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Trabajadores de Vivo Hogares Sostenibles trabajan en la construcción de una oficina en la nave de San Javier, donde hacen sus viviendas modulares. J. M. Rodríguez / AGM
El futuro de la vivienda se gesta en las fábricas

El futuro de la vivienda se gesta en las fábricas

El sector abraza las nuevas formas de construcción exprés que quiere impulsar el Gobierno con una inyección de 1.300 millones en diez años, pero se muestra escéptico con el plan: «Es claramente insuficiente»

Domingo, 4 de mayo 2025, 07:50

Del rugido de las radiales y el trasiego de los albañiles con morteros y espátulas, al entorno aséptico de las fábricas. El sector de la construcción sale de la obra para reinventarse dentro de las naves industriales, donde se gesta el futuro de la vivienda.

Ya no es extraño ver camiones transportando estancias completas para su instalación en edificios, piezas de fachadas para su ensamblaje o materiales mixtos con componentes integrados que, una vez en la obra, solo hay que colocar en su sitio.

Para los empresarios no hay duda: industrializar la construcción es un «paso obligado» si se quiere aumentar la capacidad productiva y multiplicarla «por tres o por cuatro» para acabar con el desfase entre oferta y demanda. También se ve como un proceso clave para dar respuesta a la escasez de trabajadores. La obra ya no seduce a las nuevas generaciones. Solo el 9% de los más de 43.600 empleados del sector en la Región tienen menos de 30 años, y un 35% superan los 50, según datos de la Federación de Empresarios de la Construcción de Murcia (Frecom).

Trasladar la producción a las fábricas podría hacer el trabajo más atractivo y abrirlo a nuevos perfiles. «La industrialización mejora las condiciones de trabajo, reduce los accidentes laborales y facilita la inclusión de la mujer», destaca la decana del Colegio Oficial de Arquitectos de la Región, María José Peñalver.

Principales sistemas de construcción

industrializada en la Región

Estancias completas

1. Se diseñan a medida de

las necesidades del proyecto

2. En la fábrica se realiza la

estructura, se aplican los acabados

y revestimientos y se integran todos

los elementos

3. Se somete a estrictos

controles de calidad

4. Se transporta a la obra

5. Se eleva con grúas y se instala

Construcción modular de casas

1. Fabricación modular: Los módulos se construyen en fábrica, utilizando materiales y técnicas de construcción eficientes, en un plazo que suele rondar los tres meses

2. Preparación del terreno: Nivelación, creación de la base o cimentación, y preparación de las conexiones de servicios

3. Transporte y montaje: La instalación de los módulos en el terreno y la finalización de los acabados pueden realizarse, según la complejidad, en un plazo de entre tres semanas y un día

Fachadas industrializadas

Se realizan en naves y no

requieren estructuras adicionales

para su montaje

Utilizan distintos materiales que permiten la máxima eficiencia energética y el aislamiento acústico necesario. Los segmentos pueden incorporar estructuras, como ventanas, molduras, etc.

Se trasladan a la obra para

su ensamblaje. El sistema permite

tener terminada la fachada de

un edificio en apenas 6 semanas

Principales sistemas de construcción

industrializada en la Región

Estancias completas

1. Se diseñan a medida de las necesidades del proyecto

2. En la fábrica se realiza la estructura, se aplican

los acabados y revestimientos y se integran todos

los elementos

3. Se somete a estrictos controles de calidad

4. Se transporta a la obra

5. Se eleva con grúas y se instala

Construcción modular de casas

1. Fabricación modular: Los módulos

se construyen en fábrica, utilizando materiales y técnicas de construcción eficientes, en un plazo que suele rondar los tres meses

2. Preparación del terreno: Nivelación, creación de la base o cimentación, y preparación de las conexiones de servicios

3. Transporte y montaje: La instalación de los módulos en el terreno y la finalización de los acabados pueden realizarse, según la complejidad, en un plazo de entre tres semanas y un día

Fachadas industrializadas

Se realizan en naves y no requieren

estructuras adicionales para su montaje

Utilizan distintos materiales que permiten la máxima eficiencia energética y el aislamiento acústico necesario. Los segmentos pueden incorporar estructuras, como ventanas, molduras, etc.

Se trasladan a la obra para

su ensamblaje. El sistema permite

tener terminada la fachada de

un edificio en apenas 6 semanas

Principales sistemas de construcción industrializada en la Región

Estancias completas

1. Se diseñan a medida de las necesidades del proyecto

2. En la fábrica se realiza la estructura, se aplican los acabados

y revestimientos y se integran todos los elementos

3. Se somete a estrictos controles de calidad

4. Se transporta a la obra

5. Se eleva con grúas y se instala

Construcción modular de casas

1. Fabricación modular: Los módulos

se construyen en fábrica, utilizando materiales y técnicas de construcción eficientes, en un plazo que suele rondar los tres meses

2. Preparación del terreno: Nivelación, creación de la base o cimentación, y preparación de las conexiones de servicios

3. Transporte y montaje: La instalación de los módulos en el terreno y la finalización de los acabados pueden realizarse, según la complejidad, en un plazo de entre tres semanas y un día

Fachadas industrializadas

Se realizan en naves y no requieren estructuras adicionales para su montaje

Utilizan distintos materiales que permiten la máxima eficiencia energética y el aislamiento acústico necesario. Los segmentos pueden incorporar estructuras, como ventanas, molduras, etc.

Se trasladan a la obra para

su ensamblaje. El sistema permite

tener terminada la fachada de

un edificio en apenas 6 semanas

Principales sistemas de construcción industrializada en la Región

Estancias completas

1. Se diseñan a medida de las necesidades del proyecto

2. En la fábrica se realiza la estructura, se aplican los acabados

y revestimientos y se integran todos los elementos

3. Se somete a estrictos controles de calidad

4. Se transporta a la obra

5. Se eleva con grúas y se instala

Construcción modular de casas

1. Fabricación modular: Los módulos

se construyen en fábrica, utilizando materiales y técnicas de construcción eficientes, en un plazo que suele rondar los tres meses

2. Preparación del terreno: Nivelación, creación de la base o cimentación, y preparación de las conexiones de servicios

3. Transporte y montaje: La instalación de los módulos en el terreno y la finalización de los acabados pueden realizarse, según la complejidad, en un plazo de entre tres semanas y un día

Fachadas industrializadas

Se realizan en naves y no requieren estructuras adicionales para su montaje

Se trasladan a la obra para

su ensamblaje. El sistema permite

tener terminada la fachada de

un edificio en apenas 6 semanas

Utilizan distintos materiales que permiten la máxima eficiencia energética y el aislamiento acústico necesario. Los segmentos pueden incorporar estructuras, como ventanas, molduras, etc.

Según las estimaciones de la patronal, es necesario incorporar a unos 8.000 trabajadores para cubrir las necesidades actuales. Si la situación no cambia y la Región continúa construyendo al ritmo actual, «el déficit de vivienda crecerá en cerca de 66.000 inmuebles en los próximos cinco años», alerta el presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de la Región de Murcia (APIRM), Juan Ramón Blázquez.

En este escenario aterriza el nuevo PERTE de la vivienda industrializada anunciado esta semana por el Gobierno de España, que busca acelerar el viaje a las fábricas con una inyección de 1.300 millones en los próximos diez años para financiar proyectos innovadores y crear una Ciudad de la Construcción Industrializada en Valencia. Los fondos deben servir, según el Ejecutivo, para crear 15.000 viviendas industrializadas cada año en el país y llegar a las 20.000 en 2035.

Sin embargo, el plan ha sido recibido «con escepticismo» por los empresarios de la construcción de la Región. El presidente de Frecom, José Hernández, celebra «que se ponga el foco en la industrialización de la edificación como línea estratégica en el país», pero lamenta la ausencia de detalles sobre «los mecanismos que lo harán operativo y sobre los criterios de reparto y ejecución» de los fondos. Considera que el PERTE corre el riesgo de «quedar en papel mojado» si no llega acompañado de otras medidas como el desbloqueo de la Ley del Suelo y la agilización de los trámites. Por su parte, Blázquez valora los fondos anunciados, además, como «claramente insuficientes». «Según el peso de la Región, nos tocarían unos 3,9 millones anuales, que no son nada para las necesidades existentes».

Las críticas las comparte el Gobierno regional, que tilda el plan de «vacío, insuficiente y tardío». La Comunidad no ve «margen de maniobra» para movilizar los fondos Next Generation implicados, dado que «ya está finalizando el plazo de las obras, que acaba en 2026». También critica que no se haya establecido antes un marco regulatorio común para este tipo de construcciones, ni se haya apostado previamente por la formación «para haber tenido a personal cualificado en esta materia antes del anuncio».

  1. La transformación ya ha empezado

    Nuevas metodologías para un cambio de paradigma

Con ayudas o sin ayudas, lo cierto es que la construcción regional avanza hacia los nuevos métodos constructivos y la industrialización. Un cambio que va más allá del uso de componentes prefabricados. Supone un completo cambio de paradigma que aborda desde el proceso de creación a la metodología, con sistemas informatizados como BIM, con el que se crea un modelo virtual de la obra que recoge todos los datos en tiempo real, permitiendo mejorar la coordinación de todos los actores involucrados en el proyecto.

En cuanto a materiales y usos, la sofisticación y la heterogeneidad van creciendo. «Hay empresas que hacen cerramientos de hormigón de fachada y envolventes con cámara térmica; otras que están realizando las escaleras ya en fábrica; y muchas están haciendo balcones prefabricados o instalando baños completos realizados en naves», enumera el director del Centro Tecnológico de la Construcción de la Región, Antonio Trigueros. «No hay un único sistema industrializado ideal. Hay muchos y muy buenos», advierte.

¿El resultado? «Reducción de plazos, menos errores en la ejecución y menos residuos y emisiones», dice la decana de los arquitectos, María José Peñalver. «Todo bondades».

Por eso, pese a que el sector es todavía incipiente, con un 5% del total de viviendas construidas con métodos industrializados en España, los ejemplos no han dejado de multiplicarse en los últimos años. «Intentamos ser cada vez más ensambladores y no hacer el proceso completo en la obra», explica Enrique Fernández-Delgado, director general de Construcciones Urdecon, una de las empresas de la Región que han abrazado los nuevos métodos constructivos que ya se extienden por las promociones de varias firmas de la Región.

1. Una de las máquinas que utiliza el grupo Talasur en su planta de Balsicas. | 2. La impresora 3D de Cementos La Cruz realiza una pieza a medida en las instalaciones de Abanilla. | 3. Una de las fachadas industrializadas de hormigón, con piezas curvas, hechas en fábrica por el grupo Etosa.
Imagen principal - 1. Una de las máquinas que utiliza el grupo Talasur en su planta de Balsicas. | 2. La impresora 3D de Cementos La Cruz realiza una pieza a medida en las instalaciones de Abanilla. | 3. Una de las fachadas industrializadas de hormigón, con piezas curvas, hechas en fábrica por el grupo Etosa.
Imagen secundaria 1 - 1. Una de las máquinas que utiliza el grupo Talasur en su planta de Balsicas. | 2. La impresora 3D de Cementos La Cruz realiza una pieza a medida en las instalaciones de Abanilla. | 3. Una de las fachadas industrializadas de hormigón, con piezas curvas, hechas en fábrica por el grupo Etosa.
Imagen secundaria 2 - 1. Una de las máquinas que utiliza el grupo Talasur en su planta de Balsicas. | 2. La impresora 3D de Cementos La Cruz realiza una pieza a medida en las instalaciones de Abanilla. | 3. Una de las fachadas industrializadas de hormigón, con piezas curvas, hechas en fábrica por el grupo Etosa.

La constructora Konak, por ejemplo, acaba de completar la instalación de 168 baños en dos edificios con 81 viviendas sin que ninguno de sus albañiles tuviera que poner un solo azulejo. Los hicieron a 70 kilómetros de allí, los trasladaron por carretera, los elevaron con grúa, y solo hubo que instalarlos. Como en un puzzle. El director general de la empresa, José María Sandoval, tiene claro que ese es el camino. «La calidad de terminación es superior a la tradicional, mejora los plazos de entrega y nos evita problemas de falta de personal».

Por eso, se ha propuesto dar un paso más en cada uno de sus edificios. En el próximo que construirá, además de los baños, usará una fachada industrializada de hormigón; y en el siguiente, que empezará en 2026, vendrán de fábricas la fachada, los baños y las cocinas.

Es un ejemplo de cómo, a medida que el ecosistema crece, aparecen sinergias propias de la industria, entrelazando a fabricantes y promotores, ya que Konak no hace sus propios baños. Los adquiere a Imnove, un gigante jumillano capaz de terminar «entre 2.000 y 2.500 unidades cada año».

Urdecon también ha apostado por los baños hechos en fábrica. «No es que se hagan con todos los alicatados, soldados y demás, sino que vienen ya con las piezas listas: los sanitarios, los muebles, los toalleros, todos los accesorios necesarios», afirma Fernández-Delgado. Otra de las apuestas de Urdecon por la industrialización ha sido el uso de estructuras mixtas que combinan el hormigón con estructuras metálicas para acortar los plazos de construcción.

«Llevamos muchos años avanzando», subraya la decana de los arquitectos, María José Peñalver. «Hay que recordar que Murcia fue una de las regiones donde antes se crearon empresas de fabricación de placas de hormigón industrializadas para naves».

En la madera, destacan iniciativas como la de Grupo Talasur, que, fruto de una mezcla de tecnología, artesanía y robots, es capaz de abordar cualquier tipo de proyecto y cubrir todo el proceso constructivo. Realizan módulos, mobiliario y estructuras integradas complejas a medida. Los robots de su planta de Balsicas aceleran las tareas de corte, lijado y ensamblaje y reducen los tiempos de fabricación un 70%. Así, ha podido equipar un hotel completo en un plazo de tres semanas. «Si miras cómo se construía hace 40 años, lo que tenemos hoy era impensable», apunta Silvia Esteban, responsable de Comunicación del grupo.

  1. Unifamiliares

    Casas completas en tres meses, instalaciones en horas

La constructora Etosa, que ya cuenta con líneas propias de fabricación industrial de «baños, fachadas, chimeneas, muros y escaleras» en su planta de Cabezo de Torres, se ha lanzado también a vender casas modulares completas.

El pasado mes de agosto lanzó la marca Indeha para comercializar viviendas que se realizan íntegramente en una fábrica de Jumilla, lo que le ha permitido reducir los costes en «cerca de un 30%» y acortar los tiempos dramáticamente. La entrega se realiza en solo tres meses, y la instalación dura apenas seis horas. Lo que se tarda en disputar cuatro partidos de fútbol. Con este sistema, logró fabricar e instalar 270 módulos habitacionales en seis meses y equipar los más de 10.000 metros cuadrados del complejo Magic Pirates Island, de Benidorm.

En las unifamiliares también ha desembarcado Grupo Caliche a través de su división Vivo Hogares Sostenibles. La idea nació de aprovechar los contenedores marítimos para transformarlos en viviendas eficientes. Un trabajo que le llevó a firmar el mayor edificio hecho con contenedores de España, con 63 unidades apiladas en tres alturas para la ampliación de un colegio en San Pedro del Pinatar. «A raíz de eso, vimos la necesidad de apostar por la construcción industrializada», asegura Manuel Martínez, director general de Vivo Sostenible. «Ahora ya estamos realizando viviendas, no con contenedores marítimos, sino con construcción metálica a medida en procesos industrializados, y ahí el horizonte es infinito». Uno de sus últimos proyectos, ubicado en el Pilar de la Horadada, cuenta con 28 viviendas hechas en su nave de San Javier.

  1. Evitar la estandarización

    Tecnología al servicio de la buena arquitectura

«La industrialización se veía venir desde hace años», afirma Víctor Martínez, arquitecto y responsable de fabricación aditiva del departamento I+D de Cementos La Cruz, empresa pionera en la impresión 3D de hormigón. Lleva cinco años desarrollando esta tecnología en su fábrica de Abanilla, donde dispone de una impresora de gran formato que permite crear piezas de 25 metros cuadrados de forma automatizada. Para ello, ha creado su propio software y diseñado fórmulas avanzadas propias de hormigón. «Es nuestro punto fuerte, el desarrollo de nuestras propias tecnologías de materiales para que otras empresas puedan utilizar una 'tinta' universal con la que poder imprimir», afirma. El sistema aporta, sobre todo, libertad de creación. «Un panel prefabricado tiene muchas ventajas, pero la versatilidad no es una de ellas –apunta Víctor Martínez–. Aquí podemos liberar la creatividad de la arquitectura y hacer piezas a medida. La prefabricación no tiene por qué ser un copia y pega». Ese es probablemente el único temor que estos avances despiertan entre los arquitectos. «El camino no debe ir hacia una vivienda estandarizada», destaca María José Peñalver. «La arquitectura no se puede poner a servicio de la industrialización. Tiene que ser al revés, la industria tiene que servir para mejorar la arquitectura».

El problema de financiar los módulos de fábrica

Los promotores que utilizan componentes hechos en fábrica se encuentran con un escollo a la hora de financiar sus promociones. Los préstamos bancarios solo cubren la obra que se hace en el solar, dejando fuera los módulos y sistemas industrializados que se construyen lejos de allí. «Ya se planteó al Gobierno la necesidad de modificar la orden ECO que regula esa financiación para darles cobertura», señala el presidente de los promotores, Juan Ramón Blázquez. «Hasta la fecha no se ha realizado. Y eso supone una gran barrera de entrada que frena la industrialización».

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