En las entrañas del centro de datos más puntero de la Región de Murcia
La multinacional KIO abre para LA VERDAD las puertas de sus instalaciones en Espinardo, donde 350 empresas guardan su información más sensible
Cuatro puertas blindadas, dos vigilantes, un arco de seguridad y otros tantos dispositivos de reconocimiento biométrico separan el tránsito diario del campus de la Universidad de Murcia de la sala principal del centro de datos que la multinacional KIO posee en España. En ella se almacena la información más sensible de las 350 empresas a las que ofrece infraestructura y soporte. Esta estancia se encuentra en el corazón de un edificio de hormigón sin apenas ventanas en el que 70 cámaras de seguridad vigilan cada movimiento.
Un contrato de confidencialidad impide a sus 50 empleados contar nada sobre los clientes que guardan el cerebro de sus empresas en este búnker, diseñado a prueba de terremotos de hasta 7 grados en la escala de Richter. No obstante, sí explican que su factura la conforman tanto compañías privadas como públicas, de todos los sectores de negocio.
Fueron las necesidades de almacenamiento del Gobierno regional las que propiciaron hace una década que KIO estableciera en Murcia el que hasta ahora es su centro de datos más avanzado en España -en verano abrirá un segundo en Valencia-. Como el de Espinardo, que cuenta con la mayor certificación internacional, la TIER IV, en España tan solo hay otros tres centros más: los de BBVA y Telefónica, en Madrid, y el de Inditex, en Arteixo. LA VERDAD accede a estas instalaciones custodiadas por estrictas medidas de seguridad.
Un búnker contra seísmos e inundaciones
Esta fortaleza moderna está ubicada en un enclave estratégico para evitar que las lluvias torrenciales afecten a sus sistemas y una red de arquetas y canalizaciones refuerzan la capacidad de desagüe. Cada detalle está pensado para reducir al máximo la posibilidad de que el servicio de sus clientes se vea afectado. Cortes de luz, terremotos e inundaciones están previstos. También los daños que pudieran ocasionar las ondas electromagnéticas de un rayo, para lo que dispone de varios pararrayos conectados a una malla que disipa esta energía.
«El edificio se concibió como nube, toda la infraestructura está duplicada para garantizar el servicio sin paradas. Hay dos unidades de todo», detalla el CEO en España, Javier Jarilla. El nombre de la multinacional, 'espejo' en suajili, ya da pistas de su funcionamiento: dos acometidas de luz de centros distintos, dos depósitos con 7.500 litros de combustible para abastecer a dos generadores de 1.000 caballos de potencia y salas duplicadas para casi cualquier proceso con el fin de evitar problemas o ataques masivos.
El silencio es el protagonista absoluto en las instalaciones, solo interrumpido por el rumor de las potentes máquinas de aire acondicionado, también dos, que refrigeran las salas en las que descansan estos cerebros digitales que no con poca frecuencia son objeto de tentativas de ataque por parte de ciberdelincuentes. El jefe de la estrategia de ciberseguridad de la multinacional en España, Armando Jurado, destaca que «el panorama de amenazas es complejo y desafiante. El 'ramsonware' -secuestro de datos- es la que más afecta y preocupa a empresas y organismos, ya que puede dañar su reputación. Van dirigidos especialmente a sectores que manejan información más sensible, como el sanitario y el bancario. La Comunidad, por ejemplo, sufre una presión importante por los datos y el presupuesto que posee». De hecho, la propia administración autonómica cifra en 60 los ciberataques importantes que sufre al mes.
Según el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), en 2023 se gestionaron en España 83.517 incidentes relacionados con ciberdelitos, un 24% más que el año anterior, de los que más de 22.000 fueron dirigidos a empresas. Además, el Incibe gestionó 237 incidentes a operadores esenciales y críticos y 1.673 a universidades, instituciones sanitarias y centros de investigación. También clausuró 310 tiendas fraudulentas y registró 621 secuestros digitales.
Para evitar caer en estas trampas, Jurado aboga por fomentar la cultura de la ciberseguridad y recomienda «desconfiar siempre». En cuanto a la autoría de estos ataques, explica que los grupos de ciberdelincuencia «son como empresas, están profesionalizados. El organigrama es muy similar al que manejamos en el lado A de las cosas. Están muy motivados económica y gepolíticamente».
Consejos para evitar caer en las trampas de los ciberdelincuentes
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Comprobar que el dominio es el del sitio web al que queremos acceder. En ocasiones los 'hackers' replican páginas con direcciones similares.
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Confirmar si la página cuenta con certificado digital. El candado en la barra de dirección se pintará en color rojo o estará abierto si la web no ofrece confianza.
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Observar si la experiencia en la navegación es la habitual. Muchos sitios replican la arquitectura de la página pero suelen fallar en el tipo de letra o las cajas de imágenes.
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Los expertos recomiendan «desconfiar siempre». En caso de tratarse de la página web de un banco o un servicio oficial animan a ponerse en contacto con la compañía y asegurarse. «Una llamada de un minuto puede ahorrarnos problemas serios».
Un guardia armado vigila el último acceso
Frente a la puerta más controlada de este búnker hay una sala con cristales tintados a la que «ningún empleado ha entrado». Solo el armero, que trabaja de noche, y la Guardia Civil tienen acceso a este lugar del que no detallan el tipo ni el número de armas que contiene. Todo está diseñado para proteger el contenido de una sala de 200 m2 que alberga 12.000 máquinas virtuales y ofrece un almacenamiento de 14 petabytes, el equivalente a multiplicar por quince los más de 10.000 millones de fotos colgadas en Facebook.
En su interior, tres pasillos acristalados con equipamiento a ambos lados, dispuestos en varios armarios con candados y tarjetas de seguridad, guardan routers, servidores y cabinas de almacenamiento que en su mayoría alojan la información más valiosa de las grandes empresas que contratan estos servicios. Bajo ellos, 92 amortiguadores antisísmicos y una potente refrigeración completan el complejo sistema de seguridad que mantiene a salvo estos datos altamente sensibles.
El impacto de los datos en el medio ambiente
Estos centros se encuentran en el punto de mira por la importante huella de carbono que dejan. El hipercentro que Meta abrirá en Talavera de la Reina, Toledo, perteneciente a una cuenca sometida a estrés hídrico, tiene previsto un consumo de 660 millones de litros de agua anuales, lo que levantó las críticas en 2023, cuando se dio luz verde al proyecto. Sin embargo, desde KIO señalan que su circuito cerrado de agua para la refrigeración evita el alto gasto que tienen otras instalaciones similares. En cuanto a la energía eléctrica, su consumo asciende a 300KW. Su CEO en España, Javier Jarilla asegura que «pese a ser un centro en apariencia pequeño da servicio a un gran número de equipamientos que, de sumar por separado el consumo de cada cliente, la factura total sería entre 10 y 15 veces mayor». No obstante, reconocen desde KIO que entre sus objetivos a corto plazo se encuentran la optimización de los recursos y la reducción de su impacto ambiental, aspectos que están trabajando para la apertura de su segundo centro en España, que se localizará en Paterna.