Mohamed recupera el oasis de su infancia
El joven saharaui perdió el contacto con la familia de Molina de Segura con la que pasó acogido tres veranos de su niñez. Gracias a un mensaje a la desesperada en las redes sociales, se han reencontrado
Las carreras en bici con su 'hermano' Juan Luis, la socarronería del abuelo Aurelio, quien le enseñó a coger gallinas, la complicidad de sus 'hermanas' adolescentes Lidia y Josefa, las excursiones al mar, los baños en la piscina... moldearon el oasis de la infancia del saharaui Mohamed Lamin, quien encontró en su familia de acogida de Molina de Segura, donde pasó tres veranos con el programa 'Vacaciones en paz', otro hogar que hoy vuelve a ser refugio. El joven perdió el contacto con su familia de Molina hace 25 años, y se ha reencontrado con ella esta semana gracias a un dichoso mensaje en redes sociales.
Los primeros recuerdos del Mohamed de 7 añitos con su familia de acogida en Molina de Segura están emborronados por los lagrimones de añoranza de su casa, en los campamentos de refugiados de Tinduf. Todo era nuevo para él: un grifo, un interruptor, la cama, la piscina... El cariño y el calor de hogar que le entregaron desde el minuto uno Alfonsa Castillo, Juan Torres, sus tres hijos y los abuelos borraron pronto las lágrimas, y empezaron a forjar un vínculo que, 25 años y mucha distancia después, se mantiene sólido. Mohamed Lamin tiene hoy 34 años, y participó por primera vez a los 7 en el programa 'Vacaciones en paz', que promueve desde hace más de tres décadas la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui para que los niños pasen los meses de verano fuera de las duras condiciones de los campamentos de refugiados
Fueron tres veranos –desde 1999 a 2001– de ensueño, pero al cuarto, la organización decidió enviarlo a Italia y, a pesar de los esfuerzos de todos por mantener el vínculo por carta, la complicada comunicación con los campamentos de refugiados terminó cortándolo. Quedaron los recuerdos: «Siempre me he acordado mucho del campo de los abuelos, de la piscina. Lo pasaba muy bien dando de comer a las gallinas con el abuelo Aurelio. Íbamos a las fiestas de Molina, y a la playa en Alicante», rememora Mohamed, que estableció una relación entrañable que no necesitaba muchas palabras con su 'hermano' Juan Luis, que es sordo. Con su familia de Molina celebraba todos los veranos su cumpleaños, aunque nadie tuviera muy clara la fecha real. «Era una excusa para celebrárselo; él nos decía que no sabía el día, pero nos daba igual», recuerda Josefa, quien ha propiciado el reencuentro.


«Iba conduciendo y me llamó una amiga. Me había reconocido en una foto antigua que Mohamed había colgado en un 'post' de Facebook donde pedía a la gente que le ayudarán a encontrarnos». El saharaui lleva ya dos años en España, y había tratado de localizar a su familia sin resultado a través del Ayuntamiento y de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui. Facebook lo logró en cuestión de horas. «Enseguida nos pusimos en contacto, le llamé, y nos pusimos al día», cuenta Josefa.
«Todos los veranos celebrábamos en el campo su cumpleaños, aunque nadie sabía muy bien su fecha de nacimiento»
Así supo que cuando el padre de Mohamed enfermó en 2023 se trasladó con él a Argelia. «Desde ahí nos dieron el visado para venir a España, pero mi padre murió antes de que pudiéramos hacerlo. Yo quería ir a España para mejorar la vida de mi familia, en el Sahara es difícil». Mohamed, que tiene su permiso de residencia, ha pasado los dos últimos años trabajando en el pueblo de Lanciego, en Álava.
Cuando Josefa contó al resto de la familia que había localizado a Mohamed, la alegría fue compartida. «Nos pusimos a organizar una visita y el miércoles conseguimos que viniera en autobús. De momento, se quedará unos días en casa, y le ayudaremos a buscar trabajo», cuenta Josefa feliz.
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