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Vista general del patio y la crujía oeste del 'funduq' o posada del yacimiento de San Esteban. JAVIER CARRIÓN / AGM

Los urbanistas de Murcia del siglo XII

Las últimas investigaciones en el yacimiento de San Esteban demuestran que el crecimiento extramuros de la ciudad fue planificado

Lunes, 18 de enero 2021, 07:59

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¿Crecimiento desordenado o planificado a conciencia? Las últimas conclusiones de las investigaciones de los restos arqueológicos del yacimiento de San Esteban demuestran que el proceso de formación de la ciudad de Murcia extramuros fue planificado y que ese barrio se construyó en la primera mitad del siglo XII de forma organizada sobre terreno no urbanizado.

El responsable de las excavaciones, el arqueólogo de la Universidad de Murcia (UMU) Jorge Eiroa, comentó que hasta ahora se pensaba que, en el periodo islámico, este crecimiento era espontáneo, y que, además de este nuevo convencimiento de que no lo fue, también han podido confirmar que la gran expansión y formación de la ciudad de Murcia tuvo lugar en el periodo almorávide, en la primera mitad del siglo XII.

«Siempre se ha sugerido que la Murcia del Rey Lobo o del periodo almohade tenía más importancia, pero nosotros estamos convencidos de que estos últimos hallazgos indican que la ciudad adquiere sus características urbanas básicas y su condición de gran ciudad de Al-Andalus con los almorávides», apuntó.

En las excavaciones se han utilizado análisis que «nunca antes» se habían hecho en vestigios de Al-Andalus o de la Península

Estas son algunas de las conclusiones que se recogen en la memoria elaborada tras la última campaña arqueológica desarrollada en el arrabal de la Arrixaca el año pasado, la segunda de la serie. «Son deducciones de la investigación científica pura y dura», subrayó el arqueólogo, quien añadió que otro logro en sí es haber conservado y preservado un importante sector de la excavación que se puede visitar.

Eiroa, también profesor titular del Departamento de Prehistoria, Arqueología, Historia Antigua, Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas de la UMU, destacó que en estas excavaciones se habían puesto en marcha algunos análisis de los restos «que nunca antes se habían hecho», ni en la ciudad de Murcia «ni en casi ningún lugar» de Al-Andalus o la Península Ibérica. Y se refirió a estudios de restos de fauna, semillas o carbones, entre otros.

Un nuevo convenio para seguir con la puesta en valor

El alcalde de Murcia, José Ballesta, indicó que el Ayuntamiento y la Universidad de Murcia trabajan en un nuevo convenio que permitirá el reinicio de las investigaciones científicas, «la formación y la puesta en valor y difusión» del yacimiento de San Esteban, con el fin de dar continuidad a los trabajos que se han estado realizando en el mismo desde que comenzaron en 2018. El convenio estará dotado con cerca de 100.000 euros y se prevé que se apruebe Junta de Gobierno a lo largo de las próximas semanas. Las investigaciones arqueológicas «han permitido establecer un diálogo entre los murcianos del siglo XXI y nuestros antepasados de la época Medieval, gracias a la colaboración de la Universidad de Murcia, una institución referente en investigación científica y transferencia de conocimiento, que aporta la metodología arqueológica para el desarrollo de los trabajos», señaló el alcalde de la capital. El regidor murciano apuntó que «quien desee caminar por una calle de la Murcia medieval y descubrir, entre edificaciones reales, cómo vivían nuestros antepasados, qué comían, cómo era su día a día, cómo pensaban y qué sentían los murcianos de los siglos XII y XII, tendrá que venir a San Esteban». De hecho, el arrabal de la Arrixaca empezó a tomar forma a mediados del siglo XI con el crecimiento demográfico de la medina (ciudad) de Murcia. Siglos después, tras la conquista cristiana, fue aquí donde se concentró la población musulmana.

José Ballesta añadió que la recuperación y puesta en valor del yacimiento de San Esteban, que nació como un proyecto de ciudad, «se ha transformado en un proyecto de Estado, con la implicación de las administraciones local, regional y nacional» en el mismo.

«Los resultados de los análisis de semillas y carbones, que se denominan carpología y antracología, respectivamente, son interesantísimos, pues podemos confirmar la presencia de toda una serie de especies vegetales en consumo, como trigo, cebada, y otros cereales, y también restos de frutas», dijo Eiroa, indicando que por primera vez se han identificado en la Península Ibérica el albaricoque y el cilantro. «Esto significa que son las identificaciones más antiguas de albaricoque que hay, y han aparecido tanto en semilla como en carbón, al hallarse restos de ramas utilizadas en fuegos».

Para los investigadores, esto confirma, sobre todo, algunos rasgos de lo que se ha venido llamando 'revolución verde', que es lo que tiene lugar con la llegada de los musulmanes a la península.

En los residuos vegetales del arrabal se ha detectado, por primera vez, la presencia de cilantro y albaricoque

El yacimiento también se reserva una importante fuente de información sobre los hábitos culinarios de sus moradores, así como de los animales que convivían con ellos. Y uno de los estudios «más innovadores» de los hallazgos han sido los paleoparasitológicos, que se hacen tomando muestras de los restos del abdomen de los individuos del cementerio y de las letrinas.

Caracoles y conejos

«Se identifican en el microscopio especies parasitarias que estaban en los cuerpos de los habitantes del arrabal, y que, por ejemplo, hemos podido asociar al consumo de caracoles o de conejo», manifestó Jorge Eiroa, y añadió que otros están asociados a las pulgas de los perros, con lo que demuestra que estos moradores tenían canes. El muestrario de parásitos que se han identificado en este conjunto arqueológico «lo convierten en el yacimiento más representativo desde este punto de vista a nivel mundial». Los estudios de ADN realizados a algunos de los individuos del cementerio también han permitido confirmar la llegada de población norteafricana a este arrabal. «Hay restos de personas que tienen rasgos genéticos claramente locales y otros que vienen de fuera; lo que le convierte en la confirmación arqueológica de la llegada a Murcia de almorávides y almohades».

También se han analizado restos de materiales de vidrio encontrados y «creemos que puede existir una zona artesanal en el propio conjunto arqueológico, ya que han aparecido unas piezas espectaculares de vidrio blanco opaco, así como restos de lo que podemos considerar un taller, con piezas como un pequeño fragmento decorado con láminas de oro de origen sirio y otros de vidrio rojo procedente de Palestina».

Expertos de Ciudad del Cabo, Newcastle, York, Granada y Canarias analizan los restos

Aunque el grueso y la dirección de la investigación se desarrolla en la Región (y para el muestreo arqueológico que se desarrolla en campo se utiliza maquinaria «bastante novedosa»), en la fase de análisis de los restos obtenidos entran en juego varios equipos que trascienden las fronteras de la comunidad murciana.

Salvo la carpología, que lleva a cabo Mireia Celma Martínez en el laboratorio de la Universidad de Murcia, otros restos viajan a Granada, las Islas Canarias, a África o a Inglaterra. Por ejemplo, las semillas se llevan a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, donde las estudia el investigador y doctor en Carpología Jacob Morales. «Las semillas de albaricoque que han aparecido son de la especie 'prunus armeniaca' y eran poco empleadas en el periodo romano, porque están muy ligadas al regadío» que pusieron en marcha los musulmanes al llegar a la Península, explicó Jorge Eiroa.

«Nosotros conocemos bien los procesos de cultivo que se seguían a través de los tratados agrícolas, pero nos suele faltar la constatación arqueológica de que se hacía así; porque las especies irrigadas, como los frutales, principalmente, son difíciles de documentar desde el punto de vista arqueológico», añadió, insistiendo en la importancia del hallazgo.

A Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, han llegado los restos de huesos recuperados en el arrabal de la Arrixaca, y ha sido el profesor valenciano Domingo Carlos Salazar el que ha realizado el estudio de isótopos en el laboratorio de la universidad de esa capital africana. La pandemia hizo que las instalaciones se cerraran durante varios meses, por lo que aún no ha remitido a la UMU los resultados de los análisis realizados del colágeno de la osamenta.

De los huesos se puede extraer información básica, como el sexo, edad o altura de la persona enterrada en el 'maqbara'; las condiciones de vida en general y de salubridad en particular, las relaciones de parentesco y la dieta. Para determinar todos estos datos, además de los isótopos, se recurre al Carbono14, al ADN mitocondrial y a la paleoparasitología. Este último tipo de analítica ha recaído en el arqueólogo y especialista de la Universidad de Granada, Ramón López Gijón.

Por otro lado, los materiales de vidrio hallados han viajado a la Universidad de Newcastle (Inglaterra) para su estudio, que dirigen Almudena Velo y David Gobantes. «Los restos nos confirman la existencia de contactos comerciales muy activos» en esta época, destacó el profesor Eiroa.

Marcos García, de la Universidad inglesa de York, ha identificado tras el estudio «muy minucioso» de los restos óseos y dentales de los animales a cabras, vacas, liebres, équidos, palomas, perdices..., «pero una total ausencia de cerdos y jabalíes», lo que confirma patrones de consumo propios del mundo islámico.

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