Afectados por accidentes de tráfico en la Región de Murcia llaman a la prudencia: «La gente no valora lo que puede perder»
La siniestralidad vial deja cada año cerca de medio centenar de muertos y 200 heridos graves en la Comunidad, impulsada por la falta de precaución, las distracciones y el consumo creciente de alcohol y drogas
Andrea Pérez descolgó la llamada que nadie quiere recibir la mañana del 29 de febrero de 2020. Era sábado y su padre, Eduardo, se echó ese día a la espalda otro madrugón para llegar a las seis de la mañana a su puesto como obrador en Hipercor del centro comercial El Tiro, en Murcia. «Iba a coger la moto pero, como hacía frío, se llevó el coche», rememora su hija desde su casa en la pedanía murciana de Algezares. Un fallo en el alternador de su Volkswagen Golf dejó a Eduardo tirado en mitad de la autovía A-7, en un enclave cercano a su lugar de trabajo que, remarca Andrea, está considerado un punto negro de la red de carreteras. Tras poner las luces de emergencia, llamó al 112 y a su compañera para advertirle del percance y aguardó dentro del automóvil una ayuda que llegaría tarde. «Entiendo que tenía que ir despistado porque no lo vio». Otro conductor embistió el coche de este vecino del murciano barrio del Progreso, que falleció en el golpe dejando atrás a su mujer y sus dos hijas. «No le deseo a nadie lo que yo sentí al recibir esa llamada», reconoce Andrea con los ojos a punto de desbordarse. «Es el mayor golpe que me he llevado en mi vida».
Este accidente supuso un antes y un después para esta familia «muy unida» que tuvo que asumir lo inasumible. Eduardo disfrutaba en esos momentos de su vida del placer de ver crecer a su primer nieto. «Estaba loco con él». Apenas trece días después del siniestro en el que falleció su padre la epidemia de Covid estalló, poniendo el país del revés e imponiendo un encierro y aislamiento social que, reconoce Andrea, le tuvo sin cuidado. «Me vino bien porque no había planes sociales», recalca. «Estuve un año tomando medicación y pasando el duelo». La joven, que en ese momento tenía 25 años, consiguió sacar adelante la carrera que cursaba y convertirse en enfermera. «Me propuse seguir avanzando porque es lo que él habría querido», recalca. Casi seis años después, pese al dolor, Andrea ha aprendido a vivir con la pérdida. «Pienso que él sigue estando conmigo en todo lo que hago», revela con una media sonrisa. «Es el único consuelo que te queda cuando alguien te falta».

Evolución de la siniestralidad en las carreteras de la Región
Fallecidos (comparativa hasta el 17 de septiembre)
Heridos graves
-12,5%
-19,1%
48
42
251
203
2024
2025
2024
2025
Siniestros con peatones heridos graves
Siniestros con peatones fallecidos
-3,7%
-28,6%
26
7
27
5
2024
2025
2024
2025
Pruebas de alcoholemia realizadas
2024 (año completo)
195.090
2.445 positivas (1,25%)
2025 (hasta 14 de septiembre)
131.450
1.732 positivas (1,32%)
Pruebas de drogas realizadas
2024 (año completo)
3.124
1.448 positivas (46,30%)
2025 (hasta 14 de septiembre)
3.951
1.401 positivas (35,40%)
Presencia de tóxicos en siniestros mortales
(sobre las víctimas sometidas a análisis por el IML)
43,90%
33,80%
2024
(año completo)
2025
(hasta 14 de septiembre)
Fuente: Dirección General de Tráfico (DGT).

Evolución de la siniestralidad en las carreteras de la Región
Fallecidos (comparativa hasta el 17 de septiembre)
Heridos graves
-12,5%
-19,1%
48
42
251
203
2024
2025
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2025
Siniestros con peatones heridos graves
Siniestros con peatones fallecidos
-3,7%
-28,6%
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Pruebas de alcoholemia realizadas
2024 (año completo)
195.090
2.445 positivas (1,25%)
2025 (hasta 14 de septiembre)
131.450
1.732 positivas (1,32%)
Pruebas de drogas realizadas
2024 (año completo)
3.124
1.448 positivas (46,30%)
2025 (hasta 14 de septiembre)
3.951
1.401 positivas (35,40%)
Presencia de tóxicos en siniestros mortales
(sobre las víctimas sometidas a análisis por el IML)
43,90%
33,80%
2024
(año completo)
2025
(hasta 14 de septiembre)
Fuente: Dirección General de Tráfico (DGT).

Evolución de la siniestralidad en las carreteras de la Región
Fallecidos (comparativa hasta el 17 de septiembre)
Siniestros con peatones heridos graves
Siniestros con peatones fallecidos
Heridos graves
-12,5%
-3,7%
-28,6%
-19,1%
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Presencia de tóxicos en siniestros mortales
(sobre las víctimas sometidas a análisis por el IML)
Pruebas de alcoholemia realizadas
2024
(año completo)
195.090
2.445 positivas (1,25%)
131.450
2025
(hasta 14 de septiembre)
1.732 positivas (1,32%)
Pruebas de drogas realizadas
43,90%
2024
(año completo)
3.124
33,80%
1.448 positivas (46,30%)
2025
(hasta 14 de septiembre)
3.951
1.401 positivas (35,40%)
2024
(año completo)
2025
(hasta 14 de septiembre)
Fuente: Dirección General de Tráfico (DGT).
Los tóxicos, al alza
La historia de Andrea no es ninguna excepción. Solo el pasado año 48 vecinos de la Región se dejaron la vida sobre el asfalto y otros 251 acabaron en un hospital con lesiones de gravedad, muchas de ellas permanentes, de acuerdo a la estadística que maneja la Dirección General de Tráfico (DGT). En lo que va de año -hasta el pasado 17 de septiembre- han sido 42 los fallecidos y 203 los heridos graves. A nivel nacional, la sangría también es continua. Las carreteras arrojan en lo que va de año un saldo de 826 fallecidos, una media de más de dos cada dia.
Es una realidad que la siniestralidad vial que afronta a día de hoy la Región no tiene nada que ver con la que se soportaba hace dos décadas. La cifra de fallecidos, que en 2005 llegó hasta las 166 víctimas, está a años luz de los números que se contabilizan a día de hoy. De un tiempo a esta parte, la mortalidad en las carreteras ha ido descendiendo poco a poco de la mano, entre otras cuestiones, de la implantación del carné por puntos. La lista negra, sin embargo, se repite año tras año en un fenómeno que, advierte la jefa provincial de Tráfico, Virginia Jerez, guarda mucha relación con el consumo de tóxicos al volante. «Del análisis de los datos de siniestralidad de este año se desprende la importancia de la estrategia de tolerancia cero en comportamientos de riesgo en la conducción, como el consumo de alcohol u otras drogas», remarca Jérez. Este comportamiento, subraya, «se refleja en la lesividad en lo que llevamos de año, en el que siete conductores fallecieron en vías interurbanas y seis en vías urbanas, tras haber consumido previamente alcohol u otras drogas».
La presencia de tóxicos en los siniestros mortales registrados en la Comunidad dibuja este año una curva ascendente. De acuerdo a los análisis que el Instituto de Medicina Legal (IML) realiza a algunas de las víctimas, el alcohol y las drogas estuvieron detrás de un 43,9% de los siniestros -hasta el pasado 14 de septiembre-. El porcentaje supera levemente al 33,8% registrado el pasado año.
La batalla que libra Tráfico contra el consumo de tóxicos al volante quedó patente este año con las alrededor de 131.500 pruebas que la Guardia Civil realizó a conductores de la Región. Hasta 1.732 de ellos -un 1,32%- dieron positivo. Otros 1.400 automovilistas han sido sorprendidos en estos meses en la Comunidad cuando circulaban tras haber tomado algún tipo de droga. Una práctica que, advierte el fiscal delegado de Seguridad Vial, Pablo Lanzarote, en su última memoria anual -que acaba de hacerse pública-, está cada vez más al alza, incrementándose el pasado año las diligencias incoadas por delitos de conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas.
Los riesgos de consumir alcohol al volante quedaron trágicamente en evidencia con los atropellos mortales que dos conductores protagonizaron esta semana en Murcia y Lorca. En ambos casos, según confirmaron fuentes policiales, los autores de los arrollamientos excedían la tasa máxima de alcohol que la ley permite al volante, de hasta 0,25 miligramos de alcohol por litro de aire espirado -concretamente el primero de ellos la multiplicaba por tres y el segundo la duplicaba-. «En algunos casos, como el mío, no pagas por tus actos», remarca Gracia Álvarez. «Asumes las consecuencias de los actos de otras personas».
Hablan los afectados
-
Andrea Pérez | Su padre falleció en un accidente «No le deseo a nadie lo que yo sentí al recibir esa llamada. Es el mayor golpe que me he llevado en mi vida»
-
Gracia Álvarez | Víctima «En algunos casos, como el mío, no pagas por tus actos. Asumes las consecuencias de los actos de otras personas»
-
Guzmán Martín | Víctima «Me sorprende porque veo chicos de 18 y 19 años que llegan a los cursos de la DGT porque ya han perdido todos los puntos del carné»
«Todo se llenó de humo»
Para esta vecina de la pedanía murciana de Era Alta la vida dio un giro el 1 de julio de 2020. Fue embestida por un camionero ebrio cuando se encontraba detenida a raíz de un accidente previo en la autovía A-30, a la altura de Cieza. Aquel día viajaba a su pueblo natal -Puerto Llano, en Ciudad Real- con sus padres y su hija de seis años. «Había un camión volcado en la mediana», recuerda con disgusto. «Justo se encontraba una enfermera en uno de los coches y estaba atravesando para poder atender al hombre del camión».
Gracia aminoró la marcha y abrió la ventanilla para atender las indicaciones, pero pronto se dio cuenta de que algo no marchaba bien. «Por el retrovisor vi que venía un camión por detrás y me dio la sensación de que no bajaba la velocidad», recuerda. «Se me echaba encima». De forma casi inconsciente y para evitar que el golpe acabara afectando a su hija, que viajaba en la parte trasera, Gracia realizó una maniobra al volante que a día de hoy, casi seis años después, sigue pasándole una costosa factura. El camión acabó chocando contra el vehículo de enfrente, que arrolló irremediablemente a la enfermera -perdió una pierna-. «Todo se llenó de humo y el estruendo de los hierros era monumental», recuerda.
En los momentos posteriores al siniestro Gracia no sintió ningún dolor. Las secuelas que dejaría en ella este siniestro comenzaron a materializarse en las semanas posteriores y fueron agravándose poco a poco, llegando a paralizarle medio cuerpo. Los daños causados le terminaron generando una hemiparesia espástica con la que se ve obligada a batallar día a día. Esa dolencia, explica, la llevó a perder el empleo, la obliga a utilizar un andador y a día de hoy condiciona totalmente su vida. «La persona que viajaba ese día en el coche ya no existe a ningún nivel», lamenta Gracia, que actualmente se encuentra de baja por depresión y pendiente de la batalla judicial que libra por el reconocimiento de una invalidez que la Seguridad Social, por el momento, le niega. «A día de hoy sigo haciendo aún el duelo de muchos aspectos de mi vida», confiesa Gracia, que ya perdió a un hermano en un accidente de moto. «Nadie está preparado para esto».
Esta mujer de sonrisa amplia lleva años trabajando para inculcar a los ciudadanos la necesidad de extremar las precauciones en los cursos de reciclaje a los que se deben someter los conductores que pierden los puntos del carné. También colabora con la Asociación de personas con lesión medular y otras discapacidades físicas (Aspaym) en labores de concienciación. Tiene claro, sin embargo, que el mensaje, tan necesario, no cala lo suficiente. «Todo el mundo se compadece, pero yo lo que quiero es que la gente tome conciencia de que no les estoy contando una película. Es una historia real», remarca. «Creo, de verdad, que por un oído les entra y por otro les sale. A la gente solo le duele el dinero que tiene que pagar».
Móviles y distracciones
El consumo de alcohol y drogas no es la única piedra en el camino que Tráfico encuentra en su batalla contra las muertes y lesiones en carretera. La irrupción de las nuevas tecnologías, como los navegadores GPS y los teléfonos móviles, incide, en muchas ocasiones, en la atención al volante y su efecto ya se está dejando notar con fuerza en las cifras de siniestralidad. Tráfico estima que las distracciones en la conducción están detrás de más de un tercio de las muertes en carretera y el fenómeno, es evidente, va a más.
Como Gracia, también Guzmán Martín lleva años arrojando su historia a la cara de aquellos que acaban en cursos de recuperación de puntos por sus imprudencias al volante o en sus colaboraciones con campañas de la federación regional de Aspaym. «Me sorprende porque veo chicos de 18, 19 años que llegan a estos cursos porque ya han perdido los puntos del carné», reflexiona. «La gente no es consciente de lo que uno pierde cuando sufre un accidente. Eso no lo valora».
Guzmán lleva 25 años celebrando el 20 de agosto como el día que comenzó para él su nueva vida. Aquel verano del 2000, a sus 15 años, vivía en Bilbao pero pasaba las vacaciones en la zona de Campoamor. Junto a un amigo había pasado la noche sin dormir -no tomaban alcohol- y ese día se acercaron a una carrera en la que participaba otro colega. «Íbamos en mi moto pero no quise llevarla yo porque no iba al 100%», recuerda. A la vuelta, cerca de San Pedro del Pinatar, llevaban delante un camión que circulaba con carga y sin la lona obligatoria». «Se cayó una roca en la carretera y mi amigo no la pudo esquivar», explica. «Salté como un muñeco y rodé por el suelo».
El adolescente deportista que entonces era, y que acababa de proclamarse campeón de España en una modalidad de atletismo, sufrió la rotura de múltiples costillas, clavículas, nariz... pero fue el golpe que se dio en la columna contra el quitamiedos el que le provocó una lesión medular que le dejó en silla de ruedas. «Es algo que tendré en mente toda la vida», remarca.
Tras pasar dos semanas en coma en la Arrixaca, Guzmán se marchó a Bilbao con su familia para comenzar una recuperación larga y costosa. «Fue como descubrir todo de nuevo». A día de hoy, tras terminar la carrera de Administración y Dirección de Empresas, Guzmán se gana la vida en una empresa importadora de alimentos y compite en carreras de bicicletas handbike. «Siempre he sido muy deportista y no lo voy a dejar por esto». Pone el énfasis, no obstante, en los muchos obstáculos a los que debe hacer frente en su día a día. «Yo, por ejemplo, no siento las ganas de orinar. Tengo que prepararme dos horas antes de salir de casa porque tengo mis rutinas», remarca.
Tanto Guzmán, como Gracia y Andrea tienen muy clara la importancia de dejar a un lado las imprudencias cuando uno se coloca al volante, porque conocen de primera mano las consecuencias de no hacerlo. «La gente no es consciente de la repercusión de no ir con todos los sentidos en la carretera», lamenta Andrea. «En un segundo puedes perderlo todo».
Un abogado lanza una «demanda de justicia para las víctimas»
El abogado Pedro López Graña conoce de cerca el drama de muchas familias que se ven afectadas por un accidente de tráfico. Este letrado asegura que es necesaria una reforma legislativa que introduzca el concepto de homicidio vial -ya presente en otros países-, que abriría la puerta a la prisión provisional de los acusados en casos de envergadura. «Cada año, demasiadas personas mueren o sufren lesiones irreversibles por culpa de conductores bebidos, drogados o kamikazes», remarca. «Estas muertes no son simples accidentes. Son tragedias provocadas y sus responsables están identificados». El letrado defiende que este tipo de conductas deben ser juzgadas a partir de ahora como homicidios dolosos, en su modalidad de dolo eventual, y no como imprudencias, y así pretende reclamarlo, en breve, al Gobierno central. «Es inaceptable permitir que quienes juegan con la vida de los demás con temeridad y desprecio, sigan siendo tratados como imprudentes», remarca. «Esta petición no responde a una voluntad de venganza. Es una demanda de justicia para las víctimas».
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