Patrimonio quiere obligar a la UCAM a reconstruir El Corralazo de Guadalupe

La propuesta se produce días después de que el Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia (TSJ), a través de la sala de lo Contencioso-Administrativo, confirmara el expediente sancionador abierto por la Consejería de Cultura contra la UCAM por esta infracción contra el patrimonio y confirmara la multa de 126.442 euros a la institución docente que preside José Luis Mendoza. «El único responsable de la infracción es quien ha demolido», sentenciaba el tribunal.

Ahora, reforzada por la resolución del más alto órgano jurisdiccional de la Región, la Consejería de Educación y Cultura, que dirige María Isabel Campuzano, ha retomado el expediente abierto en 2016 y acaba de proponer la íntegra restitución de El Corralazo, después de poner de relieve la gravedad de los hechos cometidos. «La interrelación arquitectónica de ambas edificaciones, el bien catalogado El Corralazo y el monumento de Los Jerónimos, nos refería a un pasado histórico y cultural que explicaba el modo de vida y la actividad agraria de la iglesia y el monasterio en sus orígenes, conformando la torre vigía y el corral ganadero un paisaje que justificaba su presencia y su existencia. De ahí su importancia y significación, que se ha perdido», añade el informe emitido por Patrimonio Histórico.

La resolución de la Consejería abre ahora un plazo de quince días para dar audiencia tanto a la UCAM como al Ayuntamiento de Murcia y a la Asociación para la Protección de la Huerta de Murcia (Huermur), que están personados en ese expediente. Después de analizar las consideraciones de cada una de las partes, Cultura tomará la decisión que corresponda.

Tal y como se establece en la reciente propuesta, si la orden de restitución se acaba confirmando, deberá levantarse de nuevo el edificio El Corralazo, conforme a sus características originales. Especial relevancia se otorga al hecho de que el inmueble «portaba en su torre el escudo heráldico de los condes de Montemar, con águila bicéfala (Bien de Interés Cultural), que según fotos reseñadas en los Informes del Servicio de Patrimonio Histórico aparece eliminado, siendo desconocidos los responsables y la fecha del traslado, encontrándose actualmente en la casa torre, antigua almazara, conocida como Torre de Zoco, en Guadalupe». Los actuales depositarios de ese blasón deberán colaborar activamente en la reposición del mismo en la torre del nuevo edificio.

Este nuevo revés administrativo, todavía no definitivo, podría acabar afectando de manera relevante al proyecto de ampliación del campus universitario de Guadalupe, puesto que la zona en la que se encontraba El Corralazo debía acoger tres nuevos edificios para dar servicio a la institución docente. Estos trabajos llevan ya paralizados varios años, a raíz de los problemas administrativos que ahora se están solventando en el expediente.

Ayer, una vez conocida la propuesta, desde Huermur se destacó que «es un importante paso en una defensa del patrimonio y de la legalidad que se alarga ya demasiados años. Cuando denunciamos el derribo ilegal ya dijimos que defenderíamos el patrimonio por encima de cualquier interés o presión, y así nos hemos mantenido, al igual que lo hicimos cuando tuvimos que salvar en los juzgados el entorno de protección del BIC del monasterio». Huermur advirtió de que en sus alegaciones «defenderemos la reconstrucción 'in situ' de El Corralazo, que implica mantener el mismo lugar y también las cotas, por lo que no podemos entender que se permita la alteración geomorfológica que desconfigura un paisaje protegido dentro de un entorno BIC».

Desde la Universidad Católica recordaron ayer que «el desmonte del terreno donde estaban abandonados los restos de El Corralazo se hizo con licencia municipal». Insisten en que la sentencia todavía no es firme. Y añaden que «en cualquier caso, en 2016 se presentó el proyecto para reedificarlo tal y como establece su ficha de protección en el catálogo».