Empieza la expropiación de 109 parcelas del Carmolí para preservarlo y darle uso turístico

Este paraje es, en buena parte, propiedad del Ministerio de Defensa, dado que hasta la segunda mitad del siglo XX acogió una base de hidroaviones. Sin embargo, también hay un buen número de propietarios particulares que deberán acudir dentro de tres semanas a dependencias municipales para conocer los términos de las gestiones que ha iniciado la Comunidad Autónoma e iniciar la negociación de un justiprecio. En los criterios de valoración se incluirán las edificaciones e infraestructuras de valor que puedan acreditar.

El Consejo de Gobierno aprobó, el pasado 26 de mayo, el inicio de la fase de exposición pública preceptiva de la relación de bienes y derechos de los terrenos que pretende adquirir. También el procedimiento para enviar las notificaciones individualizadas a los propietarios. Todos deben saber ya que están sometidos a un proceso irreversible.

El presidente regional, Fernando López Miras, anunció el año pasado, junto a la alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, «el rescate de este paraje del Carmolí, que estaba en proceso de volver a manos privadas». El objetivo es «seguir avanzando en la puesta en marcha del proyecto de recuperación de este gran humedal, con el que se pretende potenciar los valores ambientales de un ecosistema único en el mundo y preservar este entorno privilegiado». Así aparece reflejado en la reseña de la reunión del ejecutivo, que a finales de mayo dio el visto bueno al proceso de expropiaciones.

La iniciativa responde al objetivo general de apoyar la restauración ambiental del Mar Menor e impulsar su calidad paisajística. Esto se llevará a buen término con la aplicación de las denominadas 'Soluciones Basadas en la Naturaleza' (SBN) para la recuperación de espacios deteriorados y degradados, en consonancia con el Pacto Verde de la Unión Europea y la Estrategia de Arquitectura y Construcción Sostenible de la Región de Murcia (EACS), según establece el citado acuerdo del Gobierno regional.

La Comunidad Autónoma lleva a cabo de esta manera un proyecto que se corresponde con la estrategia que anunció hace un par de años el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) de adquirir y renaturalizar franjas de litoral del Mar Menor para mitigar su degradación. El objetivo es crear pulmones verdes que compensen la existencia de amplias áreas edificadas, que ejercen una considerable presión urbanística. Esta se suma a la que supone la concentración de agua dulce y de nutrientes debida a los vertidos continuados a la laguna salada.

La Comunidad Autónoma cuenta con un plan director para actuar en las 310 hectáreas que forman este emplazamiento protegido. El documento redactado incluye tanto su conservación ambiental como los usos turísticos que se aplicarán y que serán respetuosos con su hábitat.

Los estudios preliminares consideran imprescindible mantener esta zona como filtro verde que siga ejerciendo un papel protector sobre el entorno de forma natural. Pero al mismo tiempo, se pretende divulgar sus valores ambientales y convertirlo en un polo de atracción del turismo de naturaleza, con la creación de un punto de información similar al existente en el Parque Regional de Calblanque y de un centro de interpretación. Ambos quedarían ubicados en el antiguo edificio de Aduanas, actualmente en estado ruinoso.

Estas instalaciones permitirán que los visitantes conozcan la historia del paraje y los usos que tuvo en el pasado. Si es posible, se habilitará un área para presentaciones y eventos relacionados con la gobernanza del Mar Menor. Asimismo, se propone la restauración de la antigua pista del aeródromo y la colocación de uno o varios aviones de época. También la recreación de otros elementos que recuerden el uso militar del pasado.

El plan de la Comunidad es que la Marina del Carmolí no sea un espacio aislado. Entre los proyectos para facilitar su conexión con el entorno está la creación de una senda que lleve desde el humedal hasta la cumbre del monte Carmolí, donde se habilitará un mirador que proporcionará buenas vistas sobre la laguna. A lo largo del paraje se crearán senderos de madera elevados sobre el terreno, también como los que hay en Calblanque, para que los peatones puedan moverse por todo el paraje.

Este emplazamiento ha pasado desapercibido durante décadas, como una mera zona litoral de transición entre Cartagena y Los Alcázares. Sin embargo, atesora valores naturales como la proliferación del cornical, el palmito, el oroval y el chumberillo de lobo, así como la sosa, la salicornia, la lechuga de mar, el abardinal, la siempreviva morada, el cambrón y el taray, entre las muestras principales de flora autóctona El ave más característica es la canastera, que llegó a desaparecer en la Región de Murcia y que ya cuenta con veinte parejas, pero hay muchas especies más que encuentran aquí un lugar ideal.