Parte del sector agrario no ha recibido con simpatía el nombramiento de Sara Rubira como nueva consejera de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca. Revuelo como ... primera reacción. Algunos dudan, de entrada, que Rubira reúna el perfil necesario para manejar una consejería tan complicada y conflictiva, con tantos frentes abiertos. La nueva consejera tiene por delante el reto del agua, el convulso mundo agrícola y ganadero, cada vez con más retos por delante, y aquello que le compete sobre el Mar Menor. La gestión de la cuenca vertiente y el desarrollo de la ley regional de protección de la laguna estaba repartida hasta ayer entre las consejerías de Medio Ambiente, Fomento y Agricultura.
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El agua, el futuro del Trasvase Tajo-Segura y el desarrollo de la desalación conllevan una pelea casi diaria con el Gobierno central, y más si es de signo político contrario, toda vez que el desafío de los recursos hídricos tiene por delante un panorama bastante difícil y oscuro. A esto hay que añadir la intensa y polémica normativa de la Unión Europea para hacer más verde la actividad agrícola y ganadera, cada vez con mayores restricciones. Véase el Pacto Verde Europeo, la estrategia De la granja a la Mesa y la ley de Restauración de la Naturaleza.
El principal bagaje con el que cuenta Sara Rubira para hacerse cargo del toro de la Consejería de Agricultura es haber presidido la Comunidad de Regantes de Abanilla, cargo del que dimitió ayer tarde, y haber estado como responsable de comunicación de este departamento en la etapa de Miguel Ángel del Amor. A Rubira no le faltarán apoyos y mentores, entre bastidores, para llevar a cabo su labor. Algunos dirigentes del sector lamentan que López Miras no les haya escuchado ni consultado. Hay quienes consideran incluso que Vox tendrá al final cierta influencia en la Consejería de Agricultura, de modo inducido. Los de Abascal no han logrado esta cartera, pero quizás puedan meter la cuchara. Al tiempo. Dicho lo anterior, desearle suerte y acierto en su cometido, sobre todo porque tendrá que ganarse a ese sector disgustado.
Otra cara nueva es la de José Manuel Pancorbo, al frente de la Consejería de Fomento, que se ha visto lastrada en los últimos años por un presupuesto inversor muy menguado. Es la cuota de Vox, junto con la vicepresidencia de José Ángel Antelo. La sorpresa de la jornada saltó cuando se supo que Antelo se hará cargo de las competencias de ordenación del territorio, que han sido desgajadas de Fomento con un claro objetivo por parte de Vox, lo que equivale a controlar el futuro Plan de Ordenación del Mar Menor. En los últimos días, Vox ha ido marcando el ritmo del nuevo gobierno, primero dando a conocer el nombramiento de Pancorbo, y después anunciando la toma de posesión de los consejeros para este jueves, incluida la asistencia de Santiago Abascal. El presidente López Miras tuvo que convocar ayer tarde a los periodistas para dar a conocer el gobierno. A este paso, sus socios estaban llevando la batuta. Tratándose de compañeros de gobierno, ya han dado muestras de que van a su bola. Y lo que queda.
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