El resurgir de las ferreterías tras el apagón

Hacía tiempo que las ferreterías de toda la vida no tenían tanto movimiento. Negocios que llevan años resistiendo al comercio 'online' y a la irrupción de grandes superficies que abarcan el amplio abanico del bricolaje, con infinidad de productos para el hogar. El apagón masivo que dejó la Península a oscuras el pasado 28 de abril ha supuesto un resurgir para estas tiendas de barrio que destacan por el trato y la cercanía. Los hermanos Luis y Miguel Ángel Parra dan fe de ello. Son la segunda generación de un comercio ubicado en la calle Cartagena de la capital que abrió su padre hace ya sesenta años.

Los sucesores de Antonio Parra explican que, aunque están enfocados en el cliente profesional –cerrajeros, carpinteros y electricistas, principalmente, que representan el 70% del volumen de negocio–, su establecimiento es «un cajón de sastre con más de 2.000 artículos de todo tipo».

Sin embargo, hubo productos que tras el corte de suministro eléctrico de hace dos semanas adquirieron un gran protagonismo y que, a día de hoy, siguen siendo muy demandados. «La gente se volvió loca; las pilas y las linternas volaron», destacan los propietarios de la Ferretería Parra.

Junto a los transistores para tener acceso a la información sin necesidad de corriente, los campings gas, hornillos y ruedos son otros de los productos más buscados desde el apagón masivo. En la Ferretería Floridablanca, regentada por el matrimonio formado por Antonio Valverde y Noelia García, vendieron todas las existencias. «Desde entonces, cada día vienen clientes buscando estos artículos que son una alternativa a la vitrocerámica; estamos esperando a recibir mercancía porque se agotó todo», comenta Antonio detrás del mostrador del negocio que fundó su tío Andrés hace más de tres décadas, donde los artículos de menaje tienen un papel muy destacado, seguidos del pequeño electrodoméstico, material eléctrico, herramientas y tornillería, entre miles de referencias de productos.

En la Ferretería Meseguer (Bricome), ubicada actualmente en la plaza de Europa, la tendencia al alza del sector es la misma. «La gente le ha visto las orejas al lobo y la venta no ha parado por si vuelve a pasar», confirma José Antonio Meseguer en el negocio fundado por su abuelo en 1950 e impulsado después por su padre, Manuel. En este comercio que sobrevive al paso del tiempo, José Antonio y su hermano Joaquín continúan trabajando bajo la máxima de 'si no lo tenemos, lo buscamos'. Una predisposición a satisfacer a los clientes que, según los propietarios, es fundamental en su larga trayectoria. «Nos movemos mucho; hay que reinventarse para subsistir», resaltan desde una de las ferreterías con más solera de Murcia.

Sobre el 'top ventas' del día que se produjo el apagón, Meseguer detalla que despacharon 3.000 cartuchos de gas, 400 linternas y 200 hornillos. «No dábamos abasto para reponer mercancía», rememora. A día de hoy, afirma que «la gente no está escatimando» a la hora de adquirir productos para el kit de supervivencia doméstico. A lo que el ferretero añade que «lo más buscado ahora mismo es una linterna solar con cargador».

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