Una finca de cítricos invade una rambla en el término municipal de Torre Pacheco; el vallado atraviesa el cauce. J. M. Rodríguez / AGM

El Campo de Cartagena acumula más de 150 km de ramblas ocupadas o alteradas

El Ministerio lleva a cabo un inventario de cauces públicos que han quedado dañados por la actividad agrícola intensiva

Lunes, 12 de febrero 2024, 00:47

El curso del agua en el Campo de Cartagena ha quedado profundamente alterado con el desarrollo durante décadas de la actividad agrícola en la comarca, ... junto con otros factores como la construcción de carreteras o el avance del suelo urbano. El Ministerio para la Transición Ecológica ha encargado un primer inventario de cauces públicos en la cuenca del Mar Menor que pretende revisar 346,7 kilómetros de vías de escorrentías. El objetivo es saber qué tramos se pueden proteger para más tarde poder recuperarlos. Con los avances realizados, el departamento de la ministra Teresa Ribera considera que un 45,7% de esas vías estudiadas, es decir, 158,39 kilómetros, podrían «reunir las condiciones para considerarse dominio público hidráulico».

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La capacidad de drenaje en la cuenca se ha ido perdiendo conforme se ponían en explotación más terrenos agrícolas, que aplanaban la superficie, recortando la posibilidad de retener las escorrentías. Esos cauces estudiados hasta ahora presentan deficiencias por estar alterados u ocupados por alguna actividad donde la mano del ser humano ha tenido algo que ver. «Se está realizando un repaso histórico a la evolución, tanto de las morfologías como de los usos del suelo en las vaguadas, la red de drenaje y las ramblas del Campo de Cartagena», señala el Ministerio en su ultimo informe sobre las medidas que están implementando en el Mar Menor y su cuenca.

El objetivo pasa por acometer un deslinde en estos cauces, priorizando los que más valor ecológico tengan

La empresa semipública Tragsa se está haciendo cargo de este proyecto de restauración fluvial. El inventario dará pie, en una etapa posterior, a un nuevo proceso de delimitación de los cauces de la comarca para que pasen a ser gestionados por las administraciones públicas. En una última fase, la intención del Ministerio es deslindar aquellos que se pueden proteger, priorizando algunas zonas en base a varios criterios: por motivos de recuperación ambiental, de fomento de la conectividad ecológica o por el desarrollo de algunos proyectos asociados que está realizando el Gobierno central en el entorno de la laguna salada. Por lo pronto, continúan los trabajos para deslindar un tramo de 2,75 kilómetros en la rambla de La Maraña y otro de 4,5 kilómetros en la rambla de Cobatillas.

Las escorrentías

La empresa Tragsa ya alertó en un informe interno del Ministerio que toda la red de drenaje de la cuenca, «en su estado previo a la ocupación con actividades de agricultura intensiva de regadío», tenía la capacidad de almacenar entre 30 y 60 hectómetros cúbicos, algo que se ha perdido. Recuperar esta capacidad de almacenamiento supondría, señala la mercantil, «actuar sobre unos 300 kilómetros de cauces y vaguadas», un trabajo costoso y muy difícil de acometer. Por lo pronto, las tareas se centran en actuar sobre las principales ramblas.

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  1. Rebajarán las motas de la cabecera del Albujón para retener sedimentos

La Confederación Hidrográfica del Segura continúa con su intervención en la rambla del Albujón, donde los tramos altos del cauce se van a transformar para lograr más retención de agua y sedimentos y evitar su llegada al Mar Menor. Estas actuaciones contemplan la creación de zonas de laminación aguas arriba del cauce donde, para aumentar la llanura de inundación, se prevé rebajar las motas, complementando con la plantación de vegetación. Otra actuación que se está llevando a cabo es la creación de un filtro verde con alta capacidad de retención en el Estrecho de Fuente Álamo. «El proyecto está redactado y está previsto iniciar en breve la tramitación ambiental, que seguirá el procedimiento de Evaluación Ambiental Simplificada», informan desde el Ministerio.

  1. Una red de 60 puntos de control vigilará los niveles de los acuíferos Cuartenario y Plioceno

La cuenca del Mar Menor cuenta desde hace poco con una red de control con más de 60 puntos de muestreo para los acuíferos Cuartenario y Plioceno. Por el momento, se han llevado a cabo cinco campañas de seguimiento, controlando aguas bajas y altas, de los niveles de ambos acuíferos, así como de su calidad química: «Estos datos serán empleados en la calibración de las modelizaciones numéricas» del subsuelo de la comarca, remarcan desde la Dirección General del Agua. En estos momentos, se está llevando a cabo una sexta campaña de seguimiento, «tanto de control de niveles del agua como de calidad química».

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En octubre de 2023, comenzaron los trabajos de prospección para la investigación de los acuíferos Plioceno y Andaluciense. Hasta la fecha, se llevan efectuadas diez tomografías eléctricas. Sobre las mismas fechas, también se terminaron de construir siete nuevos sondeos de investigación, distribuidos a lo largo de la superficie de la masa de agua subterránea, para profundizar en el conocimiento de las litologías del acuífero Cuaternario. «En los sondeos, se han efectuado pruebas para determinar la permeabilidad de cada tramo litológico encontrado y se han tomado muestras de suelos a diferente profundidad para establecer la evolución en la vertical del contenido de nitratos y fosfatos», remarcan.

El Ministerio también tiene previsto ejecutar 29 sondeos de investigación hidrogeológica a lo largo de la masa de agua con profundidades comprendidas entre 40 y 300 metros. Se están ultimando sus ubicaciones con los ayuntamientos y se están tramitando los permisos necesarios para su construcción, apuntan. Además, se ha iniciado el desarrollo del modelo numérico de aguas subterráneas del Campo de Cartagena que ayude a entender el comportamiento del subsuelo de la comarca.

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