El barrio murciano que sube la persiana antes de las 5.30 horas
Trabajadores del campo y servicios de limpieza de comunidades, ferroviarios, viajeros, hosteleros, proveedores y placeros del Carmen generan una intensa actividad cuando aún es de noche cerrada
En invierno como en verano, en plena primavera o iniciando el otoño, el barrio del Carmen, en el casco urbano de la ciudad de Murcia, sube la persiana e inicia su actividad siempre de noche cerrada. La confluencia, inédita en cualquier otro núcleo municipal de población, de tres 'despertadores', explica lo adelantado del trasiego y del horario de atención al público de cafeterías y fruterías, entre otros establecimientos. Entre las 5.15 y las 6.45, la calzada, las calles y los carriles bici comienzan a poblarse de trabajadores y generan una actividad asociada a la jornada laboral, y no a los coletazos de la noche, sin parangón en otros núcleos de la ciudad.
Atendiendo a las manecillas del reloj, las primeras concentraciones se dan en la estación de servicio del Rollo, en la que jornaleros y jornaleras migrantes comienzan a ocupar los bordillos de la acera desde las 5 de la mañana, en los meses más cálidos, y rozando las 6 en las estaciones más frías, cuando amanece más tarde. La gasolinera, tradicionalmente Cepsa y ahora Repsol, se convierte en lanzadera de furgonetas que recogen a los trabajadores, en pequeños grupos, para tomar la autovía hacia puntos agrícolas de toda la Región.
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5.30 horasEn la rotonda del Rollo
A las 5.15 empieza Andry Ochoa su jornada. Limpia siete comunidades de vecinos de la zona y termina su jornada laboral cerca de las dos del mediodía. Solo una parada para picar algo, a eso de las nueve de la mañana, le sirve para recargar pilas ya de día. Tiene Andry lleno su cubo y preparados escoba y recogedor cuando Emilio Muñoz Soler sube la persiana del Café Bar Flores, en plena rotonda del Rollo, a las 5.30 horas. Mientras baja sillas y prepara mesas, llega puntual a su cita entre semana Francisco López, de Bollería Reina, que inicia con Emilio el reparto diario de pan y dulces a las 5.40. Trabajadores de hostelería, ferroviarios, agentes judiciales y personal de la cercana comisaría de distrito del Carmen, migrantes que trabajan en almacenes de fruta y operarios de mantenimiento comienzan a hacer sus pedidos en el Flores antes de que repiquen las 6. Uno de ellos es José Daniel, solo Dani para los vecinos de San Pío X, donde es quiosquero e inicia su desempeño a las 6.45. Tampoco falla de lunes a viernes Ousmane, trabajador en la vía férrea entre Torre Pacheco y Balsicas. Emilio le prepara el café alrededor de las 6, tras lo que se va hacia el hospital Mesa del Castillo, punto desde el que sale en coche hacia la localidad pachequera.
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6 horasEstación de tren y plaza Industria
El segundo punto que despierta en el Carmen es la estación de ferrocarril, que poco a poco recobra el pulso perdido durante la pandemia y la fase central de las obras de remodelación asociadas al soterramiento y a la alta velocidad. La primera llegada a terminal, de lunes a viernes y procedente de Cartagena, tiene lugar a las 6.05 horas, y, la primera salida, a las 6.27 horas hacia la estación burgalesa de Rosa Manzano, seguida de la partida del primer tren destino a Alicante, ya a las 6.40.
Casi enfrente de la puerta principal de la estación se encuentra otro de los madrugadores del barrio: Daniel Balsalobre Frutos. Este mes hará 30 años que regenta la Cervecería Dani, abierta al público solo de lunes a viernes hasta las 15 horas desde hace más de diez años. Llega para abrir (6 horas) a las 5.45, pero sus trabajadores empiezan la jornada a las 7. Hasta ese momento, Dani atiende a su clientela fija, viajeros de tren, agentes de policía y trabajadores de Renfe, como los maquinistas Moisés Rodríguez García y Darío Gómez Egea.
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6.45 horasAbastos y Alameda de Capuchinos
El tercer despertador del barrio, como sucede en otros puntos de la ciudad como Verónicas-Malecón, Saavedra Fajardo o San Andrés, es la plaza de abastos. Ubicada en la alameda de Capuchinos, abre al público a las 7 horas y comienza a recibir proveedores minutos antes. Uno de ellos, vital para los placeros, es el servicio de hielo. A cargo de Francisco Ruiz -sénior y júnior-, el reparto llega a la plaza desde la lonja de Hielos Nanuk, en la carretera de Mula, en la que cargan dos veces durante la mañana para dar servicio a los placeros y, a partir de las 9 horas, a bares y restaurantes de varios mercados del municipio. Una de las primeras en llegar a la plaza es Laura Pérez, de la pescadería El Raspa. Lleva 19 años en el Carmen, como antes estuvo en el mercado de Santa Florentina, en Cartagena, y en Islas Menores.
Placeros, trabajadores del campo y de limpieza de comunidades tienen en el entorno una parada para el café en el bar Tanganyka. Paco Martínez Franco, fiel a la madrugada desde hace 42 años, sube la persiana a las 5.15 horas, aunque no sirve alcohol hasta más tarde; tiene claro que su clientela es la 'diurna', y no la del ocio nocturno.