Luz Laveda y Eva Macho, dos de las ganadoras de El Gordo que recayó en Las Torres de Cotillas en 2019, el viernes en el Obrador de Luz. Ros Caval / AGM
Lotería de Navidad 2022

La vida después del Gordo

Luz sigue levantándose a las 4.30 de la mañana para trabajar y Eva mantiene la hipoteca; en 2019 ganaron 800.000 euros de la lluvia de millones en Las Torres. Aún sueñan que les toca

Domingo, 18 de diciembre 2022

No hay que dejarse engañar por la aparente falta de actividad ni la persiana cerrada del Obrador de Luz, en Las Torres de Cotillas, un viernes por la mañana. La propietaria del negocio, Luz Laveda, lleva horas trabajando en su interior. Empezó antes de que el primer rayo de sol diera color a las casas de dos alturas que hay en la calle Venezuela de la localidad, donde hace tres años, frente a esa misma persiana, decenas de vecinos celebraron los 20 millones de euros que el Gordo del sorteo extraordinario de Navidad dejó en la zona.

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Si no fuera por la conversación telefónica previa, uno podría pensar que el negocio lleva cerrado desde aquel 22 de diciembre de 2019, cuando la dueña se vio envuelta en una nube de champán y fotógrafos.

Fue una llamada, sobre las 9.20, la que alertó a Luz de su suerte segundos después de que saliera el primer premio. «Estaba trabajando. Me sonó el móvil y era un amigo mío de Torreagüera, que tenía una tarta encargada aquel domingo. Me dice: '¡Que ha tocado el Gordo en Las Torres!' Y yo le pregunté en qué terminaba. 'En 90', me dijo. Y pensé que me habían tocado 100 euros de la terminación», reconoce. Pero su amigo insistió. «A ver, compruébalo». «Dime el número», le pidió ella. «26590». Entonces Luz se quedó sin aire y rompió a llorar de alegría. «Javi, ¡que ese es el que llevo! ¡Que es el que llevo!». «Voy para allá -contestó él-, que si no tú hoy no me terminas la tarta».

Lo cierto es que Luz acabó aquella tarta y, con la ayuda de su hermana y su madre, todos y cada uno de los encargos del día. Cuando su amigo Javi llegó al establecimiento, se dedicó a atender el teléfono, que no dejaba de sonar, mientras ella seguía con su trabajo. Pronto fueron llegando los clientes y formándose lío afuera. A Luz, no solo le había tocado el Gordo, sino que había vendido otros 18 décimos entre los habituales de su obrador.

Se cumplen tres años del premio que descargó 24 millones en La Torres y Beniaján. «Ayudó a gente muy humilde», recuerdan

Eva Macho se llevó uno. Hoy sigue emocionándose al recordar junto a Luz aquellos momentos felices. «Yo estaba sola viendo el sorteo. Mi marido estaba durmiendo porque había trabajado por la noche», afirma. Cuando vio el número en la tele, no supo qué hacer. Lo primero que pensó fue que podía no haberlo comprobado bien. «Miraba el número en la pantalla y me iba para el pasillo. Volvía. Me decía: ¿Lo despierto? Pero pensaba: ¿Y si me he equivocado? No, no, no. El número es ese». Así estuvo 15 largos minutos: recorriendo la casa, regresando frente al televisor, mirando una por una cada una de las cifras, indecisa. Hasta que no pudo más. «Me dije: Mira, yo lo levanto y que lo mire él». En cuanto pudieron constatar el golpe de suerte, se desató la euforia. «¡Di un salto que casi llego al techo! -cuenta-. Me puse a gritar».

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Un lunes normal

Tras la alegría, la normalidad otra vez. Cuando Luz, recién premiada, entró por la puerta del establecimiento de uno de sus clientes, lo primero que escuchó fue: «¡Lo sabía! Que aunque te tocaran dos millones de euros, tú no me dejas tirado». Ella no ha dejado de levantarse de madrugada ni de seguir cuidando su negocio. «El servicio es el servicio», señala. «Yo sé que él tiene sus clientes y que tiene que darles su postre. No podía dejar de llevárselo».

Eva ganó 400.000 euros; Luz, 400.000 más y su novio se hizo con otro de los boletos premiados. Pero la vida sigue. Entre el resto de agraciados hubo de todo: «Gente muy mayor, con 80 años; un obrero que era la primera vez que venía por aquí, porque estaban haciendo unas obras cerca, una amiga mía que estaba a punto de que la desahuciaran, personas humildes», subraya Luz. «La mayoría de los premiados se compraron o terminaron de pagar una casa. Algunos cambiaron el coche. Pero la gente ha seguido igual. El premio solo les ayudó a solucionar problemas».

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A aquella amiga de Luz a la que los bancos andaban amenazando, por ejemplo, le permitió abandonar una situación desesperada. «Tenía hasta agosto de 2020 para salir de la casa y, en diciembre de 2019, le toca la lotería. Imagínate. Arregló lo que tenía que arreglar y ya está».

Eva canceló la hipoteca de su piso. Luego compró otra casa en el campo de la que todavía sigue pagando la hipoteca cada mes. También se hizo con una furgoneta. «Es que tengo cuatro hijos», justifica. Poco más ha cambiado su vida. Aquel mismo lunes, pocas horas después de saber que se había llevado un buen pellizco del sorteo, fue a trabajar. «Hubo compañeras que me decían: '¿Pero tú qué haces aquí?'». «Pues trabajar, igual que tú», les contestaba. «Es verdad que ya no te calientas la cabeza, pero tienes que seguir, porque no tienes la vida resuelta -dice-. Vamos, yo cuando me tengo que comprar una cosa, todavía me lo pienso, ¿eh?». Por eso sigue viviendo de su sueldo. «Con eso paso todo el mes. Y lo otro queda para cosas extraordinarias».

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Luz invirtió su parte en hacer una reforma de su casa «un poco mejor» de lo inicialmente previsto y cancelar también todos los préstamos de su negocio y la vivienda. Lo que le sobró es un pequeño colchón que le permite dormir mejor por las noches, por si tuviera que afrontar algún gasto extra en el obrador. «No te retiras, pero vives con mucha más tranquilidad», reconoce.

Y, después del Gordo, ¿qué ocurre cuando llega el día 22?, ¿se sigue comprando lotería? «Sí, sí, ¡claro! -contestan las dos al unísono-. Jugamos igual que siempre. Todavía te hace ilusión cuando llega el día del sorteo. ¡A ver si nos tocara!».

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Una sensación que también han podido saborear los agraciados del Sorteo Extraordinario de El Niño. A pesar de que la cuantía que reparte el 6 de enero es inferior a la de Navidad, el primer premio da un vuelco a la cuenta corriente. Un beneficio que se suele destinar a finiquitar la temida hipoteca, renovar ese coche que todavía cuenta con dos letras en la matrícula o tapar algunos agujeros que prometían hacer mellas en el bolsillo. Comprobar la Lotería del Niño es tan sencillo como la de Navidad, tan solo hay que introducir en el buscador el número jugado y en un click sabrás si has sido agraciado por la magia de esta época festiva.

El primer premio ha caído 15 veces en la Comunidad

La última vez que se vendieron en la Región decenas de décimos del Gordo fue hace tres años, cuando Luz y Eva resultaron agraciadas, aunque no es la última vez que ciudadanos de la Comunidad se han hecho con el primer premio. En 2020 hubo un solo décimo vendido en El Perolo, que se repartió dentro de una cesta de Navidad. En 2021, cuando la suerte parecía haberse mostrado esquiva, salió a la luz un afortunado viaje a Atocha que trajo 30 décimos premiados de Madrid a la Región. En total, han sido 15 las ocasiones en que el Gordo de la Lotería de Navidad se ha vendido en la Comunidad.

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