María Cruz Ferreira: «El cambio climático nos devorará si no actuamos»

«A veces me sorprende la gran cantidad de personas negacionistas que aún existen, en una ubicación geográfica como la Región de Murcia, con un riesgo exponencial muy elevado de sequía, desertificación y estrés hídrico, una realidad ante la que es necesario batallar desde la úndécima economía de España por volumen de PIB», explica en conversación con LA VERDAD.

«Mi labor como embajadora del Pacto Verde Europeo no es solo tratar de convertir a los negacionistas climáticos, sino hacerles entender que cada acción conlleva un resultado, que el mundo no cambia solo con nuestra opinión, sino con nuestra acción, y me repito cada día que cada uno de nosotros somos responsables de la acción climática que estamos esperando», afirma con entusiasmo.

Licenciada en Derecho y titulada con varios másteres en Política Internacional, Asuntos Públicos, Políticas de Desarrollo y Gestión de Proyectos en la Sorbona de París y la Cátedra Jean Monnet, ha trabajado para la Unión Europea y la ONU en Bruselas y Bonn, y en consultoras privadas en Nápoles, Viena, Trinidad y Tobago y países africanos como Angola, Zambia, Cabo Verde y Guinea Ecuatorial.

Y en el periodo 2017-2020 ejerció el cargo de directora general de Calidad Ambiental y Cambio Climático de la Xunta de Galicia a las órdenes del político del momento: Alberto Núñez Feijóo. A su regreso a Murcia se reincorporó a su puesto de dirección en la agencia municipal desde la que trata de que la capital de la Región sea una ciudad cada vez más sostenible y habitable.

«El cambio climático no espera y nos devorará si no actuamos. Pero ahora ya no es solo un asunto de calentamiento global o valores ambientales, sino que hablamos de una profunda crisis energética», advierte. «Por eso se necesita una política económica correcta para superar la crisis financiera, crear puestos de trabajo, disminuir los costes energéticos, controlar el déficit público y volver a crecer. Y todo eso es necesario hablarlo en términos sostenibles. La sostenibilidad no estorba, aporta y tiene propuestas concretas».

¿Por ejemplo? «Hay que trabajar las potencialidades en el sector industrial y en los servicios, singularmente en turismo sostenible, logística y servicios a empresas; el reto es poner las bases para avanzar hacia producciones de mayor valor añadido, a la vez que impulsar la sostenibilidad y no dejar a nadie atrás, algo que solo será posible con un respeto absoluto al medio ambiente».

Si por ella fuera, llenaría las ciudades de árboles, sombras y fuentes, y las plazas públicas no serían achicharrantes desiertos de hormigón donde adentrarse en verano es una imprudencia; pero su trabajo termina cuando la propuesta llega a la mesa del responsable político. Yunas veces le hacen más caso que otras.

Integrante de Madres por el Clima y «ambientalista convencida», lleva la pasión climática allá donde va: «Sí, soy la que te da la chapa con el tema climático en las comidas; y si me invitas a tu casa y no reciclas, me llevo la basura para ayudarte y tratar de mejorar la situación. Y a amigas o compañeras que están en cargos públicos y salen con la botella de agua de plástico, las llamo para informarles o les mando de regalo la botella reutilizable de metal o cristal. Esa soy yo, pero aparte de pequeños detalles, detrás hay grandes estrategias», advierte.

Entre los proyectos que tiene entre manos, destacan las iniciativas de Última Milla Limpia en el transporte; infraestructuras de recarga eléctrica; avances digitales aplicados a la movilidad; gestión de instalaciones fotovoltaicas municipales; Hoja de Ruta de Autoconsumo Municipal; Guía de Contratación Pública Verde; y creación del Mapa Solar del Municipio de Murcia.

Y, tomen nota políticos, propone: «Tenemos que trabajar más a nivel local y regional en estrategias de acción; es decir, marcar dónde queremos llegar y buscar el camino para conseguirlo. Si se quiere, ¡se tiene que poder!».