La declaración como BIC del entorno de la Fuensanta alarga su vía crucis
La solicitud presentada en 2016 por Huermur seguirá sin materializarse tras dos resoluciones administrativas recientes de Bienes Culturales
La ampliación de la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) del santuario de la Fuensanta comienza a adquirir tintes de vía crucis. ... Así, el procedimiento acaba de iniciar una nueva estación de penitencia tras la última resolución de la Dirección General de Bienes Culturales, que puede demorar todo el proceso al menos otro año, atendiendo al curso de los trámites realizados hasta ahora.
La ley autonómica de Patrimonio Cultural de 2007 hacía necesario que la figura de protección de la que ya goza este símbolo de la ciudad y de toda la huerta murciana se ampliara a su entorno. En esta se iban a incluir los terrenos y los elementos construidos desde Cresta del Gallo hasta la carretera de Santo Ángel a Algezares, incluyendo, asimismo, la Fuensanta, los conventos, la Casa del Labrador, la Casa del Cabildo, el Seminario de Verano, las cuestas de subida, el Vía Crucis y el Rosario y el trazado de la Cañada Real que atraviesa esa zona.
A fin de lograr este objetivo, la Asociación para la Conservación de la Huerta y el Patrimonio de Murcia (Huermur) presentó en mayo de 2016 una solicitud para el inicio del correspondiente procedimiento. No fue hasta pasados dos años cuando la Consejería -que tenía un plazo inicial de seis meses- publicó en el Boletín Oficial de la Región de Murcia (BORM) la incoación del expediente, con una intervención previa del Defensor del Pueblo. Apenas diez meses después, en marzo y abril de 2019, la Comunidad emitió dos resoluciones: una cerrando este procedimiento por caducidad y otra abriendo un nuevo expediente para comenzar de nuevo con los trámites necesarios para la ampliación de la protección de la Fuensanta como BIC.
«Mientras esta figura de protección no se apruebe, se pueden permitir las edificaciones en la zona», explica Sergio Pacheco
Huermur recurrió ambas decisiones por la vía administrativa, considerando que el primer 'carpetazo' no estaba justificado y, por tanto, no había razón para la incoación de un nuevo procedimiento. Finalmente, hace tan solo unos días, y con un cambio en los responsables al frente de esta competencia tras las pasadas elecciones autonómicas, el director general de Bienes Culturales, Rafael Gómez, dio la razón a Huermur, enmendando las decisiones del equipo anterior de la Consejería.
Interpretaciones divergentes
Las interpretaciones de los actores implicados acerca de cómo se ha llegado a este punto y sobre lo que va a suponer para la declaración difieren. El presidente de la asociación conservacionista, Sergio Pacheco, destaca las dificultades que están encontrando para que la protección de este enclave se materialicen. «Mientras la modificación de la declaración de BIC no se apruebe, se pueden permitir las edificaciones en el entorno del monumento, que es además uno de los pocos que está sin construir en el municipio», denuncia Pacheco, que atribuye todas estas demoras a las «presiones existentes».
La Consejería defiende que los recursos de la entidad conservacionista solo han servido para demorar aún más las actuaciones
Fuentes de la Consejería reconocen, por su parte, que los recursos de Huermur tenían base y debían ser estimados, pero aseguran que estos solo han servido para demorar aún más las actuaciones, porque «legalmente» no pueden continuar con el expediente cerrado en 2019. «Ya habíamos notificado a los interesados y recibido las correspondientes alegaciones; ahora tocaba sacarlo a exposición pública, pero, tras el recurso, tenemos que volver a empezar por el principio», defienden las mismas fuentes. Y mientras, el santuario, a la 'intemperie'.
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