Tensión en la Asamblea por un gesto ofensivo de Diego Conesa a Alberto Castillo
El presidente llamó al orden al portavoz del PSOE cuando este se llevó la mano a la cara en protesta por no amparar a un diputado de su grupo
Apenas dos semanas después de la polémica por las faltas de respeto y los insultos protagonizados por varios concejales en los plenos de los Ayuntamientos de Cartagena y Murcia, la sesión de la Asamblea Regional se vio enturbiada este miércoles por un gesto ofensivo del portavoz del PSOE, Diego Conesa, hacia el presidente, Alberto Castillo.
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Contrariado, este último llamó al orden al líder socialista por haberse llevado la mano izquierda a la cara repetidamente, en protesta por una decisión suya. «Señor Conesa. Es una falta de respeto que usted haga alusión a mí haciendo así. Le llamo al orden por primera vez», avisó Castillo a Conesa, alzando el índice de su mano derecha. Y añadió, en otro gesto inequívoco con sus dedos y arqueando las cejas: «Faltas de respeto no voy a permitir ni esto, ni esto». Y tras dar la palabra al diputado Francisco Álvarez, expulsado de Ciudadanos como él tras no apoyar la moción de censura al Gobierno regional de Fernando López Miras, del PP, Castillo abrió los brazos, pidiendo explicaciones a Conesa. Y este hizo un gesto parecido.
El rifirrafe tuvo su origen en una alusión de Álvarez al parlamentario socialista Francisco Lucas, a propósito de unas supuestas afirmaciones en las que este habría adelantado que su grupo respaldaría en el Pleno el Pacto Regional por la Justicia, algo que no ocurrió. «Nosotros teníamos constancia, y lo voy a decir públicamente, por algún miembro de su grupo, de que iban a votar a favor de este pacto», dijo Álvarez desde el atril en respuesta a la socialista Virginia Lopo, que había defendido el rechazo de su formación a remitir a la propuesta del PP de remitir ese acuerdo al Gobierno de España para aumentar el número de juzgados, jueces y fiscales.
El problema es que Álvarez no se dirigió a Lopo sino a Lucas. «Le miro a usted, señor Lucas, le miro a usted. Yo estaba presente cuando usted dijo esas palabras. Le miro a usted. Le miro a usted, yo estaba presente…». Ante esta mención expresa a un diputado distinto al que había hecho uso de la palabra, la bancada solialista protestó de forma enérgica. Y Castillo intervino para recordar que el Reglamento de la Cámara impide esas referencias, pues el aludido no tiene la oportunidad de replicar: «Por favor, ruego no entablen diálogo escaño-tribuna. Señor Lucas, no puede usted entablar diálogo y lo sabe, por favor».
Alusiones a Francisco Lucas
Como jefe de filas y tras escuchar a Castillo, Conesa redobló las quejas de su grupo. Y el presidente se dirigió a él, en un rifirrafe verbal que iba a más. «Hombre, el compareciente puede decir lo que quiera, señor Conesa, hasta ahí podríamos llegar. Lo que no se puede es entablar diálogo. Después responden ustedes desde el atril», afirmó Castillo, quien recibió los aplausos del PP y de sus aliados.
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Entonces, Conesa reaccionó airado y se llevó la mano a la cara. Tras la llamada al orden, Conesa acató el aviso y la controversia quedó ahí. Pero minutos después, el líder de los socialistas murcianos pidió la palabra por alusiones y leyó el artículo 90.5 del Reglamento de la Asamblea, que regula las intervenciones de sus miembros. Recordó que, según este texto, «los diputados evitarán dirigirse personalizadamente a otras diputadas o diputados». «Eso es lo que ha hecho el señor Álvarez con un diputado que no tenía el turno de la palabra. Y esa es la situación a la que estábamos aludiendo. Se lo indico, señor Castillo, porque es usted el presidente, tiene que hacer cumplir el reglamento y no lo que le indique en cada momento el señor portavoz del Partido Popular [Joaquín Segado]», manifestó Conesa, aplaudido por sus compañeros. Castillo optó por dar por terminada la polémica: «No me hagan alusiones ni me hagan intervenciones, no».
Tras el Pleno, preguntado por LA VERDAD acerca de su gesto despectivo hacia el presidente del parlamento regional, Conesa manifestó: «El señor. Castillo no ha tenido su mejor día. Hoy, más que nunca, ha visualizado un tratamiento desigual con varios diputados, inaceptable y no ajustado al Reglamento de la Cámara, como le he señalado».
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