Tras las huellas de la Sublevación Cantonal en Cartagena
Se cumplen 150 años de uno de los grandes sucesos de la Primera República. La ciudad guarda conciencia del sitio y reivindica su trascendencia
La Sublevación Cantonal en Cartagena fue un importante evento histórico que tuvo lugar en el periodo conocido como la Primera República Española (1873-1874). Durante esta época, se produjo un clima de inestabilidad política y social en España que condujo a una serie de movimientos de carácter revolucionario dentro de un ámbito histórico global, no solo a nivel local y nacional sino continental y colonial.
Debemos insistir en que esta sublevación no fue un acontecimiento meramente local; como afirman ya muchos historiadores, se incluye en el ciclo de revoluciones a escala mundial que se suceden en esos momentos, como la Guerra de Secesión norteamericana, la Primera Internacional Obrera, la Comuna de París, el abolicionismo de la esclavitud y la independencia de las colonias. Todos son hechos de enorme relevancia que tuvieron lugar en un muy breve espacio temporal. Y todos tienen en común un espíritu renovador, una sólida disposición en favor de la justicia social y en contra de los abusos de poder.
«La Sublevación Cantonal de Cartagena es un momento clave en la historia de la democracia que durante mucho tiempo fue ignorado», afirma Jeanne Moisand, profesora de Historia Contemporánea de la Universidad La Sorbona de París, no hace muchos días en la presentación de su libro 'Federación o Muerte. Los mundos posibles del cantón de Cartagena (1873)'.
Este acontecimiento histórico tuvo lugar el 12 de julio de 1873 en Cartagena, cuando un grupo de intransigentes republicanos, junto a tropas de la Armada y del Ejército, se sublevaron contra el Gobierno central y proclamaron el cantón independiente. El movimiento recibió el apoyo de diversos sectores de la sociedad, incluyendo obreros, campesinos y un gran número de republicanos federales.
Durante varios meses, Cartagena se mantuvo como un territorio autónomo e independiente del Gobierno central. Se estableció un comité revolucionario que asumió el control político y militar de la ciudad. Se llevaron a cabo reformas sociales y se implementaron medidas para mejorar las condiciones laborales y la calidad de vida de la población.
Llegar a un conocimiento que profundice en el estudio de los elementos que integran la realidad y las raíces de aquella epopeya, peripecia de una increíble sublevación que duró 185 días y que convirtió a la ciudad de Cartagena en el centro de atención mundial, es el objetivo; una revolución que fue más allá de un simple romanticismo, que tuvo a su disposición una increíble capacidad militar con tropas de élite y una escuadra poderosa y que concentró en esa plaza fuerte a una serie de individuos que protagonizaron unas de las más intensas páginas de la convulsa historia de la España de esa época.
Aquella utopía política, vinculada a las grandes revoluciones de la época, es hoy una realidad: la Europa de los pueblos
Contra mitos y leyendas
Pero al margen de los silencios malintencionados, o de las denigraciones sufridas por este movimiento por parte de la historia oficialista, o de la imposición de los mitos y leyendas folclóricas, basados en textos literarios y no documentados, debemos intentar llegar a ver algo más real, osado y consciente: la resistencia y oposición, al final totalmente sola, de una ciudad, Cartagena, al poder central de la Primera República Española. Es algo que, sin duda, merece el derecho de su reconocimiento con todos los honores que esta hazaña revolucionaria merece.
Durante seis meses, Cartagena, al abrigo de sus castillos y sus murallas, defendió heroicamente con su vida un ideal: la constitución federal del Estado Español, aprobada en las Cortes unos meses antes. Quizás una utopía política en aquellos tiempos, pero una realidad hacia la que nos dirigimos en la España de las autonomías y la Unión Europea de nuestros días: la «Europa de los pueblos» que ya preconizaban aquellos 'locos' cantonales cartageneros.
Honremos la memoria de nuestros bisabuelos, su heroísmo o su sacrificio. O simplemente su torpeza a la hora de llevar sus ideales a unas absurdas consecuencias al final de la denominada Sublevación Cantonal en Cartagena, dentro del contexto de la Primera República Española. Es el término de un cruel asedio: 327 inmuebles totalmente destruidos, otros 1.500 seriamente dañados. Solo 27 edificios no sufrirán daños. Atrás quedaban 184 días de sublevación cantonal, 150 de sitio militar y 48 de duro bombardeo artillero, durante el que se arrojaron cerca de 27.000 proyectiles de grueso calibre sobre el interior de la ciudad y sus defensas, así como sobre centenares de víctimas cartageneras entre sus ruinas. Y una bandera roja hecha jirones, en donde todavía se podía leer en letras doradas 'Federación o muerte, Cartagena Cantón y Libertad'.
Este fue el resultado de un levantamiento anticentralista que paradójicamente significó la propia destrucción de quien lo quiso someter, republicanos contra republicanos. Siempre da el mismo resultado en España, un retroceso en sentido reaccionario.
Sin embargo, la Sublevación Cantonal de Cartagena no logró extenderse a otras partes del país y el Gobierno central respondió enviando más tropas para sofocarla. Tras varios meses de asedio, en enero de 1874, el Ejército del Gobierno retomó el control de la ciudad y puso fin a la rebelión.
A pesar de su derrota, la Sublevación Cantonal dejó en Cartagena un legado significativo. Es recordado como un momento importante en la historia de la ciudad y es objeto de estudio e interés por parte de historiadores y aficionados a la historia local.
Más allá de la propia destrucción parcial de todos los edificios y los centenares de víctimas civiles, las huellas de esta sublevación siempre han estado manchadas de leyendas, tergiversaciones, falsedades y mitologías literarias. La realidad silenciada ha ocultado la verdadera historia y el importante significado político e histórico, tanto a nivel nacional como internacional, que tuvo en el contexto de la Primera República Española.
La Sublevación Cantonal de Cartagena fue parte de un movimiento más amplio de carácter federalista y regionalista que buscaba descentralizar el poder y otorgar mayor autonomía a las regiones de España, convertidas en naciones. Se buscaba un gobierno autónomo y local, alejado del control centralizado de Madrid, un poder emanado desde abajo hacia arriba, empezando por la autonomía municipal.
Hubo reivindicación social y laboral. Los sublevados implementaron reformas para mejorar las condiciones de trabajo, luchar contra la explotación de las clases desfavorecidas, promover la igualdad social, la separación de Iglesia y Estado, la abolición de la esclavitud y del trabajo infantil e incluso implementar el divorcio entre otras medidas.
También tuvo un significado político al ser parte de un movimiento federalista y localista que buscaba descentralizar el poder en España.
El acontecimiento tuvo un impacto en la arquitectura y el patrimonio de Cartagena. El 70% de los edificios de la ciudad quedaron en estado de ruina. Tras este bombardeo la ciudad se reedificó, surgiendo toda una arquitectura de estilo modernista que en parte se conserva.
Identidad y conciencia histórica es otra herencia transmitida a través de generaciones y que forma parte del acervo cultural e histórico de Cartagena. Esto se refleja en el interés por la historia local, las investigaciones académicas y la divulgación en museos y centros culturales, generando actualmente actividades culturales y turísticas.
También hay una conciencia política con reivindicaciones locales; la historia del cantón ha sido utilizada en el discurso político y social para reivindicar la autonomía y el reconocimiento de la identidad de Cartagena, sobre todo desde la llamada Transición política española de finales del siglo XX.
Podríamos hablar de huellas tangibles e intangibles que permanecen presentes en Cartagena después de estos 150 años y que contribuyen a mantener viva la memoria de aquellos acontecimientos y a enriquecer la comprensión de la historia de la ciudad.
Orgulloso legado
El sentimiento cantonal en Cartagena ha tenido un impacto significativo en la identidad local y en la conciencia histórica de sus habitantes. Aunque es importante tener en cuenta que las opiniones y los sentimientos pueden variar entre individuos, en general, existe un sentido de orgullo y valoración por el legado cantonal en la ciudad.
Pero para seguir profundizando en el rastreo de todas esas marcas que nos sirvan para desterrar falsedades y mitos presentes hoy día tendríamos que seguir fomentando y apoyando la investigación histórica rigurosa y objetiva sobre la Sublevación Cantonal. Esto implica recopilar y analizar fuentes primarias, documentación histórica y testimonios para obtener una visión más precisa de los acontecimientos y desmentir falsedades o mitos.
Divulgación y educación: organizar charlas, conferencias y coloquios sobre la sublevación cantonal dirigidos a la comunidad local, así como a estudiantes y docentes. Estas actividades pueden proporcionar información precisa y actualizada, desmitificando ideas erróneas o distorsionadas sobre el evento histórico.
Exposiciones y museos: crear exposiciones temporales o permanentes en museos y centros culturales dedicados a la Sublevación Cantonal. Estas muestras pueden exhibir documentos, objetos históricos y material audiovisual que ayuden a comprender y contextualizar los acontecimientos.
Señalización y cartelería: colocar placas y leyendas en lugares emblemáticos de la ciudad relacionados con la rebelión. Pueden brindar datos históricos precisos y ayudar a los visitantes y residentes a comprender la importancia de esos sitios.
Publicaciones y recursos educativos: fomentar la creación y difusión de publicaciones, artículos y recursos educativos que aborden la Sublevación Cantonal de manera objetiva y rigurosa. Estos materiales pueden ser utilizados en instituciones educativas y estar disponibles para el público en general.
Participación en eventos conmemorativos: sumarse a actividades conmemorativas anuales de la Sublevación Cantonal. Podrían incluir desfiles, recreaciones históricas, lecturas de manifiestos y otras actividades que permiten mantener viva la memoria histórica y reivindicar el legado de esta sublevación.
Uso de medios digitales y redes sociales: utilizar plataformas digitales y redes sociales para difundir información veraz y corregir falsedades o mitos sobre la Sublevación Cantonal. Compartir artículos, investigaciones y recursos educativos confiables puede ayudar a llegar a un público más amplio y promover una visión más precisa de los acontecimientos.
Todo ese tipo de acciones pueden contribuir a reivindicar la memoria histórica de la Sublevación Cantonal, así como a desechar falsedades y mitos asociados, haciendo posible el encontrar las verdaderas huellas de este momento clave en la historia de esta ciudad de una forma objetiva y rigurosa. Así se honraría a aquellos que participaron en estos acontecimientos y se preservaría la identidad histórica de Cartagena. Los mástiles de respeto del Palacio Consistorial exhibirán el próximo miércoles una réplica de la bandera que se enarboló en el antiguo Ayuntamiento en 1873.
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