Vecinos de Alfonso X en Murcia dicen «basta» a los coches que inundan el paseo peatonal

Es una de las joyas de la corona del primer mandato de José Ballesta como alcalde de Murcia: la peatonalización del paseo Alfonso X el Sabio, que no pocas veces el Ayuntamiento ha puesto de ejemplo para demostrar lo que es posible hacer para conseguir una ciudad más saludable, sin que esta pierda su identidad ni su pulso comercial.

«Esto hace tiempo que ha dejado de ser un paseo peatonal para convertirse en un paseo de coches». Es Ana Gallego, quien da voz a las decenas de vecinos que, con un explícito «basta», piden que se ponga freno al continuo circular de vehículos no autorizados en el tramo del paseo de Alfonso X El Sabio que discurre entre la plaza Circular y la calle Jaime I el Conquistador.

Son decenas de coches particulares, furgonetas de reparto, pequeños camiones, motos, además de patinetes que circulan a gran velocidad, los que, cada día y desde tempranas horas, utilizan el paseo como si de la Gran Vía se tratase.

«Quien quiera puede comprobarlo», apunta esta vecina, que más de un día tiene que lidiar con los padres y madres de los escolares que acuden al Colegio Jesús María, en la prolongación del paseo hacia la plaza de Santo Domingo. «Llegan a aparcar hasta en doble fila a las puertas del Museo Arqueológico y en la entrada del garaje de nuestro edificio, en la plaza Preciosa, para cruzar a los niños», detalla.

El paseo Alfonso X, en sus dos tramos, tiene claras y luminosas señales a la entrada que advierten de que el acceso está restringido. Desde la plaza Circular solo pueden entrar los conductores que van al parking público Alfonso X, los residentes y los vehículos de reparto. Lo mismo que en el siguiente tramo, entre Jaime I y la plaza de Santo Domingo.

El Ayuntamiento instaló hace varios años, unos cuatro según calcula la portavoz vecinal, las cámaras que debían controlar estas entradas y, a quien hiciera caso omiso de ellas, sancionar según la normativa vigente. Pero ni están en funcionamiento actualmente, ni, temen los vecinos, han estado nunca, con lo que los vehículos entran y circulan por el paseo «con total impunidad».

Ana recuerda una reciente conversación con un agente de la Policía Local, «muy amable», que le confirmó que las cámaras no estaban conectadas. «Me dijo que él no podía parar a los coches y que pusiéramos una reclamación en el Ayuntamiento, que es lo que queremos hacer».

De hecho, han decidido dar otro paso y están en conversaciones con vecinos de otros bloques afectados para constituir una asociación vecinal que les permita tener más fuerza. «Solo queremos que se cumpla lo que está estipulado, que yo tuve que presentar documentación en el Ayuntamiento para que me dieran una autorización como residente».

Respecto a la carga y descarga, que se realiza durante todo el día, los vecinos reclaman que, como ocurre en los centros históricos de otras ciudades, estas operaciones tengan un horario establecido y acotado.

Lo que tampoco entienden estos residentes, «que hemos asumido con gusto la peatonalización», es que el Ayuntamiento haya decidido que todas las ferias al aire libre tengan que instalarse allí, teniendo tan cerca la plaza Circular.

«No tenemos nada que decir a la tradicional de Navidad, que lleva años, ¿pero el resto? Las casetas se están convirtiendo en otro elemento que nos aisla del centro del paseo, así que es una nueva barrera para nosotros», concluye Ana Gallego.

El Ayuntamiento de Murcia es consciente de las quejas vecinales por el incremento de la circulación en el paseo Alfonso X el Sabio, que le han llegado, «pero en los últimos días».

A raíz de ello, están revisando la instalación de las cámaras de vigilancia para ver «qué problema hay con ellas», indicaron fuentes del ejecutivo municipal murciano a preguntas de LA VERDAD. «Esto no va a continuar así; vamos a tomar las medidas necesarias para que siga siendo ante todo un paseo peatonal, tal y como fue concebido».

Además, señalaron que se está viendo de qué manera «se puede hacer un refuerzo en el control del tráfico» para que los vehículos solo pasen de manera excepcional y siempre los que estén autorizados. Y confirmaron que, como indican los vecinos, este paso solo está permitido a los residentes, los que acudan a los aparcamientos públicos, los propietarios de los negocios, los organismos oficiales y los taxis.

Respecto a las quejas por los vehículos de carga y descarga, desde el Ayuntamiento puntualizaron que solo pueden entrar a la calle Lepanto y a la plaza Preciosa, donde tienen plazas destinadas a esta actividad. De allí, deben moverse a pie por el paseo para distribuir los productos.

De hecho, subrayaron que en los últimos cambios en materia de movilidad, se eliminaron de la calle Lepanto las plazas de aparcamiento reguladas, con el objetivo de que no hubiera otro tipo de circulación que no fuera la de reparto comercial.

Por último y en referencia a la instalación, cada vez más habitual, de casetas para ferias variadas en este paseo, que le resta espacio, reconocieron que en los últimos años habían aumentado y que la intención era «descentralizar» los eventos y repartirlos por otros barrios y pedanías del municipio.