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El comandante Eduardo Fermín Garvalena, segundo por la derecha, en la fila superior, con sus compañeros de la Patrulla Águila, en una foto de archivo. AGA

El luto lastra las alas de la Patrulla Águila

A medio gas. La AGA recupera los vuelos de enseñanza con alumnos, pero el futuro de la patrulla acrobática es una incógnita

Miércoles, 4 de marzo 2020, 02:43

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Cuatro crespones negros han quedado atados en el mástil de la bandera española en la glorieta Puerta del Mar de entrada a Santiago de la Ribera. Es el color del ánimo en la Academia General del Aire (AGA), que este martes reinició los vuelos de enseñanza de alumnos con un nudo en la garganta pero con la determinación de una de las reglas sagradas del Ejército del Aire, que exhorta a retomar cuanto antes el vuelo cuando golpea la adversidad. Y ya lo ha hecho tres veces en este curso.

Las alas de la Patrulla Águila permanecen replegadas y en silencio. Los que hacen posible los 'loopings' y roturas viven el duelo por la muerte de su 'Solo', el comandante Eduardo Fermín Garvalena, fallecido el pasado jueves al caer su C-101 frente a la costa de La Manga cuando realizaba un vuelo de entrenamiento previo a la temporada de exhibiciones internacionales.

Con el aliento del piloto se ha apagado también la agenda de compromisos a la espera de que el Estado Mayor del Aire decida el futuro de la patrulla. Si opta por anular su actividad, no son pocos los que dudan de que se retome al año siguiente por la dispersión de sus integrantes, la pérdida de entrenamiento en las maniobras y la sombra de duda que cubriría su actividad tras los accidentes mortales de los dos últimos 'Solos'.

Con la vacante en la plaza más exigente de las que componen la patrulla de siete pilotos más el jefe, surge el interrogante de cómo formar al nuevo 'Solo', cuya destreza se ha adquirido con el traspaso del doble mando, que incluye los conocimientos y trucos necesarios para perfilar los movimientos.

Los dos últimos titulares han caído en vuelo, y el que les precedió, Rubén Pérez, se encuentra en excedencia por su cargo de concejal en San Javier. Para ir más atrás habría que remontarse a los pilotos Antonio Gutiérrez y José María Alonso, actual subdirector de la AGA. Desde la base aérea ya han tanteado de manera informal al expiloto, teniente coronel Pérez, ante la posibilidad de formar al futuro 'Solo'.

«Cualquiera de los integrantes puede ser un 'Solo', aunque no todos se prestan porque requiere maniobras exigentes con los G negativos», explica el exmilitar. Las caídas en picado ponen al límite el organismo del piloto, que para esta función requiere «una gran seguridad, la cabeza bien amueblada, coordinación y precisión», describe Pérez, quien fue 'Solo' durante dos temporadas, y jefe de la patrulla durante cuatro años.

Un 35 aniversario crítico

En el año de su 35 aniversario, la unidad acrobática del Ejército del Aire pasa por su momento más crítico. A pesar de que los pilotos de la AGA aseguran confiar plenamente en la seguridad del C-101, tampoco ayuda la antigüedad de los aviones, que necesitan cada vez más mantenimiento, sobre todo para los vuelos acrobáticos.

Si el nuevo avión de hélice Pilatus tendrá la función exclusiva de enseñanza, se abre un interrogante más con el futuro de los Águila cuando dentro de unos años la mayoría de los reactores C-101 apuren su vida útil.

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