Sabic inicia las salidas de los 112 afectados por el ERE y la reubicación de otro centenar

Mientras, un número similar de trabajadores serán reubicados en otros puestos de las dos únicas plantas de producción que quedan en marcha, de las cuatro que había. Se trata de la Lexan 1, donde producen policarbonatos utilizados principalmente en la fabricación de componentes para la industria del automóvil, y de la de Compounding. Esta fue la primera construida en el complejo, en 1994, y en la que fabrican productos como la resina 'Cycoloy', un material que es destinado a sectores como la automoción, la electrónica, la edificación, la construcción, el transporte y la salud.

Así que, no será hasta finales de este año, cuando la normalidad vuelva a la empresa, donde una vez acabado el proceso de salida, el número de trabajadores se verá reducido a menos de 500. Hace tan solo cuatro años, a principios de 2020, la cantidad de empleados de la plantilla era casi de ochocientos.

Eso era cuando estaban las cuatro plantas a pleno rendimiento y el fantasma de la deslocalización, el mayor temor ahora por los trabajadores, aún no existía. Esta situación no solo afectará al empleo directo, sino también y muy especialmente a los miles de trabajadores de empresas auxiliares vinculados a las tareas de mantenimiento, inspecciones y grandes paradas de modernización de instalaciones. Estas son realizadas por la multinacional en el complejo cada cierto tiempo, conforme a las exigencias marcadas por el Ministerio de Industria para la inspección y modernización de equipos.

El acuerdo alcanzado para evitar despidos consistió en que los 112 empleados afectados por el cierre definitivo de la planta de producción Lexan 2 entrarían en un plan de recolocación en otros puestos de la empresa así como en un programa de rentas. En este último se verían afectados los mayores de 56 años. Los que se han decantado por esa opción recibirán unas indemnizaciones de 45 días por año trabajado, con el límite de 30 mensualidades.

El pacto sellado se prolongaría hasta el 31 de diciembre de 2024. Según fuentes del comité de empresa, los que han optado por esta idea terminarían su vida laboral y hasta su jubilación total estarían cobrando el 80% de su sueldo actual. Además, seguirían cotizando. Todo ello, a costa de la empresa. «Este ha sido un proceso voluntario», aseguró el presiente del comité, Pascual Sánchez.

Ahora, una vez casi solventado el segundo ERE en menos de tres años sin que ningún trabajador afectado vaya al paro de manera forzosa, lo que exigen los trabajadores es un plan de viabilidad para asegurar el futuro de la fábrica y evitar más cierres de plantas en los próximos años. Quieren que la factoría de plásticos ultrarresistentes, una de la más importante de la Región de Murcia –su producción representa un 2% del PIB de la Comunidad–, siga funcionando sin dudas durante los próximos años.

El cierre definitivo de la planta Lexan 2, anunciado por la empresa a mediados del pasado año alegando falta de rentabilidad de sus productos, tuvo lugar tres años y medio después de que la multinacional presentara un ERE que afectó a 92 trabajadores. Esto provocó el cierre de su planta más moderna, la de fabricación de plásticos ultrarresistentes de última generación Ultem. En aquel primer ERE no hubo despidos, solo recolocaciones, como también ha ocurrido ahora.

Después de esa medida le siguieron dos expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). El primero se prolongó del 1 de enero al 30 de junio del pasado año y afectó a 250 trabajadores. El segundo ERTE es el que acabó el pasado mes de diciembre y que también afectó a un número similar que el anterior. Finalmente, todo ello ha terminado, al menos por ahora, con otro ERE.

El logro de que en el expediente de regulación de empleo (ERE) presentado por Sabic no haya despidos no será excusa para que los trabajadores bajen la guardia. Continuarán con su labor de recabar apoyos entre las administraciones, partidos políticos y otras instituciones para evitar «la deslocalización de la empresa» hacia otras zonas productoras en las que la multinacional saudí también tiene intereses productivos y comerciales, como son China y Asia Pacífico. Así que, tras reunirse a principios del pasado mes de enero con representantes del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso de los Diputados, esperan que «el resto de grupos parlamentarios se unan y propongan una moción conjunta en favor del futuro de Sabic Cartagena», explicó el presidente del comité de empresa, Pascual Sánchez.

Están convencidos de que el cierre definitivo de Lexan 2, una planta que fabricaba policarbonatos usados en la producción de componentes para la industria del automóvil, «es una deslocalización encubierta» y temen que detrás de este nuevo ERE haya planes de la compañía para trasladar la mayor parte de la producción.

Temen eso porque hace tres años, aproximadamente, además de modernizar su planta de Indiana (Estados Unidos), dedicada únicamente a la resina Ultem, la compañía invirtió en la construcción de otra planta en Singapur, en el sur de Asia, similar a la que cerró en La Aljorra. El objetivo es incrementar un 50% su producción mundial de este tipo de plásticos ultrarresistentes a altas temperaturas. Las nuevas instalaciones entraron en funcionamiento en la primera mitad del año 2021. China es uno de los principales clientes de Sabic Cartagena, que produce todavía buena parte este tipo de material que vende la firma saudí en todo el mundo.