. Ahora, las cosas son distintas.
Una visita a un tío suyo durante las fiestas, cuando tenía solo cuatro años, le dejó fascinado: «Convencí a mis padres para volver»
Este murciano, que es funcionario del Estado, se trasladó hace seis meses a Valencia, donde obtuvo su plaza. Raúl es hoy subdirector del Instituto de la Juventud de Valencia, lo que ha acabado con todas las barreras para sumergirse en su gran pasión y volcarse por completo con la falla. «Para mí era importante ser fallero mayor este año, precisamente porque ahora vivo aquí. Mañana, no sé. Al ser funcionario, me pueden destinar a cualquier otra ciudad en un momento dado. Por eso quiero aprovechar este momento e implicarme al máximo», asevera.
Una vez logrado el hito, Raúl solo quiere disfrutar. «Estoy muy contento. Sobre todo, con muchas ganas de que lleguen ya los días grandes para vivir a fondo la experiencia, como cualquier otra persona –declara–, porque yo creo que eso es lo interesante, que se dé la oportunidad a cualquiera, sea hombre o mujer, de que pueda vivir la fiesta desde cualquier posición».
Todavía recuerda aquel deslumbramiento que sintió siendo niño: «Lo que más me sorprendió fue ver en las calles los propios monumentos falleros. Cuando eres tan pequeño y ves esas estatuas tan enormes, y te dicen, además, que eso se quema, te quedas fascinado». Aunque con los años el gusto por las fallas se ha ido haciendo mucho más complejo. «Siempre he sido muy 'friki' del monumento, pero hoy me gusta todo lo que pasa alrededor: me gusta la pólvora, la música y la indumentaria regional. Siempre lo digo: Fallas es una fiesta perfecta, porque todos sus subcomponentes me encantan».
Raúl también es un gran aficionado a las fiestas de su tierra, aunque nunca se ha implicado en Murcia de la forma en que lo ha hecho ahora con las Fallas. «El mundo de las tradiciones y del folclore, en general, me apasiona. He vivido mucho las fiestas de Murcia, pero como un murciano más. El Bando de la Huerta me encanta; el Entierro de la Sardina, también; pero nunca me he implicado en una peña huertana, porque no se ha dado, la verdad. También me habría gustado. Siempre me ha atraído mucho, pero no se ha dado la oportunidad».
Explicarlo en casa
Cuando Raúl cuenta que es fallero mayor en Murcia, ve la sorpresa en las caras. «Lo tienes que explicar, porque aquí no se sabe demasiado sobre cómo es todo, y yo tengo que hacer un poco esa labor pedagógica, pero la verdad es que todo el mundo lo ha acogido muy bien», cuenta.
A quienes no ha tenido que explicarles nada es a sus familiares y amigos más cercanos. «Como les he dado la chapa tanto toda la vida con las Fallas, están más o menos puestos. Todos están muy contentos». Entre ellos, se encuentra su hermano, que reside en Berlín y que este año viajará a Valencia en las fiestas para no perderse el momento.
Ahora Raúl afronta una sobrecargada agenda de actos que irá creciendo hasta la celebración de las fiestas del 1 al 19 de marzo. «Ahora, todos los fines de semana tenemos algo, hasta el último fin de semana de febrero, cuando se celebra La Crida, que es como el pregón de las Fallas. A partir de ahí, ya prácticamente iré hasta arriba todos los días. Y marzo va a ser una locura».
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