Los ocho caminos de la peregrinación a Caravaca de la Cruz

Es por ello que tanto desde la localidad como desde el Instituto de Turismo de la Región y la Diócesis han preparado diversos recursos y servicios para facilitar la ruta a los peregrinos, cuya afluencia se espera que siga creciendo en los próximos meses. La primera peregrinación tras la concesión papal se celebró en 2003, aunque hay documentos que datan del siglo XIV en los que se habla de fieles que acudían a la ciudad para visitar la antigua capilla medieval, sobre la que se construyó la actual basílica, que guardaba entre sus muros un 'lignum crucis', es decir, un fragmento de la cruz de Jesucristo.

Fue el pasado 7 de enero cuando arrancó oficialmente el tiempo de peregrinación con un acto oficial que anunciaba que la Región de Murcia estaba lista para acoger a aquellos que deseen obtener la indulgencia plenaria y recorran uno de los ocho itinerarios que componen el Camino de la Cruz y que ofrecen al visitante la posibilidad de conocer a fondo la Comunidad a través de sus paisajes, monumentos, tradiciones y gastronomía. LA VERDAD ha elaborado una guía con todos los recorridos, puntos de interés e información práctica para el peregrino.

Cada ruta, con una duración y dificultad diferentes, se caracteriza por regalar al peregrino distintas experiencias según se aproxima a su destino. Así, mientras que el Espiritual del Sur lleva al senderista a través de diversos pueblos de gran riqueza arqueológica y cultural que están íntimamente ligados al inicio del cristianismo en España, el del Levante, el más desarrollado y equipado de los ocho y apto para hacer con niños, proporciona un acercamiento a la tradición de la huerta de Murcia y su pasado árabe con su sistema de regadío y a la cultura del vino a su paso por Bullas. El del Lignum Crucis permite al peregrino disfrutar de los peculiares paisajes semidesérticos de la zona de Abanilla.

Por su parte, el de San Juan de la Cruz, con influencia levantina, andaluza y manchega, sigue los pasos del carmelita y poeta, que en el siglo XVI recorrió al menos en siete ocasiones estos caminos adentrándose en la riqueza paisajística de la sierra de Segura.

El del Apóstol, que será rebautizado como del Mediterráneo, parte de la dársena del mismo nombre en el barrio de Santa Lucía de Cartagena donde, según la leyenda, se produjo la llegada del apóstol Santiago a la Península Ibérica. Este atraviesa diversos paisajes de la Región como el Campo de Cartagena o zonas de las tierras altas.

Además, entre las rutas oficiales se encuentran el camino del Argar, que parte de Lorca, y el de los Vélez, cuyo origen se halla en la localidad almeriense de Vélez-Blanco. Ambos están recomendados para hacerse en bicicleta. El octavo es el de la Vera Cruz, ideado en origen para cubrirlo en 30 días, ya que recorre unos 900 kilómetros y se inicia en Roncesvalles.

Los ocho caminos proponen al visitante diferentes acercamientos a la cultura local de la zona mientras se dirigen a la ciudad santa, título que Caravaca ostenta junto con Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela y Santo Toribio de Liébana.

Aquellos que vayan a iniciar la peregrinación deben saber que para conseguir la indulgencia plenaria no basta con ajustarse las botas y la mochila y comenzar el camino. Se debe realizar la peregrinación con fe o en actitud de búsqueda por alguno de los recorridos establecidos que llevan a la basílica de la Vera Cruz y asistir a la misa del peregrino que se oficiará en el citado templo.

Además, una parte indispensable para 'ganarse' el Jubileo es solicitar la Credencial del Peregrino para poder sellarla en las distintas etapas del camino. Este documento oficial expedido por la Diócesis de Cartagena para quienes peregrinen a pie, en bicicleta o a caballo hasta la Basílica se puede conseguir en la Librería Diocesana de la Plaza del Cardenal Belluga de Murcia, así como en la Vicaría Episcopal de Cartagena, ubicada en la calle doctor Luis Calandre. Asimismo, las parroquias podrán solicitar la credencial para los fieles que así lo deseen e incluso se puede pedir su envío por correo postal, que tendría un importe de seis euros. La obtención de la credencial además lleva aparejado un donativo de dos euros por documento.

Para este año jubilar también está previsto que se lance una aplicación para Android e iOs para poder tener la credencial en formato digital, de modo que los peregrinos puedan gestionarla desde su propio móvil, aunque aún no se encuentra disponible.

A lo largo del camino, la credencial se podrá sellar en puntos específicos. En el caso del Camino del Levante, el más popular, estos están determinados de manera oficial. Sin embargo, para el resto de itinerarios los puntos de sellado no están definidos. Desde la Fundación de Caravaca Jubilar han establecido el siguiente criterio para rubricar el documento: se da preferencia a obtener el sello en lugares religiosos como iglesias o monasterios; en segundo lugar se encontrarán ayuntamientos y oficinas de turismo municipales. Si no puede conseguirlo en estas ubicaciones, el caminante podrá obtener el sello correspondiente en el lugar en el que se aloje y, por último, en el establecimiento hostelero en el que se detenga a reponer fuerzas. En estos últimos dos casos, la propia fundación señala que bastará con el sello propio del negocio que se emplee en documentos oficiales como facturas, ya que servirá para acreditar su paso por el lugar en un día concreto.

Cumplidas estas condiciones, el viajero podrá solicitar en la Basílica de la Vera Cruz y en el Centro de Acogida del Peregrino la 'caravacensis', que certifica de manera oficial que ha logrado el Jubileo perpetuo. Su coste es de dos euros y junto al certificado se hace entrega al peregrino de una bolsa de arroz con Denominación de Origen de Calasparra.

En el documento que acredita la obtención de la 'caravacensis' se representa el Milagro de la Aparición de la Cruz de Caravaca, con dos ángeles sosteniendo el 'lignum crucis'. En la esquina superior izquierda se hace referencia a la Cruz de la Orden del Temple, muy ligada a peregrinación a la ciudad santa. Justo debajo se encuentra la figura de San Juan de la Cruz, con estrechos vínculos también con la villa y que da nombre a uno de los ocho caminos que llevan a la Basílica.

Bajo el místico se dibuja la silueta de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, muy ligada también a Caravaca desde el siglo XVI. En la parte baja del documento se puede ver una alegoría de la universalización de la Cruz de Caravaca en el mundo y a su derecha se refleja a San Francisco de Asís, padre los franciscanos, una de las órdenes más importantes del cristianismo y que tiene presencia en la ciudad desde el siglo XVI, ahora mediante su rama femenina: las monjas clarisas.

Sobre San Francisco de Asís se encuentra Santa Teresa de Jesús. La mística fundó la Orden de Carmelitas Descalzos, cuyo convento en la localidad se encuentra actualmente a los pies del Santuario de la Vera Cruz. Finalmente en la esquina superior derecha se representa la Cruz de la Orden de Santiago, ciudad santa con la que Caravaca mantiene una estrecha relación por ser lugares de peregrinaje y por creerse que el apóstol Santiago inició la evangelización de la Península en la Región.

Si por el contrario no se cumple con los requisitos arriba mencionados, se ha hecho el camino de manera turística o deportiva o en transporte motorizado, tanto en el Centro de Acogida como en la propia Basílica se podrá solicitar el diploma firmado por la Real e Ilustre Cofradía de la Santísima y Vera Cruz que acredita que se ha acudido al templo.

La experiencia del camino no acaba al llegar a la Basílica de la Vera Cruz y asistir a la misa del peregrino. La ciudad abre sus brazos a los visitantes con una amplia oferta de exposiciones, recreaciones, degustaciones y visitas guiadas en torno al Jubileo que se irán actualizando a lo largo del año santo.

Desde el Ayuntamiento consideran, además, que es una buena oportunidad para dar a conocer otros encantos de la villa como el Museo de los Caballos del Vino, el Museo Arqueológico, su conjunto histórico, el Museo de Barranda y el paraje de las Fuentes del Marqués. Destacan también su gastronomía, en la que sobresalen las migas ruleras, los potajes, la tartera (un asado de cordero y patatas acompañado de alioli) y los arroces, así como las yemas y los alfajores para cerrar con una nota dulce la experiencia del peregrino.