Asensio López Santiago, ayer en Murcia. VICENTE VICÉNS / AGM

Asensio López: «Se decidió que nos vacunáramos de manera discreta, como un profesional más; no fue acertado»

«Nos hemos visto atropellados, arrasados, con una sensación de angustia; ha sido una situación muy desagradable para todos», confiesa el ex director gerente del SMS

Sábado, 20 de febrero 2021, 02:48

Asensio López deja el liderazgo del Servicio Murciano de Salud de una manera muy diferente a la que hubiera deseado. Tras un año durísimo, lidiando ... con la pandemia y con un solo día de vacaciones en todo este tiempo –un viernes de octubre que se fue a coger fuerzas al monte–, la polémica por las vacunaciones le ha obligado a abandonar el barco. Consciente de que la situación se había vuelto insostenible, presentó su dimisión. Aunque defiende que se aplicó el protocolo, hace autocrítica, algo muy poco habitual entre los cargos públicos. Durante su gestión ha hecho bandera de la transparencia, y no quiere cerrar la puerta sin responder a todas las preguntas. «No lo hicimos de manera acertada», admite.

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–Su vacunación, la del exconsejero y la del resto de directores generales, ¿fue un error?

–La vacunación de los directores generales fue el resultado de la decisión de vacunar en todos los servicios centrales tanto del Servicio Murciano de Salud como de la Consejería. Tomada esa decisión, en ese contexto, se debatió si teníamos que vacunarnos también los directores generales y el consejero. La deliberación fue: ¿debemos hacerlo de manera pública, ejemplarizante, para motivar a la población, o lo hacemos de manera discreta con el objetivo de que seamos un profesional más que se vacuna? Se decidió finalmente que lo llevásemos a cabo como unos profesionales más de los muchos del SMS, de los que estaban en servicios centrales. El resultado, después de la situación que hemos vivido, es que teníamos que haberlo hecho de otra manera, lógicamente. Lo que hemos aprendido de lo que ha pasado en los últimos días es que no lo hicimos de la manera en que la sociedad lo esperaba, no lo hicimos de manera acertada.

–En esa deliberación, ¿cuál fue su postura?

–Prefiero ser discreto en cuanto a mi postura. Al final tomamos una decisión, y yo entendí que debía hacer lo que había decidido el grupo. Además, se tomó de manera colegiada. Pero siempre, y esto es muy importante, en el marco de la decisión de vacunar en los servicios centrales, porque teníamos viales suficientes. No solo había terminado la vacunación en las residencias y en los sanitarios de primera línea, sino que estábamos ya en las segundas líneas y nos seguían quedando dosis. Nos llamaban la atención desde el Ministerio de Sanidad, nos decían que éramos los terceros por la cola y que teníamos que gastar todas las semanas todas las vacunas. Las comunidades iniciamos una especie de carrera para consumir semanalmente todas las dosis. Ahí fue cuando se decide en la Consejería de Salud que dentro del protocolo deberíamos vacunar a todo el sistema sanitario, tanto al personal asistencial como a los servicios centrales. Y en ese momento se incorpora el equipo directivo.

«Prefiero ser discreto en cuanto a mi postura. Entendí que debía hacer lo que había decidido el grupo»

–Pero hemos visto que en ninguna otra comunidad, salvo en Ceuta, se vacunó el consejero de Salud. ¿Esa deliberación interna que mantuvieron, no debería haber sido un debate público?

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–Hemos cometido dos errores en todo este proceso: no hacer explícita la decisión, por escrito, y no haberlo expuesto a la sociedad. Que la sociedad lo supiera e incluso deliberase con nosotros si era pertinente que los responsables, los directivos, los que estábamos a cargo de la respuesta a la pandemia, nos vacunásemos. Esa fue la gran falta de acierto que tuvimos.

«Conozco los profundos valores de Villegas. Lo último que hubiera querido es soliviantar a la sociedad»

–Cuando estalló la polémica, sin embargo, la respuesta de la Consejería no fue la que usted traslada. No sé si porque el exconsejero u otros altos cargos no comparten su autocrítica, pero lo cierto es que Salud se enrocó en que todo se hizo bien, en que todo fue ajustado al protocolo. ¿Esta respuesta fue también un error?

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–Como sabe, yo compartí la rueda de prensa con el consejero cuando intentó explicar la situación [en la mañana del día 20 de enero, horas antes de su dimisión]. Conozco los profundos valores morales y éticos de Manuel Villegas, lo último que él hubiera querido es soliviantar a la sociedad por una decisión así. Nos vimos atropellados, la sociedad no entendía lo que habíamos hecho, y tal vez no hemos sido suficientemente capaces de transmitir que lo que queríamos, simplemente, era interpretar el protocolo en un contexto determinado. Porque el protocolo no excluía que nos pudiéramos vacunar en un momento dado. Lo que hemos visto es una enorme convulsión porque socialmente no se ha entendido lo que habíamos hecho. Nos hemos visto atropellados, arrasados, y con una sensación de angustia, porque en ningún momento hubiéramos querido desencadenar una situación de tanto disconfort y tanta molestia a la sociedad y a los grupos políticos. Ha sido una situación realmente muy desagradable para todos.

–El protocolo del Ministerio fijaba la vacunación del personal de centros sanitarios. El SMS defendió que administrar también dosis a trabajadores de servicios centrales fue una decisión estratégica porque son esenciales. Pero la vacunación en ese punto no estaba planteada para inmunizar a trabajadores esenciales, sino para blindar los hospitales y centros de salud.

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–¿Qué es blindar los centros sanitarios? Justo en el momento en que surge la crisis, los servicios centrales de contratación de Habitamia estaban comprando 60 respiradores para incorporar a los hospitales. Igual ocurre con los monitores para las UCI, los equipos de protección, toda esa contratación está centralizada en Habitamia, no en los hospitales. En ese momento estábamos también regulando jurídicamente la norma para prohibir las visitas a los hospitales. Los servicios jurídicos eran indispensables para ello. Por tanto, el funcionamiento del sistema sanitario, de lo que pasa en los centros sanitarios, está estrechamente vinculado a lo que ocurre en los servicios centrales. Se tomó además la decisión de vacunar en estos servicios centrales cuando el resto del sistema sanitario ya tenía garantizada su vacuna, y no podíamos pasar al grupo de mayores de 80 años.

«Ha sido un lujo contar con profesionales extraordinarios. Nunca se lo dejaremos de agradecer»

–Habla de decisiones colegiadas, pero el informe de Prevención y Riesgos Laborales del SMS es muy claro a la hora de señalar que las decisiones las tomó Salud Pública ¿Hay en el SMS la sensación de que han terminado pagando los platos rotos de algo que fue responsabilidad de otro departamento?

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–La capacidad ejecutiva y de gestión de las vacunas no es del SMS sino de Salud Pública, pero obviamente lo que Salud Pública propone está sancionado de forma colegiada por el equipo directivo de la Consejería, en el que está el gerente del SMS.

–¿Recibieron la indicación de ofrecer cita para vacunación a toda la plantilla sin un cribado previo? Hemos visto cómo han recibido dosis liberados sindicales que trabajan en sus sedes, no en centros sanitarios, o el presidente del Colegio de Médicos, que tampoco está en ningún centro.

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–La indicación era que había que priorizar, y de hecho se priorizó. Las Gerencias recibieron la instrucción de que había que empezar a seleccionar y agendar a los trabajadores de las primeras líneas y, a partir de ahí, al resto. Es cierto que algunas primeras líneas se vacunaron más tarde, pero porque se habían apuntado después. A partir de ese momento, como seguía habiendo dosis y teníamos un operativo para vacunar a más de mil y pico personas diarias, pues se continuó inmunizando no necesariamente a primera línea, sino a segundas. Pero se priorizó siempre.

–Todo esto ha venido después de un año durísimo, con la pandemia. A nivel personal, cómo ha vivido esta situación?

–A nivel personal, de una manera extraordinaria, de máxima responsabilidad. No estábamos preparados para afrontar una pandemia, yo he tenido que aprender cómo había que gestionar una pandemia. Gracias a todo el equipo hemos estado día y noche debatiendo, actualizando prácticamente todos los días las indicaciones que íbamos dando. Intentábamos ver qué estaba sucediendo en España, en el resto del mundo, y a base de muchas videoconferencias con los equipos directivos, con los hospitales, con los profesionales, hemos ido siguiendo la evolución. Ha sido una situación realmente impactante, un auténtico reto profesional y con momentos dificilísimos, sobre todo en los primeros días, cuando no sabíamos muy bien cuál iba a ser el alcance de la pandemia. Para mí ha sido un lujo vivir esta etapa como gerente con estos extraordinarios profesionales, porque su respuesta ha sido magnífica, maravillosa. Nunca se lo dejaremos de agradecer.

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«La falta de material de protección fue crítica al principio. Nos encontramos con que solo quedaban reservas para 48 horas»

–Al principio, todos veíamos lo que estaba pasando en Italia primero y después en Madrid. Venía un tsunami, pero el SMS no tenía equipos de protección suficientes para todo el personal ¿Cómo se vivió aquello?

–Lo vivimos con mucha angustia. Fue crítico cuando nos encontramos, un día, con que apenas nos quedaba material de protección en los almacenes para 48 horas. No había manera de comprar ni de adquirir material en ningún sitio, ya no de España, sino en el mundo. Tomamos una de las decisiones más duras, y yo creo que al final una de las mejores, para proteger a nuestros profesionales. Pusimos todo el material bajo llave, y selectivamente se le ofrecía solamente a los circuitos Covid, a sitios donde podía haber sospechas Covid.

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«Primaria se convirtió en el centro de control de la pandemia»

–La primera ola nos llegó tarde pero la gestionamos muy precozmente. Contribuimos con las decisiones que tomamos a que no hubiera una incidencia más alta. Porque es verdad que a nosotros el virus nos llegó los últimos, pero 24 o 48 horas antes estaba en Asturias o Aragón, y allí sí hubo una altísima incidencia. Aquí se tomaron decisiones muy radicales desde el punto de vista poblacional y los ciudadanos fueron muy corresponsables, lo cual nos evitó muchos contagios. Una segunda clave es que pusimos en marcha toda la Atención Primaria, se convirtió en el centro de control de la pandemia. A todas las personas con sospecha de infección se les hizo seguimiento diario. Eso fue clave para que en la primera ola no hubiera un aumento de infectados y una sobrecarga en los hospitales.

–Primero, del trabajo en red de los hospitales y los centros de salud. Hemos conseguido un antes y un después en la continuidad asistencial. Se ha visto durante la pandemia, con la interconsulta no presencial. Otro elemento muy importante es la transformación de Primaria, hemos aprobado plazas de médicos y enfermeros. También se ha avanzado en transparencia.

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